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Inercia bajista del Euro

(OroyFinanzas.com) – Hoy comienza la cumbre del G-7 en Washington. Las reuniones se centrarán en torno a los ajustes en divisas asiáticas (como el yuan), el déficit presupuestario estadounidense, el crecimiento global y el petróleo.

Por lo demás, hoy no tenemos mayores factores macro a considerar, lo que permite consolidar el repunte del dólar iniciado ayer.
En efecto, la falta de datos deja todo el peso en la evolución del crudo, que hoy se mueve a la baja, con descensos superiores al 1.2% en los futuros sobre el West Texas, hasta los 65.70 dólares y en 1.5%, hasta los 63.65 dólares en los futuros sobre el Brent.

Por ello, el dólar debería continuar con su inercia alcista o, mejor dicho, el euro seguir con su inercia bajista. Dejaros llevar por la misma.

Por debajo de los 1.2250 dólares por euro, el par EUR/USD arroja un sesgo bajista. De hecho, habiendo ya perdido el 1.2130, la paridad tiene predestinada la visita a la figura de los 1.21 dólares por euro y, posiblemente, a zonas más bajas, como los 1.2065/40, dónde un nuevo interés de compra podría emerger en el Mercado. Además, si también se llegase a perder el piso de los 1.2020, tendríamos grandes posibilidades de ver rentables caídas hacia los 1.1950 y los 1.1865 dólares por euro en los próximos días. Las resistencias, por su parte, sobresalen en los 1.2125/35, 1.2195/1.2210, 1.2235/55/90 y 1.2310/45/75 dólares por euro.

Sin duda, la noticia de que Rita pierde intensidad y cambia su trayectoria ha sido determinante para que hayan vuelto compradores de dólares al Mercado. Sin embargo, no cantéis victoria aún, ya que no será hasta mañana por la mañana cuando comience a tocar tierra y sepamos finalmente si afecta o no a las zonas petrolíferas que rodean Houston. Visto así, es lógico que la jornada de hoy sea de transición. No será hasta el domingo por la noche, cuando el FOREX abra de nuevo, cuando sepamos en qué dirección apostar.

En Alemania, por otro lado, las primeras conversaciones para formar gobierno parecen haber tenido un relativo éxito, aunque aún queda por resolver quién será el Canciller de una futura coalición de gobierno entre la CDU/CSU y SPD.

Mientras, en Japón las plazas han estado hoy cerradas por festivo. En China, en cambio, esta madrugada, el Banco Central ha ampliado al 3%, desde el 1.5% anterior, la banda diaria de operaciones permitida para el yuan contra otras monedas, a excepción del dólar. Esta medida es parte de una serie de reformas dirigidas a flexibilizar aún más el mercado cambiario chino, después de la histórica revaluación del yuan que dispuso Pekín el pasado 21 de julio, del 2.1%, tras dos décadas de paridad con el dólar. Recordad: ese día se abandonaba un tipo de cambio que había persistido durante más de diez años, desde el 1 de enero de 1994, y que desde entonces fue resistiendo todos los embates del Mercado, incluida la crisis asiática de 1997, la del rublo (1998), el “efecto samba” (Brasil, 1999) y la difícil retirada de Argentina de su agencia monetaria con el dólar, cuando dio el giro a la pesificación (2002).

Como tantas veces he dicho, la revaluación china fue una primera y tímida respuesta de Pekín a las fuertes presiones de Washington para hacer un ajuste revaluativo conducente a un cierto reequilibrio en las relaciones comerciales entre los dos países. En ese sentido, será bueno recordar que en el 2004, con un déficit comercial estadounidense del orden de 800.000 millones de dólares (el 6% del PIB), el atribuible a los intercambios con Pekín representaban 162.000 millones.

La última y más fuerte presión de Estados Unidos para la alteración cambiaria fue la del Congreso, que dio un plazo de seis meses —a contar desde el 17 de mayo del 2005—, para la revaluación del yuan, amenazando con llevar a China a la OMC como responsable de una “manipulación monetaria competitiva” que, en caso de no corregirse, tendría que haberse compensado con un gravamen especial para todas las importaciones chinas de un 27.5%.

De todos modos, no olvidéis que de las reservas internacionales de China, en torno a 750.000 millones de dólares, casi 300.000 están materializadas en bonos del Tesoro de Estados Unidos (treasuries), de modo que es la República Popular (sólo por detrás de Japón y antes que la India), la que en gran medida está financiando el déficit norteamericano. Por ello, la nueva política cambiaria plantea la duda de si China mantendrá sus compras masivas de bonos. Ante lo cual, cabe reflexionar que todo dependerá de las futuras relaciones comerciales con Estados Unidos, en las que hay una fuerte componente política; pues si China financia el déficit estadounidense vía bonos, como también es verdad que Estados Unidos invierte cantidades ingentes de capital en China (en miles de empresas que realmente forman parte del sistema productivo estadounidense), incluso aunque hubiera una revaluación más significativa del yuan, sería muy difícil que Estados Unidos pudiera reducir sus importaciones, que tienen un fuerte carácter estructural. No en vano, el Banco Asiático de Desarrollo ha calculado que incluso si China llegara a revaluar un 20%, el déficit comercial de Estados Unidos sólo mejoraría en un 0.05%.

Me preguntáis: ¿qué impacto tienen estas revaluaciones del yuan en el dólar, el euro o las restantes divisas asiáticas? El mayor efecto entre las principales divisas se debe dejar notar en el yen, que podría subir junto a las demás monedas asiáticas. De momento, las revaluaciones que llevamos no tienen por qué tener mucho impacto sobre el dólar. A más largo plazo, la vinculación del yuan a una cesta de divisas es una señal de buena voluntad por parte de China para tolerar una mayor flexibilidad cambiaria, lo que puede provocar que el billete verde vuelva a debilitarse otra vez (si, efectivamente, se producen más revaluaciones).

Curiosamente, este anuncio de mayor flotación del yuan ha llegado poco antes de la reunión del G7 en Washington, durante la cual los países occidentales tenían pensado llamar una vez más a China a que sea más flexible. El Ministro de finanzas japonés, no obstante, se ha referido al tema diciendo que se le debe dar más margen a la República Popular para que se acostumbre al nuevo sistema de tipo de cambio establecido en julio. Estados Unidos, en cambio, sigue en sus trece opinando que el yuan debería apreciarse más del 28% (30% si consideramos la subida en julio).

Entretanto, el USD/JPY retrocede ante la última –y ligera- oleada de compras de yenes, aunque el cruce aún sigue metido dentro del canal de los 111.00-1112.00 yenes por dólar. Los más valientes (y con cuentas mayores) podéis entrar vendiendo USD/JPY en los 111.80 o 112.05 yenes por dólar: ambos son dos excelentes puntos de venta.

Fuente: ACM – Advanced Currency Markets

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