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Las oportunidades en las materias primas y el oro

(OroyFinanzas.com) – Los argumentos para el sector de oro y materias primas son realmente obvios. Sin embargo, la gran mayoria de los inversores (tanto institutionales como privados) todavía no están invirtiendo de manera adecuada. Al contrario, que muchas empresas tecnológicas, que cayeron como piedras después del boom de hace unos años, tener participaciones en empresas de oro o materias primas tiene mucho menos riesgo. Esas empresas exploran y/o producen algo que necesitamos “diariamente” y las materias primas son limitadas. El oro además ofrece un refugio excelente. Su valor no depende sólo de la confianza en el gobierno o una institución como los bancos centrales ya que tiene valor por si mismo.

Brevemente, los hechos fundamentales son:

Sólo se puede ampliar la producción de materias primas y oro muy lentamente. A veces, no es posible en absoluto porque no hay suficientes hallazgos nuevos para sobre-compensar la extracción anual. Normalmente desde el comienzo de la exploración de un yacimiento nuevo, hasta la producción pasan de 6 a 10 años. A finales del siglo pasado se registró el punto más bajo de las materias primas, por lo tanto las inversiones para encontrar nuevos hallazgos (exploración) casi no existían. En resumen, la oferta es muy limitada e inflexible.

Por el contrario, la demanda actual es muy fuerte como nunca antes en la historia. El número y el poder de los consumidores mundiales crece con un buen ritmo. Sólo en China e India pronto habrá 2,5 mil millones de personas que quieren y pueden consumir cada año más. El “hambre” mundial hacia las materias primas es casi insaciable. La conclusión es que la demanda crece fuertemente a largo plazo si no hay una crisis mundial considerable.

La situación fundamental justifica precios mucho más altos

El creciente vacío entre la oferta y la demanda sólo se puede nivelar con precios más altos de las materias primas. Y el inversor puede aprovechar esta oportunidad si tiene participaciones en esas empresas. Todavía no es demasiado tarde porque normalmente los ciclos grandes en los mercados de materias primas suelen tener una duración de más de 15 años. La última vuelta en la tendencia fue alrededor del fin del siglo. Sobre todo, ajustados a la inflación, los precios de materias primas y oro todavía quedan muy lejos de los últimos altos en los años 80. Pero la gran demanda y las enormes ampliaciones del volumen monetario en todo el mundo justifican que en este ciclo los precios de las materias primas y del oro alcancen un nivel mucho más alto que el de los últimos topes.

Sólo al respecto del oro la situación es la siguiente:
EL oro tiene un valor en si mismo y por eso desde hace miles de años es considerado como medio de intercambio. No se puede ampliar fácilmente la cantidad del oro al igual que se hace con el dinero moderno. Antiguamente el dinero estaba vinculado a un valor real como el oro. Por ejemplo, cada poseedor de un dólar antes del año 1930 podía intercambiar este “bono” en oro. Por eso la gente sabía que el dólar tenía un valor real. Después del año 1930, el gobierno de los EEUU lo cambió. Sólo los acreedores internacionales y gobiernos tenían el derecho de cambiar los dólares en oro. En 1971 Francia devolvió una gran cantidad de dólares en oro y el presidente Nixon terminó con la vinculación del dólar con el oro.

La mayoría de la gente probablemente no lo percibía y aparentemente todos se acostumbraban tener y trabajar por un “papel” que al fin y al cabo sólo significa confiar en el gobierno y/o en el Banco Central. Los gobiernos y los bancos centrales pronto notaron que a partir de esta fecha les resultaba muy facíl ampliar el dinero y así, solucionar problemas económicos, aumentar el PNB, ampliar sus posibilidades de ser reelegidos etc. Una situación paradisiaca, por lo menos a corto y medio plazo.
A largo plazo, el endeudamiento mundial actual, nunca antes conocido, como consecuencia de ampliar el dinero (más dinero va acompañado con más deudas) va a causar problemas muy graves. Sólo se puede reducir la gigantesca deuda, bien, aceptando el retroceso (poco probable que lo hagan los políticos) que restablece los equilibrios, o bien, aceptar y/o estimular la inflación que disminuye el valor de las deudas (la opción más probable).
Es una ilusión creer que se puede hacer que la economía siempre crezca, crear prosperidad o solucionar problemas únicamente imprimiendo más y más dinero. En el presente el aumento de las deudas estimula el consumo actual y eso tendrá consecuencias negativas en el consumo futuro. Al fin y al cabo alguien tiene que “pagar la cuenta”.

El oro todavía está muy barato

En cualquier caso, el oro va a ganar en valor y será un refugio para los inversores. Fíjese en este hecho: el valor de oro, que jamás ha sido producido, se estima que es de unos 2 billones de dólares. El Banco Central de EEUU (FED) imprime cada año 1,5 billones de dólares nuevos. Sólo esta comparición no deja duda alguna que el precio del oro es una “ganga” en relación a la enorme cantidad de “papeles” que producen todos los Bancos Centrales.

Al contrario, las materias primas pueden bajar si hay un retroceso mundial, porque entonces la demanda bajaría. Sin embargo, la correlación de las materias primas con los mercados de acciones es muy baja o negativa y además, es más probable que tengamos inflación que repercute positivamente.

Muy importante para el inversor es saber que las acciones de empresas que producen oro o materias primas normalmente sufren si hay un descenso fuerte en los mercados (la correlación de estas acciones, por lo menos en corto plazo, con los mercados es positiva). Pero el precio del oro va a ganar y el efecto a las materias primas depende del escenario (inflación o retroceso). El inversor tiene que diferenciar entre el material (lo que sea: oro, plata, cobre, hierro etc.) y las acciones que lo producen.

Resumen:
En nuestros tiempos es indispensable para todo inversor, por lo menos, diversificar una buena parte de su cartera en el sector de materias primas y oro. Este sector tendrá más posibilidades que otros sectores como bonos, inmobilaria o acciones (de empresas que no producen materias primas) que ya son, en general, muy caros.

Además, las mejores posibilidades, sobre todo el oro, y en cierto modo, de las materias primas, es que son refugios en el caso de que haya una crisis enconómia. En este caso el inversor tiene que diferenciar en el material y en las acciones de empresas que lo producen. Es recomendable diversificar también sus inversiones en materia prima y oro entre acciones que lo producen y el material propio. Existen efectos / certificados para materias primas y también para el oro. Si se quiere tener algo en efectivo en su propia caja fuerte hágalo en oro.
En mi proximo artículo les presentaré una empresa que es muy poco conocida y que tiene varios proyectos de uranio y oro.

Bernhard Schmidt, Analista experto en oro y materias primas

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