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¿Qué es la Unión Fiscal y Monetaria de Europa?

(OroyFinanzas.com) – La primera parte del nuevo proyecto de construcción europea pasa por la unión de la política fiscal y la política monetaria, el cual está inspirado en las ideas de los discípulos de Keynes. Éstos inventaron la Macroeconomía keynesiana como mecanismo básico para entender el funcionamiento de un sistema económico.

Bajo esta concepción, existen dos mundos diferenciados: la economía real y la economía monetaria, los cuales son capaces de llegar a un equilibrio que se mueve cuando hay subidas de los tipos de interés, movimientos del tipo de cambio, decisión de aumentar el gasto público…, entre otras. Por tanto, cualquier perturbación puede ser resuelta a través de medidas fiscales ó monetarias.

Por ejemplo, si se produce una disminución en la producción de un país, estos modelos dicen que aumentando el gasto público [1](medida de política fiscal) aumenta la demanda interna y, por tanto, aumenta la producción. Si en vez de poner en marcha una medida fiscal como la anterior, la autoridad monetaria decide bajar el tipo de interés, se podrá conseguir el mismo objetivo pero por otro camino.

Sin embargo, este funcionamiento de la economía sólo es posible si el país en cuestión posee el control tanto de la política fiscal como de la política monetaria [2]. España y los demás miembros de la Zona Euro no tienen poder de decisión monetario, el cual pertenece en exclusiva al Banco Central Europeo. La nueva moneda que se adoptó (el Euro) poseía una reglas muy estrictas de control de la moneda en circulación, los tipos de interés y el control de la inflación [3].

Devaluación de la moneda y Deuda Pública

Una de las medidas que ya no se puede tomar es la devaluación de la moneda. Una devaluación significa una reducción automática de precios y salarios. Con ello, el país gana competitividad y genera una entrada de capitales vital para el incremento de la producción y la demanda.

No sólo es costosa la renuncia a la devaluación. También lo es el abandono del recurso al Banco Central para financiar el déficit público [4], activando la máquina de hacer dinero para comprar Deuda Pública. El Euro aboca a los Estados a no gastar más de lo que se ingresa. Ahora, sólo se puede actuar con reformas estructurales que faciliten la movilidad de los factores productivos y el respeto al presupuesto público. Si algún Gobierno expande el gasto y no puede financiarlo, se enfrenta a un problema muy serio de financiación en los mercados externos y al alargamiento de los problemas económicos.

La unión fiscal como solución a los problemas del Euro

Por ello, los gobiernos europeos preconizan la unión fiscal [5] como solución a los problemas actuales del Euro. Es necesaria la unificación de las políticas económicas nacionales.

Cualquier expansión ó reducción del gasto público o subidas y bajadas de impuestos serían pactadas por todos los socios europeos a través de una Autoridad fiscal única. De este modo, la actuación frente a la crisis es unánime y consigue unos efectos más amplios que si lo hiciera cada gobierno de forma aislada. Aún hoy no tenemos constancia de cuándo se va a poner en marcha, sólo sabemos que será muy difícil implementarlo dadas las reticencias de, principalmente, Holanda, Austria y Finlandia, los cuales apuestan por recuperar las sanciones a los países que incumplen el protocolo de déficit excesivo.

En suma, este mecanismo sirve de grupo de presión ante el Banco Central para que siga comprando deuda de los países quebrados. Francia y otros países piden aumentos del gasto público para estimular la economía y para ello necesitan que el BCE intervenga en los mercados permanentemente para que las primas de riesgo no se disparen. Ésta es la muestra más palpable de que no han aprendido nada y que estos programas de gasto público no sirven para nada bueno. Los contribuyentes sólo les queda aguantar una nueva ola de subidas de impuestos.

Javier Santacruz Cano, Doctorando en Economía

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