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Fernando Méndez Ibisate: Historia del valor del dinero (I)

(OroyFinanzas.com) – Fernando Méndez Ibisate (1959) es Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Profesor Titular de Historia del Pensamiento Económico en la misma Universidad. Tras completar sus estudios en la Reserva Federal de Sant Louis (EE.UU), pasó a ser Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Europea de Madrid.

Fernando Méndez Ibisate

Fernando Méndez Ibisate es depositario de un gran legado de investigación económica promovida por los estudiosos españoles del liberalismo clásico desde los tiempos del profesor Lucas Beltrán y, más recientemente, del profesor Pedro Schwartz [1]. A partir de este legado, Fernando Méndez Ibisate ha centrado sus esfuerzos en la Historia del Pensamiento Monetario, la investigación sobre la escuela marginalista y la recuperación de autores clásicos como Cantillón ó Thornton.

El autor de esta entrevista tiene el honor de ser discípulo del entrevistado y da fe del ánimo infatigable, honrado y discreto que don Fernando tiene en su trabajo. Muestra de ello es su colaboración con los medios de comunicación: editorialista en la antigua Gaceta de los Negocios, contertulio en Onda Cero y en la actualidad en la COPE, además de ser columnista en el económico El Economista.

Javier Santacruz Cano le entrevistó recientemente sobre la historia del dinero y las tendencias de la política monetaria.

OroyFinanzas.com – Para usted, ¿qué es el dinero? ¿Qué papel juega el dinero en la sociedad de hoy?

Aunque pueda interpretarse como redundante, el dinero es dos cosas: una institución y un bien (en sentido económico). Como institución, son reglas de funcionamiento y, por tanto, de uso o manejo que sirven para reducir costes de transacción (incluidos los costes de información). Entre éstos suelen citarse como más evidentes los costes derivados del trueque. Pero, como cualquier otra institución, el dinero, a su vez, nos pone reglas, normalmente como ya he dicho de funcionamiento y uso. Por tanto hay que tener cuidado con esa institución, mimarla y no maltratarla desviándola hacia funciones para las que no está hecha [2] (por cierto, nadie ha “hecho” el dinero; hemos hecho las monedas pero no el dinero, que es una institución derivada de la naturaleza humana y de sus actos). Debemos procurar que esta institución funcione correctamente y lo más eficientemente posible si queremos que realmente contribuya al progreso de las sociedades. De lo contrario, contribuirá a su ruina.

Por otro lado es un bien, que a lo largo de la historia y las civilizaciones se ha materializado en diferentes tipos de mercancía; pero no un bien cualquiera, sino “el bien” que representa a todos los demás bienes; incluso los que ya no existen y los que aún no sabemos –hoy– que existirán. Así, 1$ hace 80 años representaba una parte equivalente de una botella de whisky o un alquiler de habitación, pero también de un teléfono móvil o un ratón de ordenador, algo entonces inexistente. Y hoy, 1$ equivale a la cantidad que fuese de zarzaparrilla, bebida que ha sido sustituida por la cola. En la medida que representa todos los bienes –en la cuantía que sea– permite que esos bienes puedan intercambiarse entre sí representados por (o en) el dinero (medio de cambio presente y futuro o temporal, por consiguiente, en tanto que medio de cambio futuro, es también depósito de valor) y, por tanto, los equipara o valora (medida del valor o unidad de cuenta). Pero todo ello es debido a que por conveniencia o aceptación general (de nuevo aparece su realidad como institución) todo el mundo lo acepta, lo desea y lo demanda. Y, además, la gente lo demanda porque es útil –disminuye costes–, lo que retorna a su esencia como bien.

Ahora bien, puesto que el dinero representa todos los bienes conviene que no altere dicha representación o la cuantía de los mismos que caracteriza. Así, el valor del dinero es su poder de compra o capacidad de adquisición de cualquier otro bien (incluso los que están por venir o los que ya han dejado de producirse). El dinero vale lo que logra, obtiene o se da del resto de bienes por él. Por lo que, en términos absolutos, su valor aumenta cuando todos los demás bienes disminuyen el suyo, porque podrá comprar más del resto de los bienes y servicios. Y, viceversa, caerá en términos absolutos, cuando pueda comprar menos de todos los demás bienes; es decir, cuando todos los demás bienes y servicios eleven su valor o precio. Por consiguiente, para que cumpla bien sus funciones, su naturaleza o condición, es esencial que no altere su valor, permitiéndole representar y medir correctamente a todos los demás bienes o servicios. Si, en un caso extremo, entrásemos en una espiral de pérdida del valor del dinero (inflacionista) [3] continua, precipitada y rápida, la gente dejará de utilizar ese bien como representante del resto de bienes porque ya no les sirve para calcular cuantías y valores. Y como el dinero también sirve para valorar o calcular los valores relativos o precios relativos entre las cosas y bienes (todos representados en él), una espiral de ese tipo puede distorsionar también –desde luego lo hace inicialmente y por un tiempo– la información que producen los precios relativos de los bienes y servicios entre sí, de modo que una unidad monetaria (1€ o 1$) nos permita percibir la alteración producida entre la proporción entre dos mercancías pero no entre una de ellas y una tercera o entre otras dos distintas.

Todo ello nos indica también que no existe separación o dicotomización –a diferencia de lo que nos enseñan en los modelos de corte walrasiano, de equilibrio general o macroeconómicos clásicos– entre la economía monetaria y financiera y la real; entre el mundo monetario y el mundo real o de bienes, mercancías y servicios, como se dice y se pretende.

En el próximo artículo Fernando Méndez Ibisate explicara lo que es el monopolio de emisión de moneda y sus consecuencias en la sociedad

Entrevista completa:

Fernando Méndez Ibisate: Historia del valor del dinero (I) [4]

Monopolio de emisión de moneda y sus consecuencias en la sociedad (II) [5]

Cambios en política monetaria para que funcione el monopolio de emisión (III) [6]

Expansión monetaria y posibles consecuencias de la inflación (IV) [7]

Este artículo forma parte de una serie de entrevistas semanales con los economistas mas destacados de España y Latinoamérica sobre el dinero, la política monetaria y el sistema financiero. Para leer las otras entrevistas actualizaremos esta página todas las semanas “Entrevistas sobre el dinero, la política monetaria y el sistema financiero [8]” y explicamos por qué preguntamos sobre estos temas.

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