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Historia de los tipos de interés

(OroyFinanzas.com) – Las primeras referencias históricas que existen sobre el cobro de intereses se remontan a textos religiosos de las llamadas religiones del libro, que se oponían inicialmente al préstamo de dinero con interés. Aristóteles condenaba la usura como contraria a la naturaleza de las cosas, concretamente, a la naturaleza del dinero, puesto que como decía el filosofo: “el dinero tiene como fin el intercambio de bienes y no el de reproducirse, como en un parto”; los intereses del dinero serían por ende los “hijos del dinero”.

Dinero Deuda Dólar

En la antigua Roma no existían bancos centrales, operaba la banca comercial, pero los intereses no estaban regulados como ahora y cuando un deudor no podía pagar los altos intereses exigidos, una rigurosa ley autorizaba al acreedor a encarcelar o esclavizar al deudor y a su familia.

El Corán prohíbe explícitamente el cobro de intereses considerándolo algo moralmente reprobable. Inicialmente, la Iglesia Católica se oponía a los préstamos con interés, y los cristianos no podían dedicarse al oficio de prestar dinero con interés, siendo los judíos los que ejercieron esta profesión convirtiéndose posteriormente en los principales banqueros de Europa. Como los judíos no tenían derecho a tener propiedades, se especializaron en el comercio y en servicios bancarios. Según la Torá, los judíos pueden prestar dinero con intereses a los gentiles, pero no a otros judíos. Fueron tolerados, porque con sus préstamos se beneficiaban los poderes medievales.

Tomás de Aquino (1225-1274) argumentaba que cobrar interés era un cobro doble: por la cosa y por el uso de la cosa. Santo Tomás decía: “Pecunia pecuniam parere non potest” (el dinero no puede parir dinero). Consecuentemente, cobrar intereses llegó a ser condenado como pecado de usura por la Iglesia Católica.

El II Concilio de Letrán que se celebró en 1139 condenaba cualquier pago de deuda con más dinero del que hubiera sido prestado inicialmente. El Consejo de Viena celebrado entre 1311 y 1312, prohibía explícitamente la usura y declaró toda legislación tolerante con la usura como herética.

La Iglesia a finales del siglo XX de manera profética “adaptó” la conocida estrofa de la oración del Padrenuestro “perdónanos nuestras deudas así como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimíttimus debitoribus nostris) por esta otra “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Lo de perdonar las deudas no debía sonar muy bien en los púlpitos de las iglesias latinoamericanas, ni en los de los países menos desarrollados.

El tipo de interés representa el pago por el arrendamiento del dinero

Durante el Renacimiento el dinero se comenzó a percibir como una mercancía más que podía ser comprada [1], vendida o arrendada y el tipo de interés representaba el pago por el arrendamiento del dinero. Poco a poco, la Iglesia comenzó a mostrar flexibilidad con los préstamos a interés, debido a que en más de una ocasión debido a sus múltiples asuntos mundanos, entre ellos las guerras, andaba en aprietos de dinero y realizaban los préstamos en nombre de Dios.

Martín Lutero, encontró una justificación ideológica para las actividades de la nueva clase social en ascenso que era la burguesía. Los prestamos de dinero no eran considerado pecado por Lutero, sino que toda actividad realizada dignamente y al amparo de la ley y dedicarse a comerciar mercancías o prestar dinero a interés tenía la aprobación de Dios y la sociedad.

La reforma protestante tuvo una gran penetración en países como Alemania o Inglaterra, donde el capitalismo encontró su máxima expresión, intensificándose los préstamos con interés al incrementarse el comercio. En la Francia católica el sistema de prestamos con interés no se impuso hasta fines del siglo XVIII impulsado por la Revolución Francesa.

Inglaterra fundó su primer banco central en 1694, originalmente fue un banco más, a diferencia que tenía como cliente al gobierno inglés, a cambio de privilegios reales. Conforme la vida económica se expandía las operaciones financieras también lo hicieron e implementaron políticas monetarias, adoptando el Banco de Inglaterra las funciones de regular el crédito y uno de los instrumentos para ello era a través de la regulación de las tasas de interés.

El tipo de interés del BCE

En la actualidad el BCE fija el denominado tipo de referencia, que es la tasa que los bancos deben abonar al pedir prestado dinero al BCE.

Como bien señalaba en un articulo GurusBlog “Nunca en los últimos 200 años habíamos tenido unos tipos de interés a largo plazo tan bajos como en la actualidad [2]. El dinero no es que valga cero, es que lo están regalando, estamos ante el mercado más manipulado de la historia, ni en tiempos de guerras mundiales la manipulación nunca había sido tan alta y a esto hay que añadir, los miles de millones de dólares que la Reserva Federal sigue imprimiendo mensualmente, para que tengamos la artificial sensación de que aquí no pasa nada”.

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