(OroyFinanzas.com) – Ya lo sabéis: el euro ha superado, por primera vez desde su nacimiento, el nivel de los 1.34 dólares, llegando a cotizar el viernes a 1.3463 dólares, nuevo récord histórico. El objetivo del 1.35, nivel que encenderá todas las alarmas de los bancos centrales, está a la vuelta de la esquina.Una vez más, el déficit por cuenta corriente norteamericano sigue siendo el motivo principal de la caída del dólar.
Aunque no es el único motivo. Si no ¿cómo se explica que las tres monedas que más se han apreciado en los últimos tres años (el rand sudafricano, el dólar de Nueva Zelanda y el «aussie») pertenecen a países con fuertes déficits por cuenta corriente?
Lo que le está pasando ahora a Estados Unidos (y al dólar) es que los rendimientos sobre los activos norteamericanos están teniendo que subir para atraer a inversores extranjeros que están preocupados por el descenso del dólar, lo que es un cambio fundamental que nos indica el comienzo de un debilitamiento de dólar con una base más amplia.
Desde el año 2002, el dólar se ha depreciado más de un 40% frente al euro. Sólo en noviembre, la escalada del EUR/USD ha sido del 4.5%. No obstante, si recordamos al conjunto de las divisas europeas a las que substituyó el euro, podréis ver que en la mitad de los años noventa se produjo una depreciación del dólar incluso mayor que la de ahora, de modo que no es la primera vez que las divisas europeos (el euro ahora) se encuentran tan apreciadas respecto al billete verde.
Pero el proceso no ha terminado aquí. No sólo el dólar seguirá debilitándose, sino que las probabilidades de que el año que viene la divisa europea alcance los 1.50 dólares son cada vez mayores.
China ha entrado en juego con gran influencia en el FOREX. El gigante asiático tiene tal cantidad de dólares acumulados en sus reservas, que si quisiera podría literalmente hacer saltar por los aires a todo el sistema financiero internacional.
Entretanto, Estados Unidos está dejando que los demás países sean los que paguen el arreglo de sus problemas domésticos. Durante el primer mandato de Bush, Estados Unidos generó un terrible déficit comercial que en 2003 llegó a ser de casi medio billón de dólares. Para financiar este déficit es preciso que entren dólares en Estados Unidos. Si no entran en cantidad suficiente, lo que ocurre es que la oferta de los dólares que Estados Unidos utiliza para pagar sus compras en el exterior es menor que la demanda de dólares que los extranjeros realizan para comprar productos de Estados Unidos o para invertir en su interior. En esas condiciones, a la cotización del dólar le pasa lo mismo que al precio de cualquier otro bien: baja.
Durante estos años últimos, Estados Unidos ha ido resolviendo la situación gracias a que los países asiáticos, especialmente China, han ido “comprando” su deuda. Estos países venden a Estados Unidos una gran cantidad de productos cuya ventaja competitiva proviene de su bajo precio. Suelen ser productos de baja calidad, de modo que para tener éxito en los mercados norteamericanos deben ajustar mucho sus precios. Por este motivo, los asiáticos no quieren que el dólar se debilite, porque si lo hace sus monedas se fortalecen comparativamente y los productos que exportan a Estados Unidos resultan más caros y, por tanto, dejan de ser competitivos. Por esta razón, China Japón y otros países del área han estado siempre sosteniendo al dólar, preocupándose cuando su cotización cae demasiado.
Eso es fácil de comprobar si se compara la evolución del incremento de las reservas en dólares en los países asiáticos y el aumento del déficit estadounidense. Han evolucionado prácticamente de forma paralela y en cantidades casi completamente equivalentes. Pero últimamente, esta continua compra de dólares no está siendo suficiente y se está produciendo un continuo aumento en el exceso de la oferta de dólares, lo que produce su depreciación.
Al bajar el dólar, y al saberse que una de las principales causas es el persistente déficit de Estados Unidos, que no va a desaparecer a corto y medio plazo, los poseedores de dólares que juegan a especular en los mercados internacionales de divisas, o simplemente a mantener sus activos en las mejores condiciones de rentabilidad, empiezan de deshacerse de ellos.
China y Rusia están cambiando parte de sus reservas de dólares a euros, los países petroleros a libras esterlinas y los paraísos fiscales a francos suizos. La consecuencia de ello es que en el Mercado FOREX se inunda de operaciones de venta de dólares y eso hace que la cotización del billete verde siga bajando, mientras que paralelamente suben esas otras divisas.
Y esto le conviene a Estados Unidos. El país norteamericano está claramente apostando por mantener el dólar muy depreciado. Es verdad que Bush y otros dirigentes hablan de tener un dólar fuerte porque gran parte de la opinión pública identifica (equivocadamente) una divisa fuerte con “poder económico”. Pero la realidad es que Bush está dejando que el dólar se deprecie porque de esa forma pueden aminorar más fácilmente su déficit comercial.
