El sistema de deuda exponencial

(OroyFinanzas.com) – A estas alturas, el término “crisis de la deuda” ya forma parte de nuestro vocabulario diario. La gente habla sobre cómo hemos estado viviendo “por encima de nuestras posibilidades” y debaten sobre cómo los recortes presupuestarios, las subidas de impuestos o cómo alguna combinación de ambas medidas podría ayudar a salvar la situación. Sin embargo, muchas veces hay un grave malentendido sobre por qué se ha llegado a acumular tanta deuda, y por qué parece estar creciendo constantemente. Mucha gente no se da cuenta de que, en nuestro actual sistema monetario, el crecimiento depende de un aumento exponencial de la deuda.

Deuda exponencial

Para entender la crisis de la deuda, hay que entender que en realidad es una crisis monetaria. Déjenme explicar esto más detalladamente.

Hoy en día, todo el dinero es creado por el sistema bancario. Se origina en el banco central, que lo genera a través de una expansión de su balance. Es decir, aparece como un simple registro contable: dinero nuevo en el pasivo, y deuda en el activo. Sí, han oído bien: el dinero se genera a través de créditos – que no es más que un eufemismo de “deuda”. Al contrario que durante la mayor parte de la historia de la humanidad, en que el dinero ha sido un bien tangible con un valor intrínseco medido por ejemplo en oro o plata, hoy en día todos los dólares, euros, las libras y todas las demás divisas están basadas en la deuda. Esto es un hecho asumido por los gobiernos, las empresas y los ciudadanos de todo el mundo, e implica que los acreedores confíen en que esta deuda algún día será saldada.

Entonces ¿cuál es el problema? Imaginemos que tomamos un crédito de 100 dólares. Una vez que firmamos el documento para tomar este crédito, el dinero que recibimos será creado de la nada. Después estaremos obligados a pagar 105 dólares en un término de un año, por ejemplo. Y he aquí el quid de la cuestión ¿de dónde vienen los intereses que necesitamos para pagar la deuda? De momento, el único dinero que hay en circulación son nuestros 100 dólares. La única manera de resolver este acertijo es que alguien en algún lugar de la economía tiene que tomar otro préstamo para así crear ese dinero que nosotros necesitamos para pagar nuestra deuda.

Este es, en esencia, el funcionamiento de nuestro sistema monetario supuestamente “moderno”. Sólo puede funcionar mientras que haya gente interesada en endeudarse. Por eso, cuando la gente empieza a pagar sus deudas en vez de seguir tomando dinero prestado, el sistema de préstamo bancario se colapsa y la oferta monetaria se reduce – como por ejemplo la oferta monetaria M2 de la Reserva Federal (la Fed publicaba la M3, una medida de creación de dinero aún más amplia, pero dejó de publicarla en 2006). Así, los deudores restantes tendrán aún más dificultades para encontrar el dinero que necesitan para saldar sus deudas ya que, recuerden, los intereses nunca se saldan y siempre hay más deuda que dinero. Esto es lo que muchos denominan “la espiral deflacionaria letal”, en la que más y más dinero (crédito/deuda) desaparece, provocando así la insolvencia de los deudores – y la destrucción de riqueza de los acreedores. Esto acaba paralizando la actividad económica (las empresas quiebran porque la bajada de precios frenan el consumo), por lo que las cifras de desempleo se disparan. Esta es la peor pesadilla para cualquier político o banquero central.

Esta es la razón por la que en nuestro sistema actual es politícamente imposible reducir la deuda en general. Pueden darse shocks deflacionarios como la de 2008, pero los bancos centrales lucharán con uñas y dientes contra la deflación con el fin de evitar caer en esta espiral deflacionaria letal. En la práctica, esto significa comprar un montón de bonos (públicos y privados) a los bancos – compras financiadas con dinero nuevo generado electrónicamente. Para poder mantener un crecimiento basado en la deuda y evitar un colapso económico a corto plazo, la deuda soberana tiene que aumentar para compensar el colapso del crecimiento de la deuda privada. Y, a la inversa, el gobierno puede reducir su deuda, pero sólo si el sector privado aumenta la suya, para que el total de la deuda, y por lo tanto la oferta monetaria, no disminuya.

¿Y por qué este sistema basado en la deuda sólo puede funcionar por períodos cortos? Piensen en lo que pasaría si no pagáramos nuestra deuda. A causa de los intereses acumulados, la deuda crecerá automáticamente – y exponencialmente. Por ello, la estructura financiera actual sólo es estable si la actividad económica crece a la par con la deuda, para que así la deuda aún esté respaldada por algo (el trabajo del deudor) y no se convierta en deuda “tóxica”. Este experimento lleva durando 40 años, desde que Nixon cerró “la ventanilla del oro” en 1971. Hemos llegado al punto en el que el crecimiento económico ya no puede mantener el ritmo de la despiadada maquinaria de la deuda. Así, los niveles de deuda relativa (deuda en relación al PIB) suben constantemente – una clara señal que tendría que haber hecho sonar la alarma.

Durante el último shock deflacionario en 2008 los gobiernos de los países más influyentes decidieron rescatar a muchas instituciones bancarias de la bancarrota para impedir un colapso del sistema. En el proceso, los propios gobiernos han caído en la bancarrota – un hecho que en Europa resulta cada vez más obvio. Pero en menor o mayor grado, todas las economías desarrolladas se están enfrentando al mismo problema. El sistema de dinero fiat necesita desesperadamente que haya alguien capaz y dispuesto a seguir contrayendo deuda para poder seguir funcionando. Pero la deuda ha llegado a un punto de saturación. Incluso si fuéramos capaces de encontrar nuevos deudores, esto sólo nos serviría para comprar algo más de tiempo – y a algo más de altura – antes de la caída inevitable.

Por ley matemática el sistema monetario basado en la deuda tiene que colapsarse – y lo hará, ya sea a través de un colapso deflacionario como el descrito, o a través de “paquetes de rescate” (imprimir dinero) que obligarán al ciudadano a asumir la deuda privada tóxica a través de la devaluación de su divisa. A medida que la gente pierde la fe en el dinero fiat, la hiperinflación resultante tendrá las mismas consecuencias que un colapso financiero. No se podrá efectuar el pago pendiente de los instrumentos de deuda.

En resumen: en un mundo de dinero fiat basado en la deuda siempre habrá deuda, ya que sin deuda no habría dinero. Y como la deuda no se salda, los intereses acumulados nos obligan a crecer al mismo ritmo. Ahora que este experimento ha fallado nos enfrentamos al colapso del sistema de la deuda. Así que prepárese: diversifique a bienes tangibles tales como el oro y la plata, instrúyanse sobre los desafíos económicos que seguramente nos esperan en los próximos años y compártalo con sus seres queridos.

Chris Volke

Fuente: Análisis GoldMoney

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Sobre el autor

Marion Mueller
Marion Mueller is the an analyst with OroyFinanzas.com.

3 Comentarios en "El sistema de deuda exponencial"

  1. Alejandro Tovar | 21 enero 2012 at 19:25 pm |

    DE ACUERDO CON TODO; ESTO ES PARA COJER PALCO

  2. Mira, éste te recomienda que compres oro…

  3. SE LES DIJO, SE LES RECALCÓ, SE LES INCREPÓ. SE PREDICÓ Y SE SIGUE PREDICANDO EN EL DESIERTO, ESPEREN LAS CONSECUENCIAS.

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