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Perspectivas a medio y largo plazo no son positivas para el dólar

(OroyFinanzas.com) – El dólar va camino de truncar la mejoría que ha atesorado frente al euro desde comienzos de año, período en el que, en total, ha rebotado cerca de un 6% frente a la moneda comunitaria desde sus mínimos registrados a finales de 2004. Las perspectivas a medio y largo plazo no son positivas para el billete verde, a pesar de que Estados Unidos continuará ensanchando el diferencial de tipos de interés contra Europa y de que el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense es más acelerado que el de la Eurozona.

Esta mañana, en una entrevista en Bloomberg, el consejero del BCE, Nout Wellink, ha señalado que la inflación europea está bajo control, lo que sugiere que no ve necesidad de elevar los tipos de interés en los próximos meses mientras la economía se recupera de la ralentización y decepción del cuarto trimestre.

En cualquier caso, el EUR/USD se muestra pletórico tras cerrar la semana pasada con una revalorización del 1.53%. El euro parece dispuesto a reducir la distancia que mantiene frente al billete verde tras la corrección desencadenada a principios de año, una vez que el soporte de los 1.2730 dólares por euro ha funcionado. ¿Osadía u odisea? Será, sin duda, una osada odisea la que el euro tiene intención de llevar a cabo. Mis previsiones siguen apuntando a que, a finales del mes que viene, veremos al euro cotizando en el entorno de los 1.35 dólares y al dólar en los 102 yenes.

Los inversores a largo plazo, los fondos de pensión, los grandes fondos de cobertura y los bancos de inversión, pese a la estupenda -y necesaria- corrección que el EUR/USD nos ha regalado desde el inicio de 2005, son renuentes a apostar por el dólar. La diferencia de rentabilidad que ofrece la deuda soberana de Estados Unidos en relación a la europea no es suficiente para incitar ganancias del dólar en un futuro.

De hecho, si el euro tiene un repunte considerable frente al dólar en las próximas dos semanas, más y más inversores llegarán a la conclusión de que el dólar ha tocado su punto más alto este año y, por consiguiente, tomarán posiciones cortas en billete verde. De momento, las carteras con vistas en el largo plazo siguen aferradas a sus visiones pesimistas sobre el dólar. Los enormes déficit de Estados Unidos -los cuales, como sabéis, están entre las principales razones por las cuales el Mercado llevó al dólar a depreciarse un 7% en el trimestre pasado- no han desaparecido aún y podrían volver a ganar la atención de los inversores.

No obstante, todo sea dicho, el gran déficit presupuestario norteamericano no siempre se ha traducido en depreciaciones del dólar. A mediados de los años 80, el déficit norteamericano llegó al 5% del PIB, comparado con cerca de 3.5% del año pasado. Sin embargo, en aquel entonces el índice del dólar de la FED -basado en una ponderación sobre el comercio frente a una canasta de monedas- se ubicaba un 34% más alto que el que hubo el pasado mes de diciembre.

El 2004 ha sido el tercer año consecutivo en que el dólar ha perdido terreno frente a otras monedas, lo que constituye el período más prolongado del declive de la moneda norteamericana desde los años 80. Los desequilibrios de la economía norteamericana que pesan sobre el dólar siguen presentes: un déficit fiscal alto, un saldo negativo cercano al 6% del PIB en la cuenta corriente que se financia casi exclusivamente con capital de corto plazo; y un ahorro privado que en la actualidad es prácticamente cero.

Mientras los americanos no logren aumentar su ahorro interno, reducir su gasto público, o elevar sus impuestos, la carga del ajuste recaerá sobre la cotización del dólar, ya que los inversores extranjeros se retirarán de los activos denominados en dólares y los bancos centrales asiáticos buscarán una mayor diversificación de su tenencia de reservas. Y la magnitud de la caída del dólar dependerá, principalmente, de la disposición de las naciones asiáticas, en particular China, de aceptar una apreciación de sus monedas.

Poned vuestros ojos – y posicionaros- en monedas como las de Suiza, Suecia y Noruega, divisas de gran atractivo este año que se están erigiendo como destinos de inversión con expectativas muy rentables. Y, claro, tampoco os olvidéis del yen, que, previsiblemente, continuará apreciándose frente al dólar durante el presente ejercicio, a pesar de que en lo que va de año se ha dejado más de un 2.5% frente al dólar y de que Japón ha confirmado que está en recesión. Sin embargo, las previsiones siguen situando a la divisa nipona por debajo de las 100 unidades por dólar.

