Las pensiones en la falacia del “contrato social”

Caja de Planes de Pensiones

(OroyFinanzas.com) – Quizás uno de los motivos más razonables para repugnar la economía (y a quienes nos dedicamos a ella) es que, a menudo, muchas de las afirmaciones que comúnmente aceptamos como categóricas son en realidad grandes mentiras que, como titanes con pies de barro, se derrumban en el momento de cuestionar los cimientos sobre las que se asientan.

Por ello, los economistas acostumbramos a disfrazar nuestros argumentos de un lenguaje pedante y complejo, con el fin de pasar inadvertidos o de reforzar nuestras conclusiones.

Siguiendo esta línea, una de las mayores falacias que hoy en día oímos en boca de quienes diseñan la política económica es el famoso “contrato social“. Examinemos bien el término: contrato (como acuerdo libre de voluntades); social (derivado de la sociedad civil).
Sinceramente, ¿quién en su sano juicio se atrevería a plantearse el contrato social? Sólo pronunciar el concepto en voz alta le produce al interlocutor una sensación de autoridad legítima. Y es que nadie puede ir en contra de un acuerdo pactado voluntariamente por todos los miembros de la sociedad, salvo que sea un necio.

En derecho o en política, la teoría del contrato social se emplea para justificar el origen y tareas del Estado moderno. Autores como Rousseau, Hobbes o Locke conciben la aparición del Estado como la única solución para garantizar el orden social. El hombre es un lobo para el hombre, por lo que ha de intervenir un ente superior que garantice la ausencia de conflictos entre los individuos y encamine a la sociedad al progreso.

Posteriormente la utilidad del contrato social se ha ido extendiendo para justificar la provisión de ciertos servicios que por su naturaleza estratégica para la economía, ha de ser realizada siempre por los gobiernos. Un ejemplo reciente de la importancia de este topic está protagonizado por el actual ministro de Economía, Luis de Guindos, cuando recientemente se manifestó sobre la cuestión de la sostenibilidad de las pensiones públicas al afirmar que : “El sistema de pensiones forma parte del contrato social que nos hemos dado los españoles“.

¿Cuáles son los cimientos del contrato social? Podemos destacar sus dos hipótesis: Racionalismo y Constructivismo.
El racionalismo supone pensar que alguien (individuo o colectivo) puede alcanzar todo conocimiento a través de la razón, la cual se sirve de una información que siempre está dada.

El constructivismo afirma que es posible diseñar la sociedad vía mandatos y que las instituciones sociales más importantes sólo tienen cabida cuando son definidas y articuladas por el Estado.

Sin embargo, y a pesar de que me acusen de necio, un análisis crítico de estos fundamentos evidencia que el contrato social es, en efecto, una falacia.

Los procesos sociales son tan complejos que no es posible que haya ningún órgano capaz de coordinar los comportamientos, gustos y expectativas de los individuos, precisamente porque nuestro conocimiento es limitado. Los individuos aprendemos porque cometemos errores, y la información será siempre subjetiva, no pudiendo ser almacenada ni procesada por ningún equipo informático, por avanzado que sea (tal y como llegó a pensar el Premio Nobel Samuelson en su vejez).

Carl Menger y Edmund Burke dieron una lección de humildad intelectual a los científicos sociales cuando descubrieron que aquellas instituciones que mejor sirven a la sociedad, como son el lenguaje, la moral, el derecho, el dinero, etc, son instituciones que no han sido creadas deliberadamente, sino a través de un órden espontáneo en el curso de las acciones de miles de millones de personas a lo largo de la historia.

Recientemente otro economista muy polémico, Nassim Taleb, afirma en sus trabajos (“The Black Swan” y “Antifragile”) que los fenómenos sociales están plagados de “cisnes negros”, es decir, hechos totalmente imprevistos y que no pueden ser advertidos ni estimados por los economistas, aunque vayan en traje y estén equipados con la mejor tecnología. Son las instituciones que surgen espontáneamente las que permiten transmitir mejor el aprendizaje a las personas, gracias a la tradición y, como estudió Hayek, a los principios generales del derecho.

Por ello, derrumbados los cimientos, el concepto de contrato social no puede justificar en modo alguno que el Estado haya de proveer ciertos servicios públicos argumentando simplemente que si no los provee el Estado, nadie los hará.

La historia ha dado ya innumerables ejemplos de cómo los individuos son capaces de encontrar alternativas mucho más eficientes y beneficiosas para los miembros de la sociedad.

Siguiendo el ejemplo de de Guindos, el sistema de pensiones, de ser un contrato, dispone como aquella “parte contratante de la primera parte” (siguiendo el famoso gag de Groucho Marx) a una población que aún no ha nacido y que tendrá que sostener en un futuro próximo a una carga cada vez más pesada de jubilados. Es preciso poner ya sobre la mesa las muchas iniciativas que se están aplicando en otros países y que están permitiendo la entrada de una privatización paulatina de los fondos de pensiones. Si podemos exigirles a los ciudadanos la responsabilidad de elegir gobiernos, creo que es forzoso concluir que podrán ocuparse de sus finanzas personales.

En conclusión, considero que en el actual contexto de crisis del Estado, es necesario abrir un debate legítimo acerca de si aquello que es público, ha de seguir siendo público, simplemente porque siempre ha sido público.

Porque este asunto del contrato social es, siguiendo a Groucho, algo tan confuso que es mejor romperlo.

