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Guerra por los depósitos en España para la financiación de bancos

(OroyFinanzas.com) – La competencia entre las entidades financieras españolas en el mercado de los depósitos a la vista (disponible de forma inmediata) y a plazo (máximo tres años) vuelve, de nuevo, a la actualidad. Hace unos pocos meses, informábamos de la prohibición de los llamados superdepósitos [1] que el Banco de España impuso a las entidades nacionalizadas y que “recomendó” a las demás. La recomendación enseguida se convirtió en obligación y, por tanto, las remuneraciones por depósitos a un año descendieron hasta el 1,75%.

Hombre en barca con dinero y tiburones en el mar

Pocos meses después, los bancos han encontrado una forma para escapar de las garras del regulador: ofrecer rentabilidades superiores a cambio de incrementar el saldo de su cuenta corriente o por hacer depósitos a muy corto plazo. En este sentido, entidades como el Banco Popular ofrecen pagarés al 1,5% anual a un mes o el Banco Espirito Santo, un 3,2% a un año. El banco portugués se ha convertido en “el último mohicano” en la guerra del pasivo, ya que la prohibición del Banco de España no puede afectarle, ya que la casa matriz está radicada en Portugal y, por tanto, acogida al Fondo de Garantía de Depósitos de aquel país.

Roto el canal del crédito bancario –los bancos no convierten en préstamos sus depósitos- y la inutilidad actual del mercado interbancario, los bancos están utilizando los depósitos como fuente de financiación de sus operaciones corrientes. Para garantizarse esta liquidez, los bancos han subido la retribución de los depósitos y han elevado la oferta de sus productos de ahorro.

Esta estrategia no deja de tener un carácter cortoplacista y limitado, puesto que la incertidumbre y la alta volatilidad existentes en los mercados financieros hacen que el sector bancario no pueda planificar una estrategia de financiación estable y duradera. Necesitan “tapar los agujeros” e “ir tirando”. Por tanto, la mejor manera de sostener una fuente de recursos no pequeña como son los depósitos es primar la liquidez. De esta manera, tanto el ahorrador como el banco salen ganando.

Por un lado, el ahorrador conservador recibe unos intereses mayores que los que recibía hasta ahora, equiparables al cupón de cualquier activo de renta fija en el mercado (sea deuda pública o privada). Por otro lado, la banca se beneficia de unos recursos muy necesarios para su supervivencia a corto plazo y permite fidelizar a sus clientes.

Si la prima de riesgo de la deuda española sigue relajándose, este tipo de productos de ahorro se consolidarán aún más y darán lugar a una “guerra” muy necesaria entre las entidades financieras.

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