Crisis de confianza en el dólar

(OroyFinanzas.com) – El billete verde se hunde irrevocablemente mientras el euro continúa con su racha de récords, a punto de conquistar la referencia histórica de los 1.32 dólares. Y la escalada de la moneda única no acabará ahí. Atrás queda la fecha del nacimiento de la divisa europea, cuando se vaticinaba la paridad entre el euro y el dólar. Desde su estreno entre el público, el 1 de enero del 2002, la divisa europea no ha parado de revalorizarse.

Los rumores sobre posibles intervenciones del Banco de Japón y del Banco Central Europeo (BCE) no van a detener el declive del dólar. Aunque lleguen a producirse, su impacto será limitado y a muy corto plazo. En breve veremos a la moneda única cotizando en los 1.35 dólares, siendo el objetivo de los 1.40 dólares perfectamente viable.

Pero el euro no es el único que se está aprovechando de la debilidad del billete verde. El dólar cotiza en mínimos de cuatro años y medio respecto al yen y en mínimos de los últimos nueve años frente al franco suizo.

La decisión del Banco Central de Rusia de dar mayor peso al euro en sus reservas y restarle, así, importancia al dólar (que actualmente supone dos tercios del total) está animando a otros bancos centrales en Europa del Este y Asia que se hallan en la misma situación, y que ante la caída del dólar podrían plantearse una decisión similar, lo que añadiría aún más presión al dólar y precipitaría nuevos descensos.

Desde Europa, aunque se han escuchado quejas por la debilidad del dólar, nadie ha hablado abiertamente de una intervención en el Mercado FOREX. En mi opinión, el BCE no actuará, al menos, hasta que el euro no alcance los 1.35 dólares.

Pero, insisto, incluso si llegan a producirse las intervenciones, su efectividad será mínima, ya que el impacto de este tipo de medidas sólo es puntual y no altera las tendencias subyacentes de los cruces. Las únicas intervenciones que de verdad tienen éxito son las que están concertadas entre los principales bancos centrales, pero Estados Unidos parece poco proclive a frenar la caída de su moneda, en la esperanza de que así mejore su déficit comercial.

El hecho de que, de manera inminente, los tipos de interés en Estados Unidos superen a los de la Zona Euro tampoco marcará un cambio de tendencia en los mercados cambiarios. Lo único que puede salvar al euro es que las divisas asiáticas pasen a ser objetos de compra por parte de los inversores, y que el euro deje se ser el que soporta toda la carga de la debilidad de la moneda estadounidense.

En Estados Unidos, el derrumbe del billete verde divide a « manufactureros » y « financieros ». Mientras los primeros desean un divisa más débil para aumentar sus exportaciones, los banqueros (que fueron los que financiaron la campaña de Bush) piden a Washington que no abandone al dólar, alertando de una posible crisis de confianza de la divisa norteamericana si se cae en la trampa de pensar que la devaluación es un camino hacia la prosperidad.

El « lobby manufacturero » norteamericano está presionando al secretario del Tesoro, John Snow, cuyo puesto en la nueva administración está en entredicho, y acusa a la Banca de querer volver a los tiempos de Rubin (secretario del Tesoro con Bill Clinton), cuando Estados Unidos decía que el dólar no debía bajar.

¿Recordáis aquella frase célebre de John Connaly (lejano antecesor de Snow en el cargo), mientras se derrumbaba en 1971 el sistema de paridades fijas creado en Bretton Woods en el año 1944?: “El dólar es nuestra moneda, pero sus problemas son de otros”. 34 años más tarde, las cosas han cambiado y ésa es una ellas. Hoy, el dólar también es un problema para Estados Unidos.

La política de dólar fuerte empezó a ponerse en práctica en los 90. En aquellos tiempos, el billete verde no subía sólo por lo que dijera Rubin (otro antecesor de Snow), sino por las políticas del Gobierno de Clinton. Poco antes de asumir Bush la Presidencia, Estados Unidos tenía superávit fiscal y el déficit de pagos externos en cuenta corriente reflejaba la afluencia de inversión externa, porque el país era atractivo para colocarse.

No obstante, el año pasado los emisores añadieron 440.000 millones dólares a sus reservas en dólares, o sea 83% del actual déficit norteamericano en cuenta corriente. Dado que la Eurozona no fue vendedora neta de tenencias en dólares, queda claro que Japón y China han sido compradores netos de deuda norteamericana. Quizá sea una coincidencia, pero el alza de reservas extranjeras en dólares equivale al déficit fiscal estadounidense. Dicho con otras palabras: los asiáticos están financiando los números rojos del gobierno Bush desde hace años. Y de ahí que los estados con grandes reservas en dólares esten preocupados por la depreciación del dólar. Puesto que se trata de depósitos considerables (más de 800.000 millones de dólares en el caso de Japón y 500.000 millones en el caso chino), las potenciales quiebras serían insostenibles.

Como sabéis, Estados Unidos está presionando a China para que revalúe el yüan. Pero un alza de 10% de esta monea representaría 50.000 millones de dólares en pérdidas para Beijing. Presumiendo que letras y bonos en su carteras maduren en tres a cinco años, una subida en un 2% en los tipos de interés estadounidenses implicará pérdidas adicionales de 30.000 a 50.000 millones dólares.

