- OroyFinanzas.com - https://www.oroyfinanzas.com -

La confianza da asco, el monopolio del dinero y la reserva fraccionaria

(OroyFinanzas.com) – De todo lo que está intervenido de manera artificial en nuestra economía, lo que más me sorprende es nuestro sistema monetario.

Al final del primer artículo de esta serie [1] planteaba una pregunta: ¿Cuál es la mercancía que apoya nuestro concepto de dinero? La respuesta es la fe, la creencia de que nuestro dinero será aceptado para una transacción futura.

Si nuestro dinero no está respaldado por ningún valor real y la mercancía que representa nuestro dinero marca su precio, ¿cuál es entonces el precio del dinero?

Antes de resolver esta complicada pregunta, haré una retrospectiva sobre la evolución de este aspecto.

En un estadio económico primitivo, el dinero se representaba mediante una mercancía y el precio del dinero era el coste de conseguirla, la cantidad de horas de trabajo que se tardaba en producir una unidad estándar de aquel bien.

Lingote de sal llamado Amoli en el ‘Museo del Dinero del Bundesbank’

Si se utilizaba la sal como dinero, y necesitábamos una media de cinco horas de trabajo para recoger un kilo de sal. Podríamos interpretar que si una manzana nos costaba unos 200 gramos de sal, implicaba una hora de trabajo. Lo que marcaba el precio de todos los bienes era el coste en horas de trabajo de producir una cierta cantidad de la mercancía dineraria. Video: El dinero de sal [2]

Más adelante, cuando se normalizó la acuñación de monedas de oro y plata, aparecieron nuevas formas de conseguir dinero. Una de ellas era el precio que cada gobernante daba a su moneda. Es decir, la cantidad de metal precioso que exigía a cambio de una moneda “oficial”.

La otra surgió de forma natural en las sociedades humanas. Se desarrolló el préstamo. Los mercaderes que necesitaban dinero para sus negocios podían conseguirlo a cambio de pagar un pequeño recargo, el llamado interés. En aquel momento el precio del dinero estaba únicamente determinado por la oferta y la demanda monetarias, ahorradores por un lado e inversores por el otro. A partir de la emisión de cheques 100% convertibles, se puso en funcionamiento el patrón oro.

Pero en 1844, con la ley bancaria inglesa, se le concede el monopolio de la emisión de dinero al Banco de Inglaterra, y se pone en funcionamiento la reserva fraccionaria. Desde ese momento se ven sentadas las bases del actual sistema monetario.

El Banco de Inglaterra, en función de sus reservas de oro, podía emitir la cantidad de dinero moneda que deseara (hasta cierto límite). Además, los bancos comerciales recibieron legalmente el privilegio de emitir más papel moneda del que tenían en sus depósitos en oro (sistema de reserva fraccionaria).

Así se inició la ilusión monetaria. Esta práctica, realmente limitada al principio, se fue generalizando y multiplicando hasta que la relación entre depósitos en oro y los billetes emitidos por los bancos centrales (dinero fiduciario) desapareció.

En 1971 se produjo el “Nixon ‘s shock”. Richard Nixon canceló de manera unilateral la convertibilidad del dólar en oro, desatando la máxima expresión del sistema monetario actual.

Actualmente todos los bancos centrales tienen el monopolio del dinero, pudiendo emitir la cantidad que quieran al interés que deseen. Tienen poder decisorio completo sobre lo que determina el funcionamiento de toda la economía; el precio del dinero, un tipo de interés fijado a dedo según se piense si lloverá o no. Se mantiene el privilegio fraccionario a los bancos y se elimino la coherencia que daba a la oferta y demanda monetarias el dinero apoyado en un valor real.

De aquellas épocas no nos queda nada. Ahora sólo tenemos como valor de apoyo la sensación de que lo que llamamos dinero vale algo, siendo en realidad una fusión semimitológica de fe y confianza que depositamos en él.

Es como si todos fuéramos una gran familia que lleva demasiado tiempo junta. En familia siempre se acaban mostrando aquellas malas costumbres precisamente por un exceso de confianza. Teniendo en cuenta la terrible costumbre que yace en nuestro sistema monetario, me parece que no hace falta justificación para el nombre del presente artículo. La confianza da asco.

Gabriel Colominas Bigorra, Presidente del Club Bismarck

“Replanteando la base monetaria”

1º Capítulo El oro, la plata y el origen del dinero [1]

© OroyFinanzas.com