De cómo la inflación acabó con el Imperio Romano

(OroyFinanzas.com) – Existe la creencia comúnmente aceptada que carga las culpas de la caída del Imperio Romano sobre las tribus germánicas, que, bárbaras, harapientas e iletradas como eran, tomaron al asalto una sociedad refinada, culta y próspera.

Pero una de Las verdaderas causas del fin de Roma como Imperio y, lo que es más importante, como civilización no fueron los bárbaros, si no los propios emperadores romanos, que dinamitaron su propio mundo aplicando recetas económicas que hoy nos resultan muy familiares.

En el invierno del año 211, el emperador Septimio Severo se encontraba en la provincia de Britania peleándose con los pictos. Entonces se puso malo y se murió; pero antes reunió a sus dos hijos, Caracalla y Geta, junto a su lecho de muerte y les dio un último consejo para gobernar el inmenso imperio que les legaba: “Vivid en armonía, enriqueced al ejército, ignorad lo demás”. Caracalla prometió cumplirlos, pero pronto se olvidó del primero de los preceptos y liquidó a su hermano para poder mandar él solito.

Con Caracalla empieza la decadencia de Roma. Haciendo caso a su padre, subió un 50% la paga de los soldados y se metió en nuevas guerras. Para financiar la cosa dobló los impuestos sobre las herencias. Pero no fue suficiente, por lo que decidió devaluar la moneda: así, de paso, se podía permitir caprichos como las faraónicas termas que llevan su nombre, y cuya sala principal es más grande que el San Pedro del Vaticano.

En el siglo III no existían el papel moneda ni la máquina de imprimir billetes, así que las devaluaciones atacaban directamente al metal. Lo que se hacía era malear el metal noble mezclándolo con otros menos valiosos. El objetivo de los gobernantes que así malgobernaban era acuñar y gastar más. Caracalla pensaba que si quitaba un poquito de plata a las monedas nadie lo notaría, y él podría multiplicar a placer el dinero existente. Se trataba, en definitiva, de algo bueno para todos.

La moneda romana era el denario –de aquí viene nuestra palabra dinero–, y en origen era de plata pura. En tiempos de Augusto, el primer emperador, cada denario estaba compuesto en un 95% por plata y en un 5% por otros metales. Un siglo más tarde, con Trajano, el porcentaje de plata era del 85%. Ochenta años más tarde, Marco Aurelio volvió a depreciar el denario, que ya sólo tenía un 75% de plata. El denario, pues, se había devaluado un 20% en dos siglos. Algo más o menos tolerable. Caracalla, muy necesitado de efectivo para sus gastos, devaluó el denario hasta dejarlo con sólo un 50% de plata; es decir, lo devaluó un 25% en un solo año.

El áureo –de oro, lógicamente– también perdió valor por imperativo legal. Durante el reinado de Augusto, de cada libra de oro salían unas cuarenta monedas. Caracalla estiró la libra hasta sacar unas cincuenta monedas, que, naturalmente, mantenían el valor nominal; pero no el real.

Con tanto experimento monetario y sin que el emperador lo previese, los precios se dispararon. Caracalla se perdió la fiesta: estando de campaña en Asia, fue apuñalado por uno de sus guardias mientras meaba al borde de un camino. Una muerte muy propia para uno de los mayores sinvergüenzas de la Historia.

Los que le sucedieron no hicieron sino empeorar las cosas. Casi todos los emperadores del siglo III fueron militares, y casi todos llegaron al poder mediante sangrientos cuartelazos. Un dato que lo dice todo: sólo uno de ellos, Hostiliano, que reinó seis meses en 251, murió en la cama por causas naturales; el resto cayó a manos de sus guardias o en el campo de batalla –por lo general contra sus sucesores–. A este periodo los historiadores lo llaman “la crisis del siglo III”. En rigor, deberían hablar del fin de la civilización romana, porque a partir de ahí el mundo romano sería mucho más parecido al medieval que al clásico.

Durante ese siglo el denario no dejó de devaluarse; hasta que acabó convertido en un pedazo de bronce bañado en plata que pasaba raudo de mano en mano. Y es que la moneda mala, como dice la copla, de mano en mano va y ninguno se la queda. En cuanto al áureo, prácticamente desapareció de la circulación, y cuando aparecía era fino y maleado. La inflación superó el 1.000%, y eso con los fragmentados datos de los que disponemos: probablemente, en ciertos momentos y lugares fue mucho mayor.

