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2008 y enseñanzas sobre el precio del oro (I)

(OroyFinanzas.com) – De vez en cuando es muy conveniente revisar nuestras creencias y prejuicios, esas ideas que venimos aceptando sin juicio crítico. Las sutiles telarañas de la costumbre nos llevan a aceptar sin mayor cuestionamiento muchas de los principios por los que guiamos nuestra vida. Esto no es malo en sí mismo, no podemos estar revisando nuestras bases existenciales al comenzar las tareas de cada día. Pero alguna vez conviene hacer un “tabla rasa” teórico, provocar un parón, generar una actitud crítica hacia aquellas ideas o creencias que conforman nuestra vida, y que asumimos sin crítica de tipo alguno.

El fin no es otro que entenderlas mejor y el de que actuemos con más convicción al ser guidados por ellas, si es que son las correctas, o desecharlas a tiempo si no lo son.

Algo parecido se puede aplicar también en el mundo de la inversión. Y en este sentido, y para los que creemos en la inversión en el Oro, también deberíamos hacer este parón autocrítico respecto a nuestros queridos metales: el oro y la plata.

Si usted quiere multiplicar por mucho su capital en el mercado de valores no necesita medias móviles, ni líneas de tendencia, ni gráficos que le muestren los soportes y resistencias relevantes. Todos esos elementos, si usted ha tenido la fortuna de acertar al encontrar el sector adecuado, pueden inducirle a que venda sus mejores apuestas ante una lectura elevada de cualquier indicador de sentimiento de mercado o de estados de sobrecompra, y a que “pierda el mercado” para siempre. El elemento más necesario en el mundo de la inversión es una fuerte convicción. La convicción que nace y que se obtiene de haber repasado varias veces, sin pasión, sin concesiones más que a la razón, los principios que nos están guiando.

Y no hay en la historia más reciente de los últimos 29 años ninguna referencia más conveniente, ninguna oportunidad mejor, para realizar este análisis crítico sobre el oro, que el año 2008.

Por eso me atrevo a decirles que ésta cuestión que voy a tratar hoy y en las dos próximas colaboraciones es una de las más importantes referencias que deberían de tener los inversores en metales preciosos cuando piensen en la forma de invertir sus ahorros.

Éste era el debate entre los propios simpatizantes del oro sobre la inversión en metales preciosos antes de 2008 (y posiblemente hoy):

Se aceptaba que el elevado endeudamiento al que habían llegado las economías principales del mundo con respecto a la producción real de bienes y servicios (Endeudamiento/PIB) traería como consecuencia su reducción a los ratios más acordes con las medias históricas, o al menos se reducirían los valores extremos a los que se había llegado. El debate ya empezaba con la forma en que esto sucedería:

• Unos pensaban que se reduciría el numerador de esa ratio, el endeudamiento, que en algún momento se comenzaría un movimiento pendular en el que la búsqueda de liquidez terminaría por ser desesperada. Y el crédito general sufriría una incontenible tendencia a la reducción. Quienes decían esto son los teóricos de la deflación.

Otros pensábamos que esa podría ser la tendencia en ausencia de bancos centrales y del dinero fiduciario que éstos crean. Pero que esa tendencia es siempre abortable por un banco central decidido a luchar contra ella con todos los medios a su alcance. Esto era lo que decía Bernake antes de ser presidente de la Reserva Federal. Y siendo esto así, lo que a continuación seguiría no sería una bajada del numerador en el ratio Endeudamiento/PIB, sino una subida nominal (por aumento fuerte de los precios) del denominador (PIB). A este grupo en el que me incluyo se nos podría tildar de ser los teóricos de la inflación. Por cierto, inflación prevista que aún no ha ocurrido.

En el segundo debate se discutía el papel del oro y de la plata en ambos escenarios: Se aceptaba con una casi unanimidad que en el escenario inflacionario el oro sería un buen activo refugio, pues ha demostrado mantener sus poder adquisitivo al considerar grandes periodos temporales. Y se aceptaba lo mismo para la plata: era un metal precioso que en su día fue dinero, y en todo caso, es un activo real para el que existe una demanda industrial. Si existiera una gran inflación, todos los bienes reales se beneficiarían al menos en términos nominales, ¿Por qué la plata iba a ser menos? A las empresas mineras de oro y plata se aplicaba, en este sentido, el mismo análisis que a la plata.

• Por el contrario, en el escenario deflacionista unos creían que el oro sería un buen refugio, y otros que no. Decían estos últimos que el oro ya había perdido la consideración de dinero por parte del público hacía muchos años, y en ese escenario lo que la gente busca desesperadamente, la única demanda real fuerte, es la de “dinero”. Pero argumentábamos los primeros, que aún en ese escenario deflacionista que se nos antojaba tan improbable, el oro iría de la mano de la demanda de efectivo en moneda fiduciaria, por carecer de riesgo de contraparte y haber sido capaz a lo largo de la historia de haber mantenido un papel importante en la cartera de los inversores como valor refugio.

