(OroyFinanzas.com) – El metal dorado se ha convertido en uno de los depósitos de valor mas importantes frente a la incertidumbre en el sistema financiero y ante la creciente desconfianza en los mercados. Su precio ha experimentado en los últimos meses oscilaciones de vértigo, si bien todavía no ha superado la barrera de los 1.000 dólares la onza.
De momento, la cotización está a 923 dólares la onza, pero la tendencia, según los expertos, será alcista.
Es una máxima que se cumple en toda crisis que se precie de serlo: el valor del oro aumenta cuando los inversores se cuestionan que el dinero en papel no va a asegurar sus ahorros.
Ante esta realidad, el sector de la joyería está ya echándose las manos a la cabeza, puesto que pueden verse reducidas las ventas, así como las exportaciones, además de generarse un clima de incertidumbre sobre el precio final de los productos fabricados en oro, por mucho valor refugio que sea.
Como en otras ocasiones ha manifestado el presidente de la Asociación Provincial de Joyeros de Córdoba, Manuel Berral, esas fluctuaciones perjudican a la hora de vender el producto terminado, puesto que disminuyen los beneficios de las ventas, aunque éstas se hagan por más valor. Asimismo, continúa, perjudica en la exportaciones, al tener que distribuir los artículos más caros.
En la misma línea se ha pronunciado el empresario del sector de los seguros de joyería Rodolfo Serván, que apuntó que estas variaciones en el precio «no son normales; lo habitual es que el precio fluctúe y sufra subidas y bajadas de cotización, pero dentro de una estabilidad».
La situación alcanza tintes más negros si se tiene en cuenta la posición por la que atraviesa la banca en la actualidad, «que, en los tiempos que corren, no pueden dar garantías mediante los seguros de cambio. No se atreve, porque sabe que, casi con total seguridad, le va a costar dinero», explicó Serván.
La única opción que le queda al sector de la joyería es «esperar a que el mercado se temple», dijo el empresario «y que se fabrique con cautela, comprando sólo las cantidades justas para garantizar su venta en el futuro al precio estimado», añadió.
Crisis sobre crisis
En este sentido, si la tormenta que se avecina sigue su curso, se sumaría a los nubarrones de crisis que afecta desde 2002 al sector de los joyeros cordobeses.
El descenso de las exportaciones desde ese año, la aniquiladora competencia asiática, la falta de una marca comercial y, cómo no, la economía sumergida son algunos de los factores que han ido minando el mercado cordobés. «La inseguridad se acrecentaría y seguro que más de un empresario dejaría el negocio», dijo Serván.
Las soluciones pasan por un mayor apoyo por parte de los bancos, «garantizando sus inversiones. Ahora, sin financiación, las cosas están muy complicadas», apuntó el empresario.
Davinia Delgado
Fuente: ABC
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