Las industrias exportadoras norteamericanas están contentas con esta situación. La industria bancaria y financiera del país (que fue el principal apoyo electoral de Bush) preferiría un dólar más fuerte, pero están también de acuerdo con esta estrategia porque implica subidas progresivas de los tipos de interés. Éstas se irán dando sin parar en los próximos meses, procurando así una retribución más alta para los capitales.
Entretanto, Trichet dice que la apreciación del euro es “brutal e indeseada”, el ministro francés de finanzas la critica y Berlusconi la consideraba una amenaza para las exportaciones. Pero en ningún caso se pasa de ahí. No se hace nada por evitar la apreciación del euro. Si acaso, sólo se la combate verbalmente. Es más, el canciller alemán, Gerhard Shroeder, ha dicho que no es para tanto, que hay que acostumbrarse a la fortaleza del euro e incluso que es buena porque permite contener la subida de los precios al disminuir la factura petrolera.
El problema no es (sólo) que la apreciación del euro encarece las exportaciones europeas, sino que hace también más baratas las mercancías exteriores y, por tanto, incentiva la substitución de la producción nacional (europea en este caso) por la extranjera. Lo cual debilita la producción industrial y termina por destruir empleo y actividad económica en general.
La subida del euro, implica, además, mantener tipos de interés más altos que los que habría si se decidiera intervenir para depreciarlo, y esos tipos relativamente más altos también contribuyen a que disminuya la inversión y el empleo.
Es verdad que un euro apreciado como el actual disminuye lo que los europeos pagan por el petróleo (aunque eso apenas se está traduciendo en precios finales al consumidor más bajos). Pero, al mismo tiempo, tiende a generar subida de precios por otra vía. Al encarecerse el precio de las exportaciones, las empresas tienden a buscar nuevas formas de ser competitivas, a través de la calidad, la seguridad o la fiabilidad, por ejemplo. Y esas nuevas formas de competitividad generan, normalmente, mayores costes, más poder de mercado y, como consecuencia de ello, subidas de precios.
Pese a ello, la depreciación del dólar va a continuar, probablemente, en los próximos meses, a tenor de la extraordinaria magnitud del déficit norteamericanoy teniendo en cuenta que no cabe esperar que Bush cambie radicalmente de política y de horizontes estratégicos en este segundo mandato.
Técnicamente, a día de hoy el EUR/USD sigue mirando al “Norte”, con objetivo inmediato en los 1.3470 dólares por euro. Los stops-loss de los inversores están colocados alrededor de la referencia de los 1.3375 dólares por euro, punto de cambio de tendencia intradiara. Las resistencias emergen hoy en los 1.3460, 1.3510 y 1.3350 dólares por euro, mientras que los soportes más importantes son los de llos 1.34, 1.3385 y 1.3310 dólares por euro.
Y siguiendo con el repaso técnico de los principales cruces, el par USD/JPY ha entrado en una fase de consolidación tras la caída, el viernes, hasta los 102.50 yenes por dólar. Sin duda, el sesgo de este cruce continúa bajista, aunque temporalmente podamos asistir a alguna breve corrección al alza. El « target » alcista intradía se sitúa en los 102.40 yenes por dólar, a punto de ser alcanzado, mientras que el objetivo bajista de corto plazo apunta hacia los 101.75 yenes por dólar. En las eventuales ventas de USD/JPY, protegeros con stop-loss por encima de los 102.80 yenes por dólar. Los soportes se hallan en los 101.80, 101.50 y 101.20 yenes por dólar, mientras que las resistencias están en los 102.95 y los 103.30 yenes por dólar.
Por su parte, la libra esterlina se disparó el viernes frente al dólar hasta tocar la cota de los 1.9450 dólares. Los inversores siguen apostando al alza en el Mercado GBP/USD, localizándose el siguiente objetivo en los 1.9480 dólares por libra. ¿Stop/reverse aconsejable? En los 1.9360 dólares por libras. Resistencias: 1.9440, 1.9490 y 1.9530 dólares por libra. Soportes: 1.9385, 1.9350 y 1.9310 dólares por libra.
Por último, el cruce USD/CHF (dólar frente al franco suizo) está corrigiendo al alza esta mañana, tras el estupendo colpaso que experimentó el viernes, en el que el billete verde se hundió hasta los 1.13 francos suizos. Tras la cosecha de las ganancias, los inversores volverán a vender dólares frente a la moneda helvética, camino del atractivo target situado en los 1.1265 francos suizos por dólar. Los soportes más fuertes de este Mercado se ubican en los 1.13, 1.1235 y 1.1170 francos suizos por dólar, mientras que las resistencias emergen en los 1.1360, 1.14 y 1.1470 francos suizos por dólar.
Atentos, hoy, a la reunión del ECOFIN que se inicia en Bruselas y a la conferencia que pronunciará Jean Claude Trichet junto al ministro holandés de finanzas, Gerrit Zalm.
Fuente: ACM – Advanced Currency Markets
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