Y finalmente, en ese escenario deflacionista, muchos de los “creyentes” en el oro para la situación deflacionaria no lo eran de las empresas mineras del oro (se comportarán como el resto de empresas, serán llevadas por la misma corriente de pánico vendedor, decían). Y menos creyentes eran aún del metal plata.

¿Y qué ha pasado realmente desde que empezó el año de la deflación hasta el pasado viernes? He aquí el resumen de toda la historia, medido en lo que más nos interesa, la variación de los precios:

31/12/07

 

31/12/08

 

Variación

 

Oro

 

838

 

884

 

5%

 

Plata

 

14,92

 

11,3

 

-24%

 

HUI (Mineras oro y plata)

 

409

 

302

 

-26%

 

CRB (índice de materias primas)

 

359

 

230

 

-36%

 

S&P 500

 

1.468

 

903

 

-38%

 

En el cuadro superior tenemos las variaciones que han sufrido los cinco tipos de activos que más nos interesa comparar durante 2008. Y ahí vemos que el oro fue el único que tuvo un comportamiento positivo. El valor de las empresas de bolsa, medido por el S&P 500 fue la peor de las inversiones. La inversión en materias primas, en “cosas” tangibles representadas por el índice CRB, tampoco fue buena inversión, casi tan mala como la de la bolsa. En cuanto a la plata y las empresas mineras de oro y plata, parecen haber ido de la mano, con unas pérdidas importantes, del 24 y 26% respectivamente, pero ya claramente separadas de las “otras materias primas”. Su comportamiento parece haber ido a medio camino entre el puerto seguro del oro y la inclemente tormenta sufrida por la mayor parte de los activos. En resumen: al menos el Oro sí demostró ser activo refugio en un entorno deflacionario.

No obstante, la anterior no es la historia completa de los precios. Desde mi punto de vista, el cuadro temporal que mejor complementa al anterior sería el que comparara también las variaciones hasta el día de hoy (el pasado viernes 12 de junio) con el comienzo de 2008. Y digo esto porque podría haber ocurrido que tras una reacción inicial histérica de los inversores, y tras las previsibles reacciones inflacionistas de las autoridades monetarias, aquellos se hubieran podido reposicionar de otra forma distinta a lo que fue su reacción inicial. Veamos esa historia más completa:

31/12/07

 

12/6/08

 

Variación

 

Oro

 

838

 

939

 

12%

 

Plata

 

 

14,92

 

14,82

 

-1%

 

HUI (Mineras oro y plata)

 

 

409

 

350

 

-14%

 

CRB (índice de materias primas)

 

 

359

 

262

 

-27%

 

S&P 500

 

 

1.468

 

946

 

-36%

 

Y efectivamente, en el segundo cuadro se puede apreciar que a pesar de que los inversores han reaccionado dejando a la bolsa casi donde estaba el terminar 2008 (ligeramente mejor), las pérdidas de las materias primas se han reducido de un 36 a un 27%, conforme el escenario deflacionario se despejaba. Pero lo más llamativo es que la plata ha anulado prácticamente sus pérdidas: ha reaccionado con verdadera fortaleza, muy superior a la del oro. Y el activo que permanece aún bajo sospecha, el índice de las empresas mineras de metales preciosos, ha reaccionado vigorosamente, pero muestra todavía una clara falta de sintonía con los metales preciosos que se suponen que producen estas empresas mineras.

Es casi seguro que la situación seguirá recomponiéndose para las empresas mineras de oro y plata, en el sentido de seguir más estrechamente las variaciones del metal que producen. Pero han demostrado, como algunos advertían, ser un activo con una prima de riesgo extraordinariamente más elevada que la plata y el oro.

Yo nunca imaginé que la falta de correlación de las empresas mineras con los metales sería tan llamativa: ¿Sería concebible que se vendieran más coches y a mejor precio, y que a la misma vez bajaran considerablemente los costes de la producción de coches y la evolución bursátil de las acciones de los productores de coches fuera negativa? Pues eso es exactamente lo que ha pasado con las empresas del oro y casi lo mismo con las de la plata.

Pero una cosa está clara: el metal industrial plata ha mostrado un comportamiento mucho más parecido en el precio con su hermano el oro que con todo el resto de activos. Por eso le recomiendo que si usted aspira a algo más que proteger su capital en tiempos de incertidumbre, y quiere multiplicarlo, escoja la plata como el mejor medio de hacerlo. Por cierto, hoy lunes es buen día para empezar a comprarla, está bajando un 5%.

Aben Jaldun

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