Clave de los mercados: el déficit de la balanza comercial de USA

(OroyFinanzas.com) – Si bien el precio del crudo ocupa los titulares de prensa y es tema principal de los debates, su actual repercusión en la economia global habría que enfocarla , en mi opinión, desde un punto de vista no tan directo. Cierto es que distintos shocks del precio del crudo han sido el desencadenante o catalizador final de las últimas recesiones de las dos últimas décadas, no obstante hay quien contraargumenta explicando que en aquellos casos (subidas del crudo de los años 1973, 1980 y 1990) hubo una crisis de la oferta en medio de una economía débil, actualmente se estaría en una supuesta “economía fuerte” que crece, siendo la subida del precio del crudo una consecuencia del aumento de la demanda.

Sin entrar a valorar las formas en las que este aumento del precio del crudo se produce, me gustaría recalcar el fondo: la inflación, entendida como exceso de inyección de liquidez por parte de los bancos centrales, se está viendo reflejada en los precios de las materias primas. Hasta hace pocos meses, esta inflación solamente parecía reflejarse en forma de una revalorización excesiva de burbujas como las de los bonos, acciones o de los precios de viviendas. Existían, y todavía continúan existiendo, fuerzas deflacionarias que contrarrestaban las subidas de los precios en productos manufacturados, principalmente estas fuerzas son el exceso de capacidad productiva, causada por el boom de inversión a finales de los 90, y el aumento de productividad, debida esta última en su mayor parte a la globalización y explotación de mano de obra barata.

Voces entendidas en la materia, como Andy Xie de Morgan Stanley que vive la situación “in situ”, indican que gran parte del aumento de productividad para la economía mundial que han supuesto las exportaciones chinas pueden haber visto techo. China estaría cerca de un techo en cuanto a capacidad de aumentar el peso relativo del sector exportador de su economía. Además China estaría también reflejando al igual que las economías de muchos paises anglosajones y europeos, una burbuja de precios de las propiedades y estaría cerca de ver un enfriamiento de esta burbuja. En definitiva, tanto en China como en USA, si los
precios de las viviendas dejan de seguir subiendo al ritmo actual, los bancos centrales dejan de tener margen para seguir
inyectando liquidez sin provocar subidas de precios generalizadas. Existe fuerte peligro de subida general de precios en
China, debido a que las materias primas y alimentos deben seguir un fuerte ritmo de aceleración en sus importaciones,
mientras que la oferta por ejemplo de alimentos no elaborados disminuye según se van destinando menos tierras al cultivo.

Todo este peligro se pondrá de manifiesto tan pronto como la burbuja de propiedades se enfríe y los bancos centrales no
puedan seguir inyectando liquidez debido al peligro de que se disparen al alza los precios en general, los primeros vestigios
de ello parecen ya visibles en el precio del crudo y otros commodities. Mientras la burbuja de propiedades no sufra una
deflación en China, el crudo seguirá disponiendo de liquidez abundante con la que poder seguir su senda alcista ya que China
es la principal causante del aumento de la demanda del crudo.

En este entorno en el que el precio del crudo comienza a reflejar las consecuencias de la inflación, se produce un efecto
secundario altamente desestabilizador: la balanza comercial negativa y el déficit por cuenta corriente americanos se disparan
debido a que el precio de las importaciones sube notablemente. Este factor es clave para entender la gravedad del momento
actual: supone un dólar débil, y un agravante para la estabilidad del precio del crudo y de las materias primas. Las subidas
del precio del crudo suponen un efecto que se realimenta, yendo a más en tanto el dólar sigue debilitandose y la FED no
interviene con decisión para tratar de parar la inflación.

Los mercados, cuando despierten del letargo y abran sus ojos a un déficit por cuenta corriente americano desbordante, pueden
manifestarse de una forma que haga sonar todas las sirenas de alarma poniendo a los políticos y a los responsables de los
bancos centrales a actuar: tal vez en forma de un crash como el que vivieron en 1987 en similares circunstancias. Por lo
tanto, la posible salida traumática parece que está designada a los mercados como agentes protagonistas, a la subida del
precio del crudo y al deterioro de la balanza comercial de uSA deberán responder los mercados obligando a que los
responsables políticos comiencen a poner el punto final a los graves desequilibrios.

Cuanto más tiempo continúen estos desequilibrios, mayor será el deterioro del dólar y más alcistas serán los precios del crudo y del oro.

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Sobre el autor

Marion Mueller
Marion Mueller is the an analyst with OroyFinanzas.com.
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