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BCE trabaja en una compra masiva de deuda hipotecaria de los bancos

(OroyFinanzas.com) – Tras las declaraciones de la semana pasada en las que el Presidente del Banco Central Europeo [1] (BCE) señor Mario Draghi, dejó entrever la disposición que la Banca Central tiene de comprar títulos respaldados por activos, principalmente cédulas hipotecarias (ABS en inglés), para aliviar el balance de los bancos europeos.

Esta conclusión, extraída de una pregunta confusa y una respuesta todavía más confusa, parece confirmarse. Según informó en el día de ayer el diario alemán Die Welt, el Consejo de Gobierno del BCE está trabajando en la reactivación del mercado secundario de cédulas hipotecarias y otros títulos respaldados por activos, mediante la intervención de la institución monetaria. Esta intervención consistiría en la compra de títulos respaldados por subyacentes denominados ABS (Asset Backed Securities, derivados sobre el mercado inmobiliario en muchos casos) y, con ello, ofrecer mayor liquidez a los bancos de la Zona Euro.

Sin embargo, esta actuación no es vista con buenos ojos por varios de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE. Varios integrantes de este Consejo han resaltado el que, quizá, sea el mayor problema: la valoración de los títulos y su calidad. Por un lado, el mercado ABS es muy poco transparente y, en este momento, está completamente seco. En este mercado era donde se negociaban los títulos estructurados que empaquetaban hipotecas de muy dudosa solvencia y conseguían ser colocadas en el mercado con calificación AAA.

Por ello, los balances de los bancos europeos todavía contienen muchos títulos de esta naturaleza. En este sentido, el BCE tendría no sólo que valorar a precios de mercado estos productos sino también discriminar cuáles son dignos de compra y cuáles no. En principio, los planes del BCE no están dirigidos a comprar “cualquier cosa”, es decir, comprar bonos basura y redoblar, por tanto, la acumulación que tiene de este tipo de bonos en su balance.

Parece claro que, si el BCE se decide a aportar liquidez al mercado de cédulas hipotecarias, comprará a precios de mercado, lo que equivale a someter a un fuerte descuento las valoraciones de estos títulos en el balance de los bancos. Si esto es así, la ayuda del BCE no serviría de mucho, puesto que, en el fondo, el banco está obligado a declarar las pérdidas de valor de estos activos y, por tanto, empeorar aún más sus coeficientes de solvencia y su cuenta de resultados.

Este proceso de valorar los activos de los bancos –el famoso procedimiento mark to market- no se ha llevado a cabo en la mayoría de los bancos europeos. De hecho, los exámenes de solvencia ante situaciones extremas –los test de estrés- se hacen contando con estos activos.

La vía alternativa que se diseñó en Europa y que se ha aplicado recientemente en España, es la creación de una sociedad de gestión de activos, más conocida como banco malo. El banco malo español –el SAREB- ha sido creado como sociedad depositaria de múltiples de activos inmobiliarios que respaldan los títulos ABS que pretendería comprar el BCE. Nada más arrancar el SAREB, los problemas de valoración a precios de mercado han aparecido.

Si el Estado compra los títulos o los subyacentes a los precios que están consignados en el balance de los bancos, incurrirá en una pérdida igual a la diferencia entre el precio de compra y el precio de mercado. Este método se está empleando en España de una forma disparatada. Las pérdidas se cargan al presupuesto y, por tanto, son costeadas por el contribuyente.

En el caso del BCE, si éste compra los títulos a un precio por encima del que marca el mercado, incurrirá en unas pérdidas muy significativas, las cuales puede cubrir sin problema. Basta con activar la máquina de hacer dinero y traducir estas pérdidas en pérdida de valor de la moneda y, por tanto, se convierten en una carga adicional para la población en forma de inflación [2].

Fuente: Die Welt [3]

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