(OroyFinanzas.com) – El dinero tiene mucho que ver con el espíritu; lo que usa la humanidad en estos tiempos es dinero sin substancia; es dinero que consiste en número, y el número es un concepto intelectual, no tiene consistencia física. El dinero ficticio que usamos trastorna las relaciones humanas, porque intercambiamos bienes y servicios materiales por algo que no tiene substancia. Así el dinero falso vicia las relaciones humanas; si intercambiamos bienes, debemos pagar con un bien tangible, no con un número abstracto.
Se puede decir que cuando pagamos con dinero ficticio como sucede hoy en día, estamos efectuando simulación de pago y el que cobra este dinero falso, en realidad sólamente cobra, cuando a su vez usa ese dinero de papel para comprar algo de valor real.
Hoy en día, en todo el mundo, las deudas por cosas y servicios recibidos no se están pagando; simplemente vivimos pasándonos unos a otros, papeles con números que dizque son dinero; pero en todas estas transacciones de pago no se está entregando algo tangible a cambio, simplemente se entrega un número. Esta es una situación muy falsa que tiene muy malas consecuencias en el espíritu humano. Debemos sanar las relaciones humanas; muchos padecimientos espirituales y materiales de la humanidad tienen que ver con el sistema monetario falso y enfermo que usamos.
El dinero ni siquiera brilla, es sólo papel con un número. En Zimbabwe, Africa, ponen letreros en los retretes públicos que dicen: ”no usar papel dinero para asearse”; a eso puede llegar nuestro sistema monetario. Por eso la introducción de la plata por la que tanto he luchado crearía un proceso de saneamiento en las relaciones humanas de nuestro país, que se reflejaría en mayor tranquilidad y solidez en los hogares y por ende mayor felicidad y un país fuerte y unido en nuestros valores.
Los poderosos de este mundo le han enseñado a la humanidad a aceptar el papel dinero y eso nos está llevando a una decadencia mundial de nuestra civilización, porque estamos aceptando el fraude.
Usar la plata para comerciar es renovar la honestidad en el comercio.
Hasta la Revolución Francesa, los reyes tenían control del dinero que se usaba en sus países y grababan sus imágenes en sus monedas, así como las imágenes sagradas de la nación. Se nos hizo creer que con esta Revolución que eliminaba a los reyes, dábamos un gran paso; pero el resultado fue que en el lugar de los reyes ¡quedaron los banqueros! Los reyes tenían que pagar sus deudas en oro y plata, pero los que ahora están en el lugar de los reyes pagan con puros papeles, y así controlan todo. Al mismo tiempo nos empobrecen, porque se nos evaporan los ahorros hechos con dinero que no es más que papeles. Esto causa mucho desaliento y tristeza de espíritu y afecta a los jóvenes que no pueden ver el futuro con optimismo.
Al realizar el pago de las cosas que compramos debemos entregar algo material y asimismo cuando vendemos, debemos recibir algo material: dinero de plata. Ésta es una fórmula honesta de vida y por eso, la moneda de plata es saludable para la sociedad y para la tranquilidad y felicidad del hogar.
Ojalá y todos entendamos que la moneda de plata (y el oro, para grandes transacciones) es la moneda de una sociedad honesta y justa, donde todos podremos vivir con tranquilidad y optimismo y esforzándonos cada uno por alcanzar el progreso, que sí es posible con dinero real, de plata.
Hugo Salinas Price, presidente de la Asociación Cívica Méxicana Pro Plata [1]
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