M3 y la política monetaria en la Eurozona

(OroyFinanzas.com) – Me temo que la historia monetaria de nuestro tiempo está plagada de desaciertos. Hay que reconocer que el oficio de banquero central es extremadamente difícil y no querría yo verme en su piel. Uno de esos desaciertos fue la revisión del BCE (Banco Central Europeo) de su estrategia monetaria en mayo de 2003.

En el mes de mayo de ese año, entre otras medidas, anunció que dejaría de publicar el llamado valor de referencia de M3  con una periodicidad anual, como venía haciendo desde 1999. En la misma línea, la Reserva Federal de EEUU dio un paso más allá en 2006 cuando, simple y llanamente, dejó de publicar el agregado monetario más amplio existente hasta esa fecha en esa economía, M3.

La inflación como fenómeno monetario

De las pocas cosas que con certeza sabemos en teoría monetaria es que un aumento continuado y excesivo de la cantidad de dinero acaba por deteriorar el poder de compra de la moneda dado que, con el tiempo, provocará inflación.

Los responsables del BCE en 1999 eran bien conscientes de ello. Muy en particular, el que fuera su economista jefe de entonces, el alemán Otmar Issing, utilizó la experiencia exitosa del Bundesbank en la conducción de una política monetaria verdaderamente comprometida con la estabilidad del poder de compra de la moneda.

¿Cómo despreciar una estrategia monetaria que había sido testada con éxito durante décadas, siendo además el Bundesbank el banco de referencia para el BCE? Era pues lógico aprender de sus aciertos: entre ellos se encontraba el diseño de una política monetaria con una conexión decisiva entre el crecimiento de la oferta monetaria y los riesgos de inflación. Tan simple, claro y eficaz como eso.

El BCE: a la estela monetaria del Bundesbank (1999-2003)

Y así lo hizo el BCE desde 1999 hasta 2003, cuando anunció el uso de la oferta monetaria en la Eurozona como el pilar fundamental y prioritario de sus decisiones. Para ello, el BCE se comprometió a anunciar anualmente la tasa de crecimiento del agregado monetario más amplio de la Eurozona (M3) que resultaba compatible con la estabilidad de los precios (el llamado valor de referencia de M3); de este modo, M3 se convirtió en la variable esencial para valorar la estabilidad de los precios.

La interpretación de su estrategia era sencilla: si la oferta monetaria crecía por encima de ese valor, se entendía que habría inflación más tarde o temprano, por lo que el BCE tendría que subir el tipo de interés en el futuro cercano. Eso sí, dado que esta relación no es instantánea, todo sobre-crecimiento del dinero por encima de ese valor no implicaba necesariamente un cambio automático de la política monetaria, pero sí un signo anticipado de inflación que habría de tomarse muy en cuenta. Se reconocía así que la inflación se explica a medio y largo plazo por un crecimiento excesivo de la oferta de dinero (la que he llamado otras veces la ley de la física monetaria).

En mi próximo articulo ¿Por qué dejo el BCE de confiar en el agregado monetario M3? explico porqué el Banco Central Europeo dejó de utilizar M3 como referencia prioritaria de su política monetaria y las consecuencias de esa decisión.

Juan Castañeda

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Sobre el autor

Juan Castañeda
Juan Castañeda es profesor de Economía de la Universidad de Buckingham en el Reino Unido.

2 Comentarios en "M3 y la política monetaria en la Eurozona"

  1. Carlos : pidanle prestado a chavez, que es el dueno de venezuela. y alli si hay para regalarle a todo el mundo.

  2. buenos aires : el cronista comercial : se agrava la crisis en argentina !! : Para el mercado, Argentina ya es el país más riesgoso después de Grecia

    29-10-1200:00 El seguro que pagan los inversores para protegerse de un default argentino se disparó 500 puntos básicos este viernes, después del fallo de la justicia de EE.UU., y muy por encima del de Venezuela, Chipre, Ucrania y Pakistán. El mercado cree que el país tiene buen perfil de deuda, pero desconfía de su voluntad de pago y ahora ve más probable una pesificación de bonos bajo legislación extranjera

    La reacción pareció más cercana al espanto que al temor: casi ningún activo en el mundo generó el viernes pasado, entre los inversores, tanto rechazo como el de aquellos que estuvieran respaldados por el gobierno argentino. El fallo de la justicia de Estados Unidos se mostró a favor de que el país empezara a pagar los intereses de una deuda que fue excluida de los dos canjes de deuda, y alcanzó para convertir a la Argentina en la segunda economía más riesgosa del mundo, sólo debajo de Grecia. El temor es que al Gobierno le embarguen los dólares que gira a Nueva York por la deuda performing. O que decida no pagar para evitar que los buitres cobren.

    “La probabilidad de que haya un tipo de pesificación en las deudas argentinas no es menor. Hoy hay, sí, un mayor riesgo de default… pero que tiene que ver más con la voluntad que con la capacidad de pago del país, porque hoy los ratios de deuda que tiene la Argentina son muy bajos”, comentó a El Cronista el economista de la consultora Elypsis, Luciano Cohan.

    El indicador que permite ver esta percepción en el mercado es el del Credit Default Swap (CDS), un seguro de tasa que pagan los inversores por cada uno de los títulos locales para cubrirse ante un probable incumplimiento soberano. Hasta este jueves, este CDS se ubicaba en los 970 puntos básicos para los bonos argentinos (debajo del de Chipre, la economía más afectada por el efecto griego). Pero terminó por dispararse el viernes, después del fallo, más de 500 puntos básicos, al superar los 1500 y ubicarse en el mayor nivel de los últimos años.

    El riesgo argentino supera ahora al de otras economías con desprolijo historial en los mercados: Venezuela (755), Pakistán (950), Chipre (957), Ucrania (653), Portugal (509) e Irak (481).

    Para Cohan, hay argumentos que sostienen este mayor castigo inversor: “Venezuela, por ejemplo, tiene un discurso muy antimercado, pero siempre pagó sus deudas en fecha. Argentina, en cambio, viene acumulando un historial de default. Y las últimas novedades sobre la pesificación de los bonos provinciales, sumadas a los comentarios de Gabriel Mariotto (el vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, que habló a favor de una pesificación en su distrito), terminaron por agravar el escenario”, agregó el economista de Elypsis.

    Por el perfil de vencimientos de los próximos años, en el mercado ven más preocupante hoy la “voluntad” que la “capacidad” de pago de la Argentina.

    Es un caso sobre el que nos preguntamos todos: hoy el país tiene muy poca deuda, y un perfil muy interesante como emisor. No debería estar sufriendo lo que hoy sufre. Pero tiene un modelo de manejo de la situación con los inversores que genera incertidumbre y eso implica que no haya mucho inversor internacional que esté dispuesto a poner el pecho por el Gobierno cuando el escenario se pone más complicado”, comentó a este diario el analista de Bulltick Capital Markets, Alberto Bernal.

    El desplome de los CDS es uno de los efectos que dejó el comportamiento de los títulos argentinos en el exterior, que este viernes llegaron a desplomarse hasta un 10%, y que terminó por ser notablemente más agresivo que el que mostraron, simultáneamente, los bonos locales (4%). La diferencia respondió al esfuerzo que hicieron los inversores para sacar sus divisas fuera del país, mediante el arbitraje de compra de bonos locales en dólares y venta en el exterior. Ese mismo movimiento se notó en las acciones.

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