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¿Llevarán los especuladores el Oro a 2.200 dólares la onza?

(OroyFinanzas.com) – Cuentan que a Borges, cuando su anciana madre murió, alguien le dio el pésame diciendo: “Es una pena que no haya llegado a los 100 años”. A lo que Borges según parece respondió: “Yo no le doy tanta importancia al sistema métrico decimal”. Repasando las entrevistas a Borges realizadas en los años setenta por Joaquín Soler Serrano, he podido apreciar que era un ser excepcionalmente sabio.

A pesar de lo cual el autor cree que Borges no entendería que el nivel de 1.000 dólares la onza de oro esté siendo una formidable barrera en el que la fuerzas de la oferta parecen haberse posicionado decididamente a abastecer el mercado con todo el oro que sea necesario.

¿Acaso esas fuerzas de la oferta sí conceden más importancia al sistema métrico decimal que el sabio Borges?

Hay analistas respetables (estoy pensando en el venerable Richard Russell, el cual lleva acertando en los mercados desde 1958) que creen que la Reserva Federal tiene un gran interés en evitar que el precio del oro suba de forma algo más que gradual. Aunque no me pronuncio sobre dicha cuestión, estaría dentro de lo razonable que fuera así. El propio Russell nos lo explica al argumentar que la Reserva Federal está tratando de luchar contra las fuerzas de la deflación a base de imprimir dinero en unas proporciones que no tienen precedente alguno en la historia. Entiéndase, nos referimos a la historia de la Reserva Federal, no a la historia de la República de Weimar ni a la de Zimbawe.

Russell dice que si el oro comenzara a llamar la atención por subidas espectaculares de su precio, se estaría poniendo de manifiesto que hay serios problemas económicos y financieros, y que los gobiernos encuentran en dificultades para atajarlos. El oro, como el termómetro, es un indicio de la salud del paciente. Podría ser que se estuviera solucionando el problema de la enfermedad de la depresión económica a base de un tratamiento que nos llevara a las puertas de la hiperinflación monetaria, y que esto estuviera siendo reflejado en la cotización del oro.

También estaría dentro de lo razonable que probos funcionaros, quizá del gobierno americano y aún más sabios que Borges, pensaran que el nivel de 1.000 dólares la onza es la Línea Maginot en cuya defensa no habría que ahorrar pólvora. Para que se hagan una idea visual de la Línea a que nos referimos les mostramos a continuación un gráfico de la historia reciente del precio del oro:

En toda su historia, el precio del oro sólo ha cerrado tres días por encima del nivel de 1.000 dólares la onza. Y uno de esos días fue la semana pasada. ¿Es esa una zona en la que lo prudente es vender y esperar bajadas de precio que se aprovecharían para comprar? ¿O quizá estamos siendo testigos de la rotura de la tapa de una olla a presión, tras de la cual el líquido represado saltará con inusitada fuerza?

A la misma vez, es un hecho que los especuladores en los mercados de futuros de Estados Unidos han tomado una posición larga y máxima en el oro que nunca antes desde principios de 1993, fecha desde la cual se cuenta con registros, habían alcanzado. Los contratos en posición larga de los especuladores representan 842 toneladas de oro, cuando la mediana de los techos ha venido siendo de 550 toneladas en posición larga. La cifra de 842 toneladas es un tercio de la producción mundial anual, lo cual da idea de la magnitud de la cifra. Si los especuladores se encuentran largos con 842 toneladas, los commercials (su contraparte) están cortos en la misma cifra. Pero los commercials sólo operan con posiciones de cobertura. Y los agentes naturales que se asegurarían un precio vendiendo su producción futura, la empresas mineras del oro, no lo están haciendo.

¿Quienes son entonces estos commercials que están adoptando posiciones vendedoras tan agresivas? Bancos, según parece por otra información que también publica la CFTC (Commodity Future and Trading Commssion). Pero esto también deja la respuesta en el aire, porque los bancos estarán cubriendo a su vez posiciones con clientes suyos. ¿Qué clientes suyos están apostando con tanta fuerza a la bajada del oro? No lo sabemos, ¿Quizá alguien que desea realizar beneficios después de unas subidas sustanciosas del precio del oro? ¿O quizá alguien interesado en que el oro no pase de 1.000 dólares la onza? Sea como fuera, para el inversor en el sector de metales preciosos supone un riesgo muy grande el hecho de que los commercials tengan posiciones tan cortas (o que los especuladores tengan posiciones tan largas).

Para saber la verdadera magnitud del riesgo habría que conocer la naturaleza de los especuladores del mercado de futuros, más que la de los commercials, ya que el riesgo se produce por el hecho de que los especuladores tuvieran que cerrar rápidamente y de forma masiva una buena parte de sus posiciones largas en caso de que el precio evolucionara en su contra. Es decir, tendrían que ejecutar stop-losses. Pero el que esto ocurra dependerá de los apalancados que hayan llegado al nivel actual del precio del oro, dato sobre el cual no sabemos nada.