Al caos político y económico del siglo III le sucedió el ajuste de Diocleciano, que, ya sin poder recurrir a la devaluación, machacó a impuestos a los habitantes del Imperio y ensayó una reforma monetaria. La reforma fracasó, y su edicto de precios máximos fue totalmente ignorado por la gente, que, en menos de un siglo, había pasado de tener en sus bolsillos denarios de plata a manejar los llamados follis, pedacitos de bronce muy abundantes y sin apenas valor. Los romanos se habían empobrecido fenomenalmente en sólo unas décadas por culpa de su Gobierno; y con ellos el comercio, la industria y la agricultura del Imperio.

La semilla del Estado omnipotente, siempre necesitado de fondos para sobrevivir, había arraigado. El emperador Constantino suprimió el áureo y puso en circulación una nueva moneda de oro, el sólido, muy depreciada con respecto a su antecesor. Un áureo de los antiguos valía, por su cantidad de metal precioso, dos sólidos. La moneda de plata, encanallada hasta la náusea, desapareció del mapa.

Constantino consiguió la cantidad de oro necesaria para la reforma confiscándoselo a las ricas ciudades orientales y a los templos paganos, ya en retirada tras la conversión del emperador al cristianismo. Para financiar el funcionamiento del Estado se inventó nuevos impuestos, que habían de abonarse sólo en oro, única forma de pago, por lo demás, que aceptaban los mercenarios extranjeros que servían en el ejército. Bárbaros les llamaban, aunque, a decir verdad, bárbaros serían pero no tontos, cuando sólo estaban dispuestos a jugarse la vida por dinero de verdad.

El oro se convirtió en un refugio para quien podía conseguirlo, es decir, los militares y los altos funcionarios imperiales. El resto de la población había de conformarse con el bronce de los follis y el cobre del dinero informal, acuñado de manera ilegal y que hacía las veces de dinero de bolsillo. La antaño próspera clase de pequeños propietarios y comerciantes, base misma de la grandeza romana, se arruinó sin remedio. Se produjo entonces una concentración de tierras en manos de unos pocos terratenientes, que empleaban en ellas a los hijos o nietos de antiguos campesinos libres depauperados por la inflación y los crecientes impuestos imperiales. La era feudal acababa de comenzar.

El Imperio Romano de los siglos IV y V vivió, literalmente, de saquear a sus súbditos. Los gastos imperiales crecieron porque sólo se podía sobrevivir a la sombra del Estado. El ejército duplicó sus efectivos, pero no sirvió de nada, porque los reyes germanos fueron, a partir del año 400, fundando reinos con el beneplácito de los orgullosos ciudadanos romanos.

Durante casi dos siglos, el Estado romano fue una onerosa máquina burocrática que tenía el solo objetivo de sobrevivir y perpetuarse. Pero ni eso consiguió. Cuando el flujo de oro se secó, porque ya no quedaba un solo contribuyente a quien dar la vuelta y sacudir, Roma colapsó y se esfumó de la Historia, dejando tal caos que Occidente no volvería a ser Occidente hasta mil años después.

Fuente: La Historia sin historietas

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Marion Mueller
Marion Mueller is the an analyst with OroyFinanzas.com.

13 Comentarios en "De cómo la inflación acabó con el Imperio Romano"

  1. Ojalá que la tengan mas clara con la actualidad que con la historia, porque realmente las invasionesde las tribus germánicas fueron la causa de la caida del imperio romano…

    Los ataques permanentes causaban gastos militares, que ganadas o perdidas las batallas, eran simplemente gastos, no había ”ganancias” como las había en la época de la expanción del imperio romano, lo que fue gestando una crisis en la economía romana, y ahí si… ”devaluación de la moneda”… inflación…

  2. Fue Caracalla, con sus guerras y monedas fraudulentas quien impulsó la decadencia del Imperio, ¿algún parecido con algún personaje actual?.

  3. Por cierto, ¿la inflación acabó con el Imperio? ¿O el imperio cayó causando inflación?

  4. OK, te mando las ofertas de plata de 1 oz 999

  5. goldenspaniard | 1 septiembre 2011 at 11:47 am |

    Hola perrillo.
    Perdona que no te haya respondido antes pero es que no vi hasta ayer tu mensaje.
    No he tenido tiempo de responderte hasta ahora.
    Agradezco mucho que me hayas escrito con tu correo.
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    Estaremos en contacto.

