(OroyFinanzas.com) – El mundo ha cambiado y los bancos centrales no quieren quedarse anclados en estrategias que eran válidas hasta que la crisis financiera las ha hecho saltar por los aires. Pese a que el presidente de la Reserva Federal de EE UU, Ben Bernanke, insiste en que “cuando hay problemas, todo el mundo se refugia en el dólar”, lo cierto es que el billete verde ya no brilla tanto como antaño. El escepticismo gravita sobre las expectativas de revalorización de la moneda americana y los bancos centrales quieren curarse en salud recurriendo a un viejo amigo: el oro.
Después de 20 años actuando como vendedores netos del célebre metal, los bancos centrales han emprendido un cambio de rumbo decidido. “En contraste con los años noventa, cuando muchos bancos centrales veían el oro como un activo de bajo rendimiento y sus ventas provocaron una presión a la baja en el precio, el movimiento más reciente de las autoridades monetarias es ver el oro como una importante fuente de diversificación frente a sus reservas en dólares”, confirma el equipo de investigación de Goldman Sachs.
Las instituciones asiáticas están siendo especialmente activas. En noviembre, el banco central de India sorprendió al mundo anunciado que había comprado al Fondo Monetario Internacional (FMI) 200 toneladas de oro (equivalentes al 8% de la producción anual mundial). De forma parecida, las autoridades chinas anunciaron de un día para otro que sus reservas en oro habían aumentado en un 76% en el transcurso de los últimos cinco años.
Con esta dinámica no sorprende que el último Acuerdo sobre Oro de los Bancos Centrales (CBGA) -que suscriben el BCE, los 16 países del euro, más Suecia y Suiza- haya rebajado en un 20% el límite máximo autorizado de ventas de reservas para los próximos cinco años, hasta sumar un tope de 2.000 toneladas.
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Fuente: Cinco Días
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