(OroyFinanzas.com) – Cuando un analista recomienda una inversión, ésta debe estar fundamentada en algo o respaldada por un método. En la actualidad se utilizan dos métodos para las recomendaciones de inversión: análisis fundamental y análisis técnico.
El análisis fundamental [1] se basa en estudiar qué factores son los fundamentales en un determinado negocio y realizar una previsión de estos factores. El análisis del balance y cuenta de resultados de un negocio suelen ser claves para ello, así como las tendencias del mercado, por lo que es preciso conocer el sector. Se suelen tener en cuenta también factores macroecónómicos, como el crecimiento económico o la política económica y monetaria.
El estudio puede utilizar factores sencillos, como el PER [2], u otros cocientes que relacionen activos con beneficios. El estudio puede ser más sofisticado y realizar una previsión de beneficios (o mejor, flujos de caja) en los próximos años, de la que se obtiene una valoración, que se compara con el precio de mercado. Los razonamientos sencillos, como decir que si sube el precio del petróleo subirán las acciones de las petroleras también estarían en esta categoría. Esto es el análisis fundamental, que suele utilizarse más bien para inversiones a largo plazo.
Por el contrario, el análisis técnico [3] se basa únicamente en la evolución histórica de los precios. Se realiza un análisis del gráfico correspondiente a la serie histórica de los precios, de donde se pretende deducir una posible evolución. Así, si el precio está bajando y alcanzando un valor que fue mínimo, es posible pensar que, al igual que sucedió en la vez pasada, el precio “rebotará” para volver a subir, por lo que sería una oportunidad interesante de inversión. Aparecen aquí todo un repertorio de figuras, medias móviles, indicadores, etc… de los que se puede encontrar información abundante en la literatura o en la web. El análisis técnico puede utilizarse para análisis a largo plazo o para inversiones especulativas de minutos.
De manera muy sencilla, apliquemos los dos métodos a la evolución del precio del oro:
1.- Análisis fundamental. Un aumento de la masa monetaria produce inflación, mucho mayor que el aumento de la producción anual de oro. Los inversores aumentan su demanda de oro, buscando protección frente a la inflación, lo que hace que el precio del oro suba. Este argumento está más vigente que nunca, ya que en Estados Unidos es muy probable un QE3 [4] tras las elecciones de noviembre, y en Europa el BCE ha dejado ver su intención de comprar deuda soberana [5] (Nota: la opción 3 [6] ha sido seleccionada). Eso tendrá un efecto de alza en el precio de las materias primas, y también del oro.
2.- Análisis técnico. Tras un descenso desde máximos históricos, en los $1600 se ha formado un soporte robusto, apoyándose además en la directriz alcista que viene desde el año 2009. Ello hace pensar que el precio del oro puede subir hasta alcanzar los máximos anteriores. Ver gráfico más abajo.
Las inversiones siempre son responsabilidad de quien la hace, y las inversiones siempre tienen cierto riesgo. Pero está claro que si alguien desea comprar oro, los indicadores, fundamentales y técnicos, en este momento le son propicios.
Posiblemente algún lector quiera completar los argumentos expuestos más arriba. Si es así, puede ser su turno de comentario.
Antonio Cavero
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