(OroyFinanzas.com) – Recientemente he leído comentarios que alertaban sobre una próxima corrección en el precio del oro (y de la plata, y de las mineras de oro y plata). Estas opiniones, que aparecen recurrentemente, provienen de analistas a los que valoro y que razonan bien sus argumentos y suelen acertar. Son alcistas respecto a la evolución del precio del oro en el largo plazo, por las mismas razones que en esta tribuna ya he explicado en otras ocasiones. Pero también son conscientes de que ningún mercado se mueve en línea recta, sino zigzagueando.
Y consecuentemente, tratan de encontrar los máximos y mínimos relevantes y aprovecharlos a través operaciones de corto plazo (trading).
No comparto con entusiasmo este acercamiento cortoplacista al mercado. El mercado de valores es lo opuesto a la meteorología: al predecir el estado del tiempo, la cercanía temporal es mayor garantía de acierto que la distancia temporal. Sin embargo, en el mercado de valores tienen lugar inconsistencias y excentricidades en el medio y corto plazo, totalmente impredecibles y que se subsanan generalmente en el largo plazo, el cual se convierte así en la mejor referencia para el inversor.
El maestro Kostolany lo resumía diciendo que en la bolsa “dos más dos no son cuatro, sino cinco (hecho extemporáneo) menos uno (las cosas se ponen en su sitio)”. De hecho, son esas excentricidades las que Warren Buffet dice que los buenos inversores deben aprovechar (en unos casos para comprar y en otros para vender).
En el corto plazo se impone por encima de todo el análisis técnico del mercado: estados de sobrecompra o sobreventa, indicadores de sentimiento, estudios de soportes, resistencias y líneas de tendencia, etc…
El análisis técnico es básicamente todo aquello que no es análisis fundamentado en los hechos económicos de la empresa, el mercado o la economía. Y es la menos fiable de las herramientas con la que nos podemos acercar al mercado. Pero es recomendable su uso para tener una idea sobre los momentos de compra y venta más idóneos. Por ejemplo, todo el análisis fundamental que augura un brillante futuro al oro era válido en 1996.
Pero si haciendo caso a Greenspan en sus advertencias en aquellas fechas sobre la exuberancia irracional, usted hubiera comprado oro en ese año al precio medio que tuvo de 388 dólares la onza, habría tenido que pasar por el calvario de verlo en 255 (un 34% de pérdida) al cabo de cinco años, a principios de 2001. Y sólo habría recuperado su inversión original en dólares nominales (no reales), en el segundo semestre de 2003, siete años más tarde.
Y dicho todo esto, ¿Cuál es la herramienta de análisis técnico utilizada por ciertos analistas para prever una bajada temporal en el precio del oro? Respuesta: el análisis de las posiciones de los participantes en los mercados organizados de futuros en Estados Unidos.
El mercado de futuros estadounidense es de momento el más importante del mundo. En este país, la CFTC (Commodities Futures and Trading Commission) tiene entre otras funciones la de recopilar y publicar una serie de datos de los mercados organizados de productos derivados. La CFTC divide a todos los participantes en los mercados de derivados en dos clases:
1. Los commercials: aquellos que realizan la mayor parte de sus operaciones en el mercado de futuros como cobertura de otras posiciones. Ejemplo de commercial en los futuros del petróleo podría ser Iberia, que compraría petróleo futuro cuando creyera que su precio es atractivo para tener asegurado dicho precio del suministro en el futuro. O podría ser Repsol, que haría lo contrario, vendiéndolo cuando pensara que es tan alto su precio que valdría la pena tener asegurado que en el momento de la extracción se podrá vender en ese nivel.
2. Los especuladores son todos los demás. A todo aquel que no cubre una producción futura, una demanda futura o una posición asumida en otro mercado distinto del de futuro, la CFTC lo clasifica como especulador.
Pues bien, en el mercado de futuros del oro, al igual que en el resto, los especuladores pueden tener en conjunto posiciones largas o cortas, que son las mismas pero de signo contrario que las de los commercials.
Es un hecho conocido para los que seguimos estos mercados que cuando los especuladores tienen posiciones muy extremas, tanto si son largas como si son cortas, puede estar próximo un giro en la dirección del precio de mercado en la dirección contraria a la que apuestan los especuladores.
