(OroyFinanzas.com) – Finalmente los precios del oro y de la plata han conseguido escapar del canal de cotización al que habían estado confinados durante las últimas semanas. Ayer las subidas de precios del oro y de la plata rompieron los nuevos patrones de comercio que se venían observado últimamente: el oro subió junto al dólar estadounidense mientras que las acciones ordinarias bajaron. A lo largo de las últimas tres sesiones el precio del crudo WTI ha logrado subir más de un 8%, y vuelve a cotizar 92$ por barril – el precio que tenía a principios de agosto, antes de que los precios de las materias primas empezaran a caer.
Más evidente aún fue la subida del 4,7% de los contratos de la plata Comex con vencimiento en octubre, que cerraron en 33,095$ por onza. Teniendo en cuenta que esto ocurre en un día de “aversión al riesgo” – día en el que la plata normalmente baja – esta es una señal altamente alcista para el “hermano menor” del oro que indica una elevadísima demanda física de metal blanco.
Tras saberse que la coalición de gobierno italiana ha estado bajo peligro de colapso, y que el plan para abordar los problemas de la deuda de la eurozona se hará esperar aún más, los operadores se vieron impulsados a vender acciones ordinarias y a comprar dólares, Treasuries y oro. El temor a una falta de liquidez, que en las últimas semanas ha impulsado la venta de oro, parece haberse aplacado un poco. Los últimos comentarios de los representantes de la Reserva Federal de EEUU sobre la posibilidad de que la Fed adquiera más títulos respaldos por hipotecas, las nuevas medidas de flexibilización cuantitativa del Bank of England y la noticia de que el Bank of Japan está a punto de aumentar la oferta monetaria para frenar la revalorización del yen [1] sirve de advertencia a los inversores de que imprimir dinero es el último recurso desesperado de los países sobreendeudados y sobreapalancados.
Claro que una sola sesión no marca una tendencia, así que será interesante observar si durante los próximos días los metales preciosos y las materias primas podrán consolidar las subidas de ayer. Si lo consiguen, esto aumentará las presiones inflacionarias que afectan las economías alrededor del planeta. El martes, el Departamento de Agricultura de EEUU informó que estimaba que este año los precios al menor de los alimentos subirían entre un 3,5 y un 4,5%. Una 4% sería la subida interanual más fuerte desde 1978 (en 2010 los precios de los alimentos sólo sufrieron una subida de un 0,8%, la más leve desde 1962). Esto también sería el mayor aumento en 12 meses desde 2008, cuando los precios de los alimentos subieron un 5,5% [2]. The Wall Street Journal cita a Craig Herkert, consejero delegado de Supervalu – la tercera mayor cadena de supermercados de EEUU en cuanto a ventas – señalando que “no hemos tenido tal inflación desde los años 70”.
Bienvenida de nuevo, estanflación.
Fuente: Análisis GoldMoney
© OroyFinanzas.com