Sólo podemos hace una conjetura acerca de los especuladores: como en el mercado de futuros del oro casi ha desaparecido el contango (precio de futuro del oro menos precio de contado), un eventual inversor podría encontrar más atractivo tomas posiciones en el oro a través de operaciones de futuro que a través de operaciones de contado, ya que se ahorraría los costes de custodia del oro y obtendría algún interés adicional invirtiendo el efectivo que todavía no se ve obligado a desembolsar en deuda pública de corta duración. Es decir, los especuladores tal y como los define la CFTC podrían no ser tan especuladores en el sentido económico, sino verdaderos inversores con ánimo de permanencia. SI esto fuera así, y nótese que éste es un SI verdaderamente grande, la situación no revelaría peligro alguno.

Para terminar de enmarañar algo más el puzle, hay otra información relevante que también habría que considerar: el gobierno Chino ha mostrado un claro interés en diversificar sus reservas disminuyendo la proporción de dólares. Explícitamente ha considerado al oro como una más de las posibles alternativas interesantes. Ha sido coherente con esa actitud comprando oro de forma discreta desde 2003, aumentando sus reservas desde 600 a 1000 toneladas. A pesar de esto, la proporción del oro respecto de su total de reservas, ha disminuido desde 2003. Un alto funcionario chino ha manifestado que uno de los problemas para comprar oro (por parte del gobierno Chino) es el de hacerlo en grandes cantidades de forma que no subiera el precio de mercado del oro. Y a la vez, el gobierno chino ha mostrado un sospechoso interés por los pobres del mundo, al sugerir al FMI que venda sus reservas para ayudarles, en lo que podría ser más bien el deseo de encontrar un vendedor de oro fuera del mercado organizado.

Este conjunto de datos, reales, sobre la actitud oficial China (por no hablar de que desde ese gobierno están animando a la población a invertir en oro), es lo que se conoce como la Put China sobre el oro. Hace unos años se hablaba sobre la Put de Greenspan sobre el mercado de valores: allí estaría el otrora “gold bug” Greenspan dispuesto a salvar el mercado de acciones cuando la situación lo requiriera, como vino acreditando desde el crack de octubre de 1987.

Sobre estas bases, razonables pero en buena medida hipotéticas, el autor se hace una serie de fantasiosas conjeturas que compartirá con ustedes:

• Supongamos que el gobierno de Estados Unidos o la Reserva Federal tiene un razonable interés en evitar que el oro pase de momento la barrera de los 1.000 dólares la onza.

• Supongamos que la posición de los commercials en los mercados de futuros están inducidas de una u otra manera por ese interés del gobierno americano.

• Supongamos que los “especuladores” que cubren las posiciones de los commercials no son tan especuladores, y que incluso podrían a su vez estar inducidos por el gobierno Chino, por lo cual no cerrarán sus posiciones, las cuales no están muy apalancadas.

• Supongamos que se rompe la línea y que el precio del oro entra en lo que el análisis técnico llama “subida libre”

Si todo esto fuera así, ¿Cuál sería el objetivo de defensa más inmediato contra la subida del oro? Pues bien, retiradas las defensas de la línea de los 1.000 dólares, por manifestarse imposible el mantenimiento de esta posición que podría haber sido importante por ser un número tan redondo y de cambio de dígito (según el sistema métrico decimal), el autor considera que la siguiente defensa importante es la de 2.200 dólares la onza. Póngase usted en el lugar de un funcionario del Tesoro Americano, que tuviera que explicar que la subida del oro no demuestra nada especial con respecto a la salud del dólar. ¿Cuál sería su argumento de más peso? Este autor considera que el más convincente de los argumentos sería el de que “el oro simplemente ha recuperado algo del poder adquisitivo perdido desde 1980, y que para recuperar todo ese poder adquisitivo tendrían que llegar a cotizar a 2.204 dólares la onza”.

Conclusión: La actual situación en el mercado del oro resulta extremadamente incierta en el corto plazo ya que éste podría estar dispuesto para una corrección por la elevada posición larga de los especuladores del mercado de futuros, los cuales podrían estar muy apalancados. Pero asumiendo que la Put China sobre el oro es un hecho, el riesgo de estar fuera del mercado parece mayor que el de estar dentro. Súmese a ese dato que el resto de indicadores de sentimiento y de tipo técnico aún no muestran una situación realmente peligrosa, como sí mostraban en julio de 2008, y diríamos que lo mejor es no cerrar las posiciones largas que podamos tener.

Aben Jaldun

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