Para que los inversores dejen de castigar al dólar, Washington debe emitir –y pronto- signos creíbles de cambio en sus políticas fiscales. Pero Bush empeora las cosas insistiendo en convertir las rebajas tributarias de su primer mandato en permanentes, añadirles nuevos descuentos a los contribuyentes y modificar el sistema de seguridad social. ¡Juntas, esas medidas agregarán unos 3.000 millones de dólares anuales a la deuda acumulada!

Como subrayó Greenspan la semana pasada, existen límites para la disposición mundial de financiar el consumo y el gasto norteamericanos. La caída del dólar es un primer síntoma de ello. En este contexto, la solución es volver a subir impuestos. Esto reduciría el consumo y favorecería una disminución paulatina del déficit en cuenta corriente y la emisión de deuda (bonos). Sólo de esa forma se estabilizará el dólar y disminuirá la posibilidad de una exagerada subida de los tipos.

Como muchos países han (dolorosamente) aprendido, cuando los déficit se disparan, los capitales salen del país y los tipos de interés se disparan. Algo similar puede pasarle a Estados Unidos. Si Washington no reacciona pronto, podría acabar pareciéndose a ciertos países latinoamericanos.

Mientras, el EUR/USD, incansable, continúa con su rally alcista, a pesar de lo sobrecomprado que se halla el cruce. Los participantes en este par de divisas siguen posicionados al alza, aumentando paulatinamente sus órdenes protectoras de stop-loss para ir garantizando los beneficios logrados, que a estas alturas ya son considerables. El primer « target » del día es la marca de los 1.3355 dólares por euro. En caso de corrección (que tendrá que producirse en breve), el euro podría regresar a los soportes de los 1.3165, 1.3105, 1.3075 y 1.3015 dólares por euro. La primera resistencia se localiza ahora en el 1.3240 (número Gann).

Entretanto, el yen sigue apreciándose frente al dólar, lo que ha llevado al USD/JPY ha registrar un nuevo mínimo en los 102.40 yenes por dólar. El billete verde está, en estos momentos, recibiendo presiones por la resistencia inmediata ubicada en los 103.05 yenes. Los objetivos a medio plazo en este Mercado son los niveles alcanzados en Diciembre del año 1995, alrededor de los 110.60 yenes por dólar. Antes, no obstante, tendrán que penetrarse con éxito los siguientes soportes : 102.10, 101.85 y 101.30 yenes por dólar. Al alza, las resistencias emergen en los 103.05 (mencionado), 103.05, 104.40 y 104.75 yenes por dólar.

Por su parte, la esterlina está imparable, igual que el EUR/USD, rompiendo resistencias y acumulando ganancias día tras día. En estos momentos, el par GBP/USD cotiza cerca de los 1.8860 dólares por libra, y no tenemos resistencias hasta la cota de los 1.8945 dólares por libra, tope del pasado 25 de febrero. Así que ¡la vía está libre! Los stops-loss se han subido y están ya por encima del soporte ubicado en el 1.8795, así que los participantes en este Mercado están tranquilos con sus compras. Otros soportes que merece la pena mencionar son los de los 1.8795, 1.8730, 1.8665 y 1.8515 dólares por libra. A

Hoy nos quedaremos sin la referencia de Estados Unidos, cuyos mercados cerrarán por la festividad del Día de Acción de Gracias. El « IFO » acaba de publicar su Índice de Confianza Empresarial en Alemania para el mes de noviembre, mostrando una caída de este indicador hasta los 94.1 puntos, viniendo de los 95.3 puntos que había registrado el mes previo. El dato ha quedado, por tanto, por debajo de las previsiones, que auguraban que se quedaría en los 94.8 puntos. Las cifras, no obstante, le han « resbalado » al euro, que sigue arrogante mirando al alza mientras los inversores siguen pendientes de nuevos máximos.

En fin, no me queda más que agradeceros por la fantástica acogida que habéis dado (y seguís dando) al ENCUENTRO DIGITAL que esta tarde vamos a tener todos con EXPANSION.COM a las 17.00 h. de Ginebra y Madrid.

He recibido tal cantidad de cuestiones y comentarios que, desgraciadamente, no voy a tener tiempo de responderos a todos hoy, como me gustaría. Así que estoy tomando vuestras cuestiones de manera aleatoria, dejando que sea el « destino » el que decida las preguntas que voy a responder. Los « elegidos» y sus respuestas los veréis online a las cinco de la tarde en www.expansion.com

Por favor, plantead vuestras cuestiones a través del link que EXPANSION.COM ha creado especialmente para este encuentro en su « home page ». No me enviéis vuestras preguntas sobre el Mercado por e-mail ni a través de este foro (al menos, hoy). Teneis que ir a EXPANSION.COM (a partir de este mismo momento, si queréis) y dejad ahí vuestra consulta.

Fuente: ACM – Advanced Currency Markets

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Sobre el autor

Marion Mueller
Marion Mueller is the an analyst with OroyFinanzas.com.
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