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¿Qué es la regla de Taylor?

(OroyFinanzas.com) – La semana pasada tratamos, sin ánimo de ser exhaustivos, la importancia capital que tiene que la política monetaria se rija por reglas [1]. Concluimos que la política monetaria debía ser creíble y reputada y fuera fuente de confianza y estabilidad para los agentes económicos (familias y empresas). Ahora, nuestra tarea será describir una de las reglas de política monetaria más importantes que se han aplicado y que, aún hoy, sigue teniendo una gran importancia: la Regla de Taylor.

John B Taylor

John B. Taylor – creador de la regla de Taylor

La Regla de Taylor fue formulada por el profesor John B. Taylor, eminente economista, asesor de gobiernos como los de Ronald Reagan ó George Bush padre y uno de los miembros más destacados de la Escuela de Chicago. En 1993, Taylor publicó un trabajo titulado Discreción versus Reglas de política en la práctica (Monetary Policy Rules, Chicago University). En este documento, el profesor Taylor encontró una cierta regularidad ó, dicho de otra manera, una regla a la cual obedecería el comportamiento de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) entre los años 1987 y 1992. A partir de este descubrimiento, Taylor tradujo el comportamiento de la Fed durante esos años en una fórmula matemática que ha pasado a la Historia con el nombre de regla de Taylor.

De forma simplificada, en este artículo diferenciamos entre tipos de interés nominales y reales [2] para explicar la regla de Taylor. El tipo de interés nominal es el que se aplica en el mercado sin ajustarlo a la inflación. El tipo de interés real es el tipo de interés nominal menos la tasa de inflación.

Según la regla de Taylor, el Banco Central determina el tipo de interés nominal a corto plazo en función de:

i) El tipo de interés real de la economía.

ii) La diferencia entre la tasa de inflación existente y la tasa de inflación objetivo del Banco Central (por ejemplo, el objetivo del BCE es el 2% en la Zona Euro)

iii) La desviación entre la producción de bienes y servicios real respecto de la producción potencial ó de largo plazo. Toda economía tiene una capacidad limitada de producción y ésta puede estar por debajo de su potencial ó utilizar recursos por encima de su potencial.

Estas variables son las que determinan, por tanto, los dos objetivos esenciales para el Banco Central: la estabilidad de precios y la estabilidad macroeconómica.

Una vez explicados los elementos que componen la regla de Taylor, ¿cuál es la receta práctica que nos ofrece a la hora de hacer política monetaria? Si suponemos que el tipo de interés nominal es muy sensible tanto a las variaciones en la tasa de inflación como a las variaciones de la producción, y suponemos que el Banco Central tiene como objetivo de inflación el 2%, se presentan los siguientes escenarios:

– Escenario 1: Si la inflación está por encima del objetivo del Banco Central ó la producción está por encima del nivel potencial (output gap positivo-se produce más de lo que la economía es capaz de generar) el Banco Central debe subir el tipo de interés nominal a corto plazo para frenar el recalentamiento de la economía.

– Escenario 2: Si la inflación está por debajo del objetivo del Banco Central ó la producción está por debajo del nivel potencial (output gap negativo- se produce menos de lo que la economía es capaz de generar) el Banco Central tendrá que bajar el tipo de interés nominal a corto plazo para estimular la economía.

– Escenario 3: Cualquier escenario intermedio tendrá un resultado en función de qué es más importante, si la desviación en la tasa de inflación ó la desviación en la producción real.

El elemento central de la regla de Taylor es el concepto de tipo de interés real. Como buen microeconomista, Taylor otorga una importancia capital al tipo de interés real como fuente de la política monetaria. El tipo de interés real es el precio al que se intercambian recursos entre el presente y el futuro. Dicho de otra forma, es la recompensa que un consumidor obtiene en el futuro por sacrificar una unidad de consumo en el presente. Desde los tiempos del gran economista Eugen von Böhm-Bawerk [3], sabemos que la tasa natural de interés (así llamada por Böhm-Bawerk para referirse a la tipo de interés real) no sólo aporta información sobre las preferencias de los consumidores; también nos informa sobre las expectativas que tienen éstos sobre el futuro y cuál es el valor subjetivo que otorgan a los bienes que poseen (consumo, inversión…)

Este esquema sacrificio presente-recompensa futura tiene como vehículo el dinero, puesto que éste es el bien que representa a todos los demás bienes de una economía pasados, presentes y futuros. Puesto que es lo mismo intercambiar dinero ó intercambiar bienes y servicios que se compran con ese dinero, el precio al que se intercambia el dinero tiene que acercarse al precio al que se intercambian los bienes en el tiempo. En este sentido, el tipo de interés nominal ó precio de los préstamos en una economía, deberá acercarse lo más posible al tipo de interés real.

En suma, los trabajos del profesor Taylor son un buen punto de partida para examinar en próximos artículos el comportamiento de los distintos Bancos Centrales a la hora de implementar la política monetaria y si ésta ha respondido a algún tipo de regla.

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