Técnicamente hablando, el EUR/USD busca ahora la resistencia de los 1.3095 dólares por euro, zona clave cuya superación extendería el rebote del euro hacia los 1.3295 dólares. El soporte clave es ahora el de los 1.3010 dólares, cuya pérdida volvería a empujar a la divisa comunitaria hacia los 1.2980/65 dólares. Por su parte, el USD/JPY seguirá negociándose en los próximos días entre los 104.75 y los 106.25 yenes por dólar, hallándose su soporte inmediato en los 105.20 yenes por dólar. Entretanto, el USD/CHF sigue mostrando una clara tendencia bajista, que se mantendrá mientras el billete verde siga por debajo de la resistencia de los 1.19/1.1815 francos suizos. Existen grandes posibilidades de interesantes retrocesos hasta los 1.1765 francos suizos por dólar. No obstante, si, de manera inesperada, el USD/CHF supera el 1.1915, cambiad vuestra estrategia y entrad en ese mercado comprando con objetivo de alcanzar los 1.1950/65 francos suizos por dólar. Por último, la libra esterlina tiene previsto continuar con sus rallies, sobre todo después de que encuesta sobre el mercado inmobiliario (“Rightmove”) marcara la subida más importante desde el pasado mes de junio. El target de los 1.8985 dólares por libra va a ser alcanzado en breve y el siguiente objetivo, después de algunos días de consolidación, será el de los 1.9025/30 dólares por libra. ¡Atentos al soporte crucial que el par GBP/USD tiene en el área de los 1.8895/75 dólares por libra!

Esta semana, los principales referentes macroeconomicos serán el IPC y el PIB estadounidenses. Hoy tenemos ante nosotros una sesión tranquila, de transición, huérfana de la referencia de Estados Unidos, cuyas plazas permanecerán cerradas por la festividad del Día del Presidente.

El presidente norteamericano tendrá, en cambio, una agenda apretada hoy, ya que inicia una visita a las instituciones europeas en la que se reunirá con los principales líderes comunitarios. Bush se entrevistará hoy en Bruselas con el presidente francés, Jacques Chirac, y pronunciará un discurso en la capital belga.

Mañana, martes, reanudan su actividad los mercados norteamericanos y, con ello, se reactiva la agenda macroeconómica internacional. Contaremos con la confianza del consumidor estadounidense de febrero, el dato del PIB alemán de 2004 en su segunda estimación, y con la balanza por cuenta corriente de la Zona Euro en el mes de diciembre. Mañana aún proseguirá la gira europea de Bush, que acudirá en esta ocasión a una reunión con el resto de países miembros de la OTAN.

El miércoles se conocerá uno de los indicadores macroeconómicos más relevantes de la semana, el IPC estadounidense en el mes de enero, al que se sumarán las actas de la reunión de la FED del 2 de febrero. Atentos a esta cita, especialmente después de la sorpresa negativa en los precios de la producción publicados el viernes por la tarde.

Se ha dicho muchas veces que los vaivenes en la inflación en Estados Unidos estaban asociados a los precios del crudo. Durante el 2004, la inflación norteamericana repuntó con fuerza, pero la FED tranquilizó a todos asegurando que los precios subyacentes, esto es, descontando los precios energéticos y alimentos frescos, estaba bajo control. Pues bien: el impulso que han experimentado los precios a la producción de enero no se ha debido a los precios energéticos, lo que vuelve a despertar temores respecto a un rebote de las presiones inflacionistas en Estados Unidos. Por ello, la publicación, pasado mañana, del índice de precios al consumo para Estados Unidos, es una cita que muchos ya esperan con ansiedad. Porque una aceleración en los precios subyacentes tendría como respuesta inmediata una postura más agresiva por parte de la FED a la hora de subir las tipos de interés. (Si los precios mayoristas se aceleran, los riesgos de que se trasladen al consumidor con el fin de mantener los márgenes de beneficios se incrementan). Por cierto, el mal número de inflación que se publicó el viernes contrasta con la tranquilidad que Greenspan mostró la semana pasada respecto a la macha de subida de los precios, que continuará a buen ritmo.

En Europa, el protagonismo macroeconómico de la sesión del miércoles corresponderá al dato de confianza del IFO alemán de febrero, al que acompañarán los pedidos industriales de la Zona Euro en diciembre. La actualidad política del día pasará por la reunión de Bush con el canciller alemán, Gerhard Schroeder, en la localidad germana de Mainz.

Por su parte, la actualidad del jueves contará con los pedidos de bienes duraderos de enero de Estados Unidos y las habituales peticiones semanales de desempleo del país. Bush recalará este día en la ciudad eslovaca de Bratislava para entrevistarse con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Finalmente, la agenda del viernes no decaerá ante la proximidad del fin de semana y también será intensa en lo macroeconómico. El Mercado FOREX recibirá el dato macroeconómico más esperado de la semana, el PIB estadounidense del cuarto trimestre, al que se sumarán el PIB británico del mismo período, la confianza empresarial de febrero y el paro de enero en Francia, y la masa monetaria en circulación de la Zona Euro en diciembre.

Como véis, tenemos ante nosotros una semana bien cargada de citas interesantes que, sin duda, nos ofrecerán nuevas oportunidades de negocio en todos los cruces de divisas.

Gracia Bodelón, ACM – Advanced Currency Markets, Ginebra (Suiza)

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