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¿Qué es la reserva fraccionaria?

(OroyFinanzas.com) – Entre los economistas liberales, pocos temas hay que causen debates tan encendidos como la reserva fraccionaria. Escuelas de pensamiento, como la seguida por el Ludwig von Mises Insitute [1] la denuncian como un robo inflacionario al pequeño ahorrador y abominan de ella [2]. En otros grupos, como en el español Instituto Juan de Mariana, hay quien la defiende como posible y legítima. ¿Qué opinión tener de la reserva fraccionaria?

Para analizar este asunto, primero se debe entender la esencia del negocio bancario. Un banco es un negocio que presta un servicio. Y como tal, se supone que debiera cobrar siempre por él. Si un trabajador ahorra parte de su salario, el guardar el dinero ahorrado en su casa puede ser problemático: pueden entrar a robar, no se puede disponer de si se está de viaje, en caso de papel moneda [3] puede deteriorarse,… Es muy atractivo llevarlo a un banco, donde lo guardarán en una cámara acorazada, con todo tipo de alarmas y vigilancias, y un atento señor en el banco que le devolverá el dinero cuando lo solicite.

El sentido común nos dice que por dicho servicio el ahorrador debería pagar al banco, para que el banquero pueda así pagar el edificio, la caja fuerte, las alarmas, las nóminas de los empleados,… Sin embargo, todos sabemos por experiencia que el banco no cobra al ahorrador por llevarle dinero, sino que le paga. Sí, remunera con un tipo de interés, pequeño en la coyuntura actual un 2%, por ejemplo [4], pero paga algo al fin y al cabo. ¿Cómo es posible? ¿Dónde está el truco?

Beneficio para el ahorrador y para el banquero

El truco está en que el banquero no guarda nuestro dinero en ninguna cámara acorazada, sino que lo presta cinco minutos después de que nosotros lo hayamos depositado. No, no lo guarda. Realmente sólo guarda como reserva una “fracción” del mismo (de ahí el nombre de reserva fraccionaria). Esta fracción, denominada coeficiente de caja, puede andar en el orden del 2% [5], el restante 98% lo presta. Y por ese préstamo puede cobrar un 6%, del cuál da al depositante el 2%, y se queda el otro 4%, por ejemplo. Ese 4% es el margen del banco, ahí está su negocio. ¿Y si el depositante quiere recuperar su dinero? Los bancos suponen que es poco probable que todos los depositantes vayan el mismo día a retirar el dinero. Guardando un 5% del total de los depósitos podrán atender la demanda puntual. Además, en un momento de apuro el banco podría pedir un préstamo a otro banco [6]. Así funciona el sistema bancario que conocemos.

Si no se permitiese la reserva fraccionaria, alquien podría pensar que el negocio bancario sería imposible. No es así, únicamente diferiría en que sólo se podría prestar el dinero previamente ganado y ahorrado. Aunque, obviamente, es mucho más fácil prestar el dinero de otros.

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Problemas de la reserva fraccionaria

Sin embargo, no hay comida gratis [7]. Con el sistema de reserva fraccionaria existe el riesgo de que todos los depositantes acudan al banco a retirar sus ahorros, el banco no sea capaz de conseguir todo el dinero que le reclaman, se produzca un pánico bancario y los ahorradores lo pierdan todo [8].

Adicionalmente al riesgo introducido en el sistema, la reserva fraccionaria tiene un segundo efecto, que es la expansión de la masa monetaria. Prestando el dinero de los depósitos, el banco crea dinero de la nada, con lo que aumenta la cantidad de dinero en circulación y por tanto el nivel general de precios. También baja artificialmente el tipo de interés, lo que facilita y anima a hacer inversiones, a menudo ruinosas.

¿Es legítima esta reserva fraccionaria? ¿Por qué sí, si introduce inflación y riesgo en el sistema? ¿Por qué no, si los depositantes dejan su dinero libremente a cambio de un interés? En un próximo artículo ofreceremos alguna respuesta a estos interrogantes. Quien tenga ya alguna, puede aportarla en la sección de comentarios.

Fuente Imagen: Mises.org [2]

Antonio Cavero

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