(OroyFinanzas.com) – La inflación [1] parece estar mucho más avanzada de lo que los gobiernos parecen estar dispuestos a admitir. En Alemania la tasa oficial actual de inflación es del 1,2 por ciento, pero esto no parece coincidir con las experiencias cotidianas de los ciudadanos, ya que la mayoría de los productos que consumen se encarecen en intervalos de tiempo muy reducidos.
Alrededor de todo el mundo los gobiernos publican estadísticas sobre la inflación que no se corresponden con la realidad [2]. Recientemente, China informó que la inflación en abril fue del 2,4%, frente al 2.1% de marzo. China esgrimió en esta ocasión razones como las malas cosechas, pero la razón es la misma en todas partes, la impresión de dinero sin limite que realizan los bancos centrales de todo el mundo.
La tasa oficial de inflación reportada en la zona euro en abril fue del 1,2 por ciento. Sin embargo, los alimentos aumentaron en un 2,9 por ciento en relación al año anterior, según Eurostat.
Hay una página web que se llama hartgeld.com, donde los propios lectores informan regularmente sobre las tendencias de precios. En todos los casos se observan últimamente aumentos de precios significativamente más altos que los que publica la oficina europea de estadística Eurostat. Las observaciones de los lectores de hartgeld.com en su mayoría procedentes de Alemania y Austria desvelan un aumento espectacular de los precios, frente a la tasa oficial de inflación que pretende crear una impresión muy diferente.
Un lector señalaba que el precio de una pieza de mantequilla de marca había aumentado en un año de 0,75 a 1,15 euros, eso representa un repunte del 53 por ciento. Si la tasa de inflación oficial del 2,9 por ciento fuera aplicable a los alimentos como la mantequilla, entonces debería tardar 15 años, para que el precio aumentara en un 53 por ciento. Las latas de atún en conserva asimismo han aumentado de 0,99 euros hasta los 1,19 Euro un aumento del 20 por ciento.
Otro lector comenta, que el precio del lavado de coches se ha incrementado en pocas semanas de 4,90 a 7,20 euros, un aumento de 47 por ciento. Otro lector escribe “Un billete normal de bonoloto, válido para miércoles y sábado costaba la semana pasada 13,75 euros, esta semana cuesta 16,00 euros, un 16% de aumento. Al consumidor le cuesta 2,25 € más desafiar a la suerte.
En otro comentario otro lector menciona las facturas de los talleres de automóvil, la mano de obra había aumentado un 19,25 por ciento, el aceite para el motor un 16 por ciento y el filtro de aceite un 23,25 por ciento, en relación al año anterior.
Otro comentario de un lector indica que el precio para un corte de pelo simple de hombre sin lavado en diciembre 2012 costaba 12 euros, mientras que a mediados de abril ascendía a 15 Euros, un aumento del 25%. Por 25 kilogramos de la mejor harina un lector hace un año tenia que pagar 17 euros, el precio actual es de 19,50 euros, se trata de un incremento de casi el 15 por ciento.
Como se puede comprobar claramente, los precios reales se encuentran muy lejos de los índices oficiales de inflación. Lo que es muy evidente es que la inflación es una forma como cualquiera otra de expropiación financiera que están aplicando las autoridades, además de las consabidas subidas de impuestos, compra forzosa de activos, controles de capital o quitas.
Fuente: hartgeld.com [3], DWN [4]
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