  6. Recesion mundial, crak del dolar,fuga de capitales, incumplimiento de pago, la toma de wall street por china y guerra civil norteamericana.
    Porque no?

  7. Lo descrito en este artículo está muy bien y los comentarios acertados.
    El peligro que me preocupa es que en el oro, ahora se ha inventado el “oro de papel o digital”, para eso está el mercado de futuros y los “certificados de Oro” como el que seguramente adquirió el Banco de México. He leido que las “ventas de oro” que realizó el FMI fue a condición de que en las “bodegas rentadas” por el FMI se mantuviera “custodiado” el oro, es decir nada de entregas físicas, por eso no aceptaron la oferta de compra creo que de los fondos que maneja Eric Sprott, porque él les hubiera pedido el oro físico.

    De ahí que ahora estoy comprando más plata que oro, la plata a diferencia del oro, se consume mucho en la Industria, y muchos pequeños ahorradores compran la plata física. Con la plata de papel o digital el teatro se puede venir abajo más pronto. Además en mayo la frenaron a la mala, y desde esa fecha está algo retrasada con respecto al avance del oro. Creo que vale la pena tener de ambos metales físicos.

  8. Mi Profesor de Historia Económica nos contaba:

    En Roma generó un Estado del Bienestar desconocido hasta la época. Circo, fiestas, guerras para conseguir ampliar el territorio… la conocida frase “pan y circo” lo resume todo.

    Para financiar todo eso los emperadores cayeron en la tentación de alear o raspar las monedas reduciendo su contenido en metales preciosos.

    Como los ciudadanos no eran tontos, a partir de ese momento no daban la misma cantidad de sus artículos por unas monedas que tenían menos oro o plata (se generó inflación).

    Ante esto los emperadores prohibieron subir los precios de los articulos agrícolas, mineros, pesqueros, etc.

    Pero los ciudadanos romanos de los pueblos, ante la perspectiva de trabajar mas que antes para abastecer a Roma (sus vecinos se iban a la capital a disfrutar del Circo y de las facilidades del Estado del Bienestar) preferian imitarlos y dejaban su arado para irse a Roma.

    Los emperadores seguían en sus trece. No se conformaban. Querian seguir gastando sin medida y arreglándolo todo con medidas legales. Por tanto prohibieron a los campesinos abandonar sus campos creando además lazos de servidumbre entre los campesinos y los nobles de cada territorio.

    Esa fue la base del Feudalismo y de la pérdida casi total de los derechos y libertades de los ciudadanos romanos.

    El Feudalismo duró 1000 años.

    Podemos prepararnos.

  9. golden te he escrito a tu correo hace unos días

  10. goldenspaniard | 31 agosto 2011 at 19:48 pm |

    Muchas gracias manumolirual por tus consejos. Como ya sabes, tengo un anuncio en ebay donde he expuesto que deseo comprar monedas de oro de 1 onza 24k y monedas de plata 1 onza 999. Perdona que no te haya respondido antes pero es que he estado mucho tiempo sin conectarme.
    Estaremos en contacto.
    Gracias de nuevo.
    goldenspaniard@hotmail.com

  11. bizancio fue la misma cosa que el imperio romano fue devaluando el soliduas aureus hasta el haspron de oro que apenas tenia 10 kilates de metal noble pero en relidad lo que substituyo el imperio bizantino fueron los arabes que tomaron el solidus transformandolo en el dinar siempre de oro puro
    hasta que tambien lo devaluaron i acabo en catastrofe como siempre hoy en dia no se devalua nada como es moneda fiat simplemente se imprime mas i se dan noticias en los medios de comunicacion que todo es um paraiso terrenal que yo pienso se dirige al infierno de dante

  12. ¡Que bueno Marion!
    Lo ideal sería ahora una segunda parte: De como Bizancia duró 1000 años más gracias al solidus de oro.

  13. Muy buena la comparacion con el Imperio Romano-todos sabemos quien es el” Imperio ” hoy. Alteracion de la moneda(Q1, Q2,Q3…..), gastos desmesurados, impuestos para las clases bajas y medias(no para los ricos) , querras y luchas interinas para el poder. Les suena de algo.En su momento el Imperio Romano era mas avanzado frente los demas que hoy E.u frente al resto del Mundo y con todo esto….. se derrumbo.

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