Reparto déficit público español: ¿quién se puede endeudar y cuánto?

Ana Herrero UNED

(OroyFinanzas.com) – Los problemas del sector público español para cumplir los objetivos de déficit marcados por las autoridades europeas no sólo tienen su origen en las dificultades para recortar el gasto y para aumentar los ingresos públicos en medio de una crisis económica que, de forma natural, presiona al alza los gastos de protección social y reduce la recaudación impositiva. A esos obstáculos hay que añadirles un tercer vector que dificulta aún más el proceso de consolidación presupuestaria: el reparto del déficit público entre los distintos niveles de gobierno.

Ana Herrero UNED

El gobierno central aprobó para 2013 un límite de déficit público del 4,5 por ciento del PIB. La Administración Central se reserva la posibilidad de incurrir en un déficit del 3,8, mientras que para las Comunidades Autónomas el techo es del 0,7 por ciento y para la Seguridad Social y las Entidades Locales es del 0 por ciento. El incumplimiento de estos objetivos podría implicar la intervención del gobierno díscolo por parte de la Administración Central. Como no hay precedentes, no está muy claro qué consecuencias tendría tal intervención, pero parece claro que supondría la aplicación de condiciones muy estrictas a la hora de recibir las transferencias procedentes del gobierno central. Dado que tales transferencias constituyen una parte muy importante del total de recursos autonómicos y locales, la herramienta de negociación es bastante poderosa. A priori, parece que la Administración Central tiene la sartén por el mango. Ahora bien, ¿debe manejar esa sartén en solitario, o habría que buscar alguna fórmula que permitiese a todos aportar sus ingredientes para ver qué tal sale el plato?

Cuando se trata de cumplir objetivos macroeconómicos, parece claro que todo el mundo debe remar en la misma dirección para conseguir llegar a buen puerto. La coordinación de todos los niveles de gobierno es fundamental para garantizar la eficacia de la política macro. Sin embargo, quién determina el rumbo a seguir es una pregunta mucho más complicada de responder. La teoría económica nos aconseja que las políticas de estabilización económica estén sean una competencia de los niveles superiores de gobierno. Y de hecho, en la práctica, la planificación macroeconómica suele estar en manos del gobierno central en casi todos los países. Son las autoridades centrales –o incluso supranacionales, como en el caso de la UE- las que marcan los objetivos de crecimiento, inflación, etc. Además, suelen ser ellas las encargadas de marcar los límites de déficit público y, en su caso, de plantear los escenarios de consolidación presupuestaria de los gobiernos regionales y locales cuando éstos tienen dificultades para cumplir la normativa de estabilidad vigente. Pero en todos esos países se plantea, como ocurre ahora en España, hasta dónde debería llegar el poder del gobierno central para limitar el saldo presupuestario público regional y local.

El reparto del déficit entre los distintos niveles de gobierno debería tener en cuenta, al menos, dos tipos de circunstancias. Desde la perspectiva cuantitativa, sería preciso hacer un reparto que, en mayor o menor medida, tuviera en cuenta el volumen de gasto que gestiona cada nivel de gobierno. Así, por ejemplo, los gastos autonómico y local representan en torno al 35 y el 15 por ciento del gasto público total respectivamente. En este sentido, parece cuando menos cuestionable que, para el año 2013, la Administración Central se haya reservado cerca del 85 por ciento del déficit público total, cediendo a los gobiernos subcentrales el 15 por ciento restante, incluso si tenemos en cuenta los fondos de liquidez que el gobierno central ha tenido que poner en marcha para facilitar el pago de las deudas a proveedores de Comunidades Autónomas y Entes Locales.

Desde la perspectiva cualitativa, también habría que tener en cuenta qué tipo de gastos gestiona cada nivel de gobierno. En el caso de los gobiernos locales, hay un importante sesgo hacia los gastos de capital que, por su propia naturaleza no recurrente, son más fáciles de recortar. Por su parte, las Comunidades Autónomas están más especializadas en gasto social, con una potente inercia alcista. En este contexto, es en parte razonable que se haya exigido un esfuerzo de consolidación mayor a los gobiernos municipales, aunque quizá el objetivo sea excesivamente exigente (cero por ciento). Pero lo que es a todas luces poco realista es pretender que los mayores ajustes se hagan en el nivel de gobierno que presta los servicios públicos más importantes para el ciudadano, como la sanidad, la educación y los servicios sociales: las comunidades autónomas. Y más aún si se tiene en cuenta que esas partidas de gasto ya han sufrido importantes recortes en los últimos ejercicios.

Ana Herrero

Licenciada en Derecho, doctora en Economía y profesora de la UNED desde 1997, donde imparte docencia de Economía, Economía del Estado del Bienestar y Hacienda Pública Descentralizada

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Sobre el autor

Ana Herrero
Analista de OroyFinanzas.com, es profesora de la UNED, donde imparte docencia de Economía, Economía del Estado del Bienestar y Hacienda Pública Descentralizada.

5 Comentarios en "Reparto déficit público español: ¿quién se puede endeudar y cuánto?"

  1. Comparto el concepto manejado de corresponsabilidad fiscal y, por tanto, distribución adecuada de los esfuerzos. Dos puntualizaciones. El saldo de la Seguridad Social en 2013 volverá a ser negativo (alrededor del 0,5% del PIB), por lo que para cumplir el objetivo de déficit será necesario que la Administración General del Estado disminuya el suyo hasta el 3,3%. La AGE por por otra parte, debe asumir una parte de las transferencias de nivelación dirigidas a las AATT. Tomados en cuenta ambas variables, se mantiene la discordancia en la distribución por niveles de gobierno pero es menor.

  2. Pues el FMI -agárrense- augura más sombras y penumbras en la economia española para el 2013. De envidia quedan las proyecciones de crecimiento para dicho año para China (nuevo récord con el 8,25 al que le sigue India con el 5,9%, porcentajes que en la Europa del siglo XXI ya queda claro que son de sueño, inalcanzables!

    España conseguirá el récord mundial pero a la inversa de China, con un crecimiento sospechado del -1,5%. Pero no se preocupen por allí abajo, Montoro ya se ha puesto manos a la obra y va a recuperar los veintitantos millones que L.B. “el cabroncete” se llevó a Suiza…algo es algo, dijo un calvo.

  3. Dejémonos de déficit público,lo que hace falta son ingresos,pero las administraciones públicas españolas lo que hacen es acosar a impuestos y multas a los pequeños empresarios lo que tiene un fin ,el cierre de los negocios y aumento de déficit público por falta de ingresos derivados de la actividad empresarial,con 11.000.000 de trabajadores y 3.500.000 de funcionarios más 400.000 políticos es imposible equilibrar ninguna balanza suerte señores por que lo peor. Esta por venir.

  4. dondestaFekete? | 23 enero 2013 at 18:07 pm |

    Muy buen artículo, rehuyendo demagogias y politiqueos. A ver si aprenden los políticos, otro gallo cantaria.

  5. Carlos Martínez LA CORUÑA | 23 enero 2013 at 14:47 pm |

    Estoy totalmente a favor de la visión positivista de la deuda pormenorizada del poder local siempre que sé sufrague a costa de reducir la correspondientes tasa en los balances económicos de las Autonomías. Sinembargo esta limitación influye los índices macroeconómicos que el FMI obliga a cumplir con los incrementos aprobados en Bruselas.

    Hay que mencionar, aquí también, la política aperturista que subyace en el consumo de bienes y servicios ya sean nacionales o internacionales que evitan un mejor balance en la tasa del IAE de empresas y particulares.

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