(OroyFinanzas.com) – El debate que surge de la situación de Grecia pone de relieve lo que los que no siguen a Keynes o no ven en un presupuesto equilibrado la encarnación del Diablo ya sospechaban: Que la deuda tiene un límite. El Banco de Pagos Internacionales ha publicado un artículo [1] que dice lo siguiente: “En niveles moderados, la deuda mejora el bienestar y favorece el crecimiento. Pero a altos niveles puede resultar dañina”. Y ha repasado la experiencia de 18 países desarrollados en las últimas tres décadas para llegar a la conclusión de que la deuda empieza a ser peligrosa a partir del 85 por ciento del PIB.
En España supera ya el 70 por ciento y sería raro que alcanzase el 80 por ciento; las previsiones apuntan a que se quedará por debajo, aunque por poco. “La implicación inmediata es que los países con altos niveles de deuda deben actuar rápidamente y de forma decisiva para atender sus problemas fiscales”. Ese límite, llevado a la deuda empresarial, alcanza el 90 por ciento, y por lo que se refiere a la deuda de los hogares, el 85 por ciento. Habrá que tener en cuenta estos datos en el futuro.
Claro, que Grecia casi dobla el límite del que habla el BIS, ya que está en el 160 por ciento del PIB. La situación es la siguiente. Grecia está en quiebra. Hablamos de la quiebra de Grecia desde el comienzo de estas crónicas. Ya está aquí, en octubre. Después de la madre de todos los rescates, que había alejado tal eventualidad al menos hasta dentro de un par de años. Después del primer paquete de recortes, del segundo, del tercero… Ninguno ha sido suficiente.
En la tarde del domingo, el Gobierno de Grecia se reúne para estudiar qué medidas adicionales puede ofrecerle a Alemania y al resto de países escépticos, como Austria o Finlandia. Tiene que reducir su déficit al 7,5 por ciento del PIB a pesar de que A) Ha encontrado un nuevo agujero de 2.000 millones de euros, que son muchos para aquélla economía. B) El denominador, esto es, el PIB, es cada vez más pequeño.
Grecia no paga porque no puede pagar. Los proveedores farmacéuticos están hartos de regalarle medicamentos. Tampoco tienen por qué hacerlo. La situación es tal que el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha advertido de que “sin un informe positivo de la troika formada por la Comisión de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) de que Grecia cumple con sus compromisos, no se podrá pagar el próximo plazo de ayudas”. ¿No está claro? Pues añádanse estas palabras: “nadie debe hacerse ilusiones”, pues “la pertenencia a una unión monetaria es una oportunidad, pero también un difícil compromiso”.
El Gobierno alemán tiene un problema. Y es que se debe a los ciudadanos alemanes, no necesariamente a los griegos. Y los alemanes, que eran muy favorables al euro porque el euro les es muy favorable, ahora empiezan a perderle el gusto. Porque les sale muy caro. En Europa, como recoge EUBusiness, está creciendo el euroescepticismo [2].
¿Puede salir del euro? Lo complicado es que se mantenga, aunque no es imposible. Pero Grecia ya salió del euro. Es decir, de su inmediato antecesor, que es la Unión Monetaria Latina, con base en la plata y el oro, y de la que formaba parte España.
Fuente: El Imparcial [3]
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