Y ello no es debido a que los especuladores sean más torpes o menos conocedores del mercado en el que actúan que los commercials.
La razón se encuentra, más bien, en el hecho de que los especuladores actúan de forma apalancada, cosa poco habitual en los commercials. Quien actúa de forma apalancada vende más de lo que tiene para vender o compra con más dinero del que tiene para comprar. Quien opera de esa manera, a crédito, tiene que seguir muy de cerca las fluctuaciones del precio de mercado, y si sus posiciones son muy extremas, esa vigilancia tiene que ser extrema.
Y si las posiciones son tan extremas, los stop-losses (el cierre de posiciones cuando hay pérdidas, para evitar que las pérdidas se descontrolen) tienen que ser muy ceñidos al precio y ejecutarse sin contemplaciones. Por ejemplo, cuando los especuladores adoptan posiciones extremas largas en el mercado del oro, si el precio de éste se moviera en su contra, tendrían que reaccionar con rapidez cerrando sus operaciones largas para evitar un agrandamiento de las pérdidas. Y para hacer esto tendrían que VENDER, y ello provocaría avalanchas sucesivas de ejecuciones de stop-losses y una bajada brusca del precio del oro.
Bien, en esa situación nos encontramos en el mercado del oro: desde el 4 de enero de 1993 en que comenzó la recopilación de datos hasta el pasado 26 de mayo de 2009 (los últimos publicados), la mediana de las posiciones de los especuladores es la de 52.408 contratos en posición corta, o el equivalente a 163 toneladas de oro (cada contrato gira sobre 100 onzas y la onza tiene 31,1 gramos).
El decil superior (umbral del 10% de las posiciones especulativas más largas) se encuentra en 533 toneladas largas, y el decil inferior en 147 toneladas cortas. Y el número que a usted le interesa, la posición actual en la fecha más reciente de la que hay datos, es de ¡647 toneladas largas! Estamos en una zona de riesgo alto. En esa zona entramos el 19 de mayo, con 569 toneladas, y durante la semana pasada el riesgo aumentó de forma muy brusca.
Pero yo no le aconsejaría que lo vendiera Todo. De hecho, mi consejo es que no venda Nada. Considere que no hay sistema infalible, que hay que seguir unos pocos de ellos, e interpretar la visión de conjunto que nos ofrecen. Por ejemplo, el tres de febrero de 2009 las posiciones de los especuladores señalaron peligro, con una posición larga de 552 toneladas, y estando el precio del oro en 900 dólares la onza. El 7 de abril se salió de la zona de peligro, con un precio del oro de 981 dólares la onza. Durante todo ese periodo, el oro hizo un mínimo en 869 dólares la onza, no muy lejos de la zona en que comenzó cuando recibimos la señal de peligro.
Además, otros indicadores de sentimiento que comentaremos el próximo día no señalan peligro. Las posiciones especuladoras en el mercado de la plata, tampoco. El grado de sobrecompra sí. Pero el conjunto es confuso para el corto plazo, como ocurre en el 95% de los casos. Por lo tanto aténgase al largo y no haga nada (lo más recomendable) o tome una serie de acciones menos agresivas que la venta a los precios actuales:
• Traspase posiciones de mineras a posiciones de metal (muy, muy, muy recomendable)
• Reduzca su programa gradual de compras de metal (pero no lo anule)
• O si su bróker le ofrece acceso al mercado de derivados, venda opciones call sobre una parte de su posición en oro en precios de ejercicio de 1.100 y vencimiento diciembre (le pagarían alrededor de 47 dólares la onza, y su mayor riesgo es que se la quiten de aquí al tercer viernes de diciembre al precio de 1.100 dólares, 130 dólares por encima de los 970 en que está ahora). Este tercer camino ni lo considere si no es usted un profesional.
Conclusión:
En el mercado de valores, la visión del corto plazo tiende a fallar. La situación actual en el del oro no es clara para el corto plazo, aunque algunos indicadores señalan peligro. Aténgase, pues, a la brújula fiable que tiene del largo plazo y no haga nada, o casi nada, porque el trading falla mucho.
Aben Jaldun
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