Por JAIME MARTÍNEZ MUÑOZ, Máster en Economía y consultor. Autor del blog “Cañones o Mantequilla”.

© OroyFinanzas.com

© OroyFinanzas.com

Sobre el autor

OroyFinanzas.com
El equipo de analistas de OroyFinanzas.com y sus autores invitados para fomentar el entendimiento del dinero.

6 Comentarios en "Las pensiones en la falacia del “contrato social”"

  1. Como casi siempre tengo que aplaudirte Dioro, estoy totalmente de acuerdo contigo, todo está al alcance de nuestras manos solo tenemos que querer llegar y sobre todo no participar en el circo que tienen montado esta panda de sinvergüenzas que son los políticos de este puñetero país que encima es el mio.

    Diossss que desgracia sentir vergüenza de ser de tu país.

  2. Vaya, me alegro que empiece a tener seguidores de mis teorias asociales por aqui jejeje como siga creando cultura este método me temo que las charlatanerias de banqueros honorables y aseguradoras potentes van a tener un problemilla. Lo dicho, por escrito, déjense de crecepelos fantßasticos, pildoras que les harán perder 20 kg en media semana y componentes para sus músculos que les harán asemejarse a Schwarzeneger en menos de 6 meses, todos esos cuentos chinos no existen, lo único que ya queda es tratar de disimular los complejos para aquellos que los tengan y evitar por todos los medios que nadie nos robe o nos usurpe lo que hemos merecidamente ganado con el sudor de nuestra frente o el sacrificio y constancia de nuestro trabajo. Nadie nos va a regalar nada, de todos los productos creados por banqueros y aseguradoras van a salir desencantados, no me hartaré de reptirlo hasta la saciedad. Cada cual que se labre su porvenir y que piense que los estados son pulpos cn muchos tentáculos que mantienen a muchos holgazanes y costa del sacrificio de los demás…para que otros se gasten el dinero que no han merecido ganar, gástenselo ustedes, pero de verdad, no se han dado cuenta que la vida es muy corta y hay que vivirla todo lo más posible sin complejos y siempre orgullosos de lo que como seres humanos podemos llegar a alcanzar? Si muchos jóvenes supieran en realidad que pueden alcanzar con la constancia y la lucha casi todo lo que se proyentaran en sus vidas…anímense jóvenes, no se queden parados, muévanse, ustedes pueden mover montañas, sólo que no lo saben, tengan confianza en ustedes mismos, no dejen que los enfermos políticos ni sus machangos de turno les dirijan sus vidas, si no ven salida en sus pueblos, búsquenla por el resto del mundo, muchas veces nadie es profeta en su tierra, inténttelo.

  3. Señoras, señores: Hoy no hay NADA seguro. El estado del bienestar, que incluye que tengamos una pensión de jubilación cuando alcancemos una edad, puede venirse abajo en un santiamén. El estado de bienestar funciona con la premisa de que todo ha de ir bien, todo viento en popa. Pero a la que venga un black swan… ¡¡Todo a tomar por saco!!. Y tal como está el mundo, vamos a tener un black swan, un ugly duck y un crazy bird. Pero, sobre todo, hay que tener cuidado con el bloody shark. De eso está el mundo lleno y están a la caza de lo que con nuestro esfuerzo hemos ahorrado. Muchos ya han caído en las fauces del escualo, ya sea con los planes de pensiones, las preferentes o los depósitos difícilmente rescatables. Ya hace tiempo que he entendido que mis cotizaciones a la seguridad durante muchos años no me pueden garantizar NADA. Hay que buscar alternativas. Pero que nadie las busque en el sistema. Yo también soy partidario del “Plan Dioro”.

  4. O sea goldcat, que algo me dice que contigo los vendedores de planes de pensiones y productos estrella de la inventiva bancaria-aseguradora tampoco iban a tener mucho éxito hohohoooo

  5. Estoy seguro que al autor del articulo se le hecharan enzima todos los de la derecha, izquierda y “podemos” para sostener tan blasfemia en contra del “contrato social”. En resumen el contrato social tiene dos partes : el listo que promete y el necio que espera que se cumpla lo prometido .
    Por mi parte elijo “el metodo” Dioro .

  6. Contrato social? A estas alturas? Podrá parecer asocial, pero lo pragmático es huir de lo que el texto define como falacia. En el colmo ya del sistema errático de pensiones más todavia. Yo hace ya 8 años que decidí no pagar ni un céntimo más a la caja de jubilación, prefiero resolver mi porvenir en la tercera edad según mi propio método. Ya he visto a demasiados en esta vida que no han disfrutado apenas de sus jubilaciones ni mucho menos han recibido proporcionalmente lo que toda la vida han tenido que pagar. La relación es demasiado ventajosa para el Estado y los sistemas de cajas de pensiones y demasiado desfavorable para el ciudadano y el descuento a que se ve sometido de por vida laboral. según mi particular teoria y para quien pueda permitírselo: Mejor utilizar más y mejor el dinero ganado y calcularse cada uno para sí un sistema de ahorro posterior, que le pueda dar tranquilidad y asegurarle el otoño y el invierno de la vida humana. Contribuir a las arcas del Estado para que se lo gasten embrutecidos políticos corruptos en juergas cuando les parezca o en mil gastos superfluos? Ni hablar del peluquín! Cuanto más neto recibe uno mejor. Cuanto menos carga de su salario tiene tanto mejor. Contrato social? No, gracias!

Comments are closed.

mencionado en: