(OroyFinanzas.com) – Francia aplica desde el pasado 1 de agosto un impuesto sobre las transacciones financieras que asciende al 0,2 por ciento, y que pagarán las empresas que tengan sede en el país. Hasta el momento no había sido posible la aplicación de un impuesto de este tipo a nivel europeo debido al rechazo de países como el Reino Unido.
La medida implementada dista de la idea original que formuló el Premio Nobel de Economía James Tobin, en 1972, conocida con el nombre de Tasa Robin Hood (o Tobin) y cuya concepción inicial proponía gravar las transacciones de divisas del 0,2 al 0,5 por ciento para hacer menos volátiles las tasas de cambio.
El gobierno francés pretende que el impuesto se aplique también en el resto de Europa, y tiene la intención de destinar el dinero recaudado a proyectos de desarrollo o de carácter social, en lugar de financiar el déficit, como se había previsto inicialmente.
La Tasa Tobin, se aplicará sobre ciertas operaciones de compraventa de títulos de grandes capitalizaciones bursátiles y afectará a los títulos de 109 sociedades francesas, como Air France, Michelin y L’Oréal, entre otras. Se prevé que esa tasa puede aportar a las arcas públicas unos 1.600 millones de euros, según los cálculos del gobierno.
Sin embargo, el nuevo impuesto no afecta a todas las operaciones sobre las grandes empresas que cotizan en la Bolsa de París. En este sentido, no se grava la emisión de títulos de capital a cargo de una cámara de compensación ni las adquisiciones de acciones entre empresas de un mismo grupo para no perjudicar la competitividad de la plaza financiera francesa.
Por el mismo motivo estarán excluidas también las compañías con sede fuera de Francia que quieran estar presentes en la Bolsa de París y las francesas que coticen en el extranjero, así como las emisiones de deuda soberana y las de obligaciones de empresa, con el fin de no perjudicar la financiación de la economía en un momento de fragilidad como el actual. Además, quedaron exentos los seguros de impago de deuda (Crédit Default Swaps, CDS) que no contienen ninguna obligación subyacente y las transacciones de muy alto nivel.
Todas esas excepciones han mermado el entusiasmo inicial de quienes elogian la aplicación de la tasa Tobin francesa aprobada por la mayoría conservadora del entonces presidente, Nicolas Sarkozy, y refrendada posteriormente por su sucesor, el socialista François Hollande, pasando del 0,1 al 0,2 por ciento.
“Esto es una simple gota del agua en los presupuestos del Estado, la impronta simbólica de esta medida es muy importante en esta época de problemas presupuestarios” indicó el presidente de Oxfam en Francia, Nicolas Hulot, en un artículo publicado en el periódico Le Monde, en el que lamenta que la iniciativa no afecte a ninguna de las actividades más especulativas.
Mario Draghi señala que la tasa Tobin debería ser introducida en todos los países de la Unión Europea
Por su parte, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi [1]durante una comparecencia ante el Parlamento Europeo, señalaba el pasado mes de abril que la tasa Tobin “Debería ser introducida en todos los países de la Unión Europea porque de lo contrario habrá un desplazamiento de sectores empresariales hacia otros países que no la implantan o incluso peor, hacia el sistema de la banca en la sombra”.
Fuente: Agencias
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