(OroyFinanzas.com) – Japón camina a paso acelerado por la senda de crecimiento de la deuda. Por ello, en los últimos meses ha redoblado sus esfuerzos para devaluar en términos nominales la carga de la deuda [1] y provocar subidas artificiales de los precios de los activos, tal y como hemos contado en numerosas ocasiones en OroyFinanzas.com. Esta política es un elemento fundamental en la guerra de divisas. El Banco de Japón es uno de los que más contribuyeron a la generación de la guerra de divisas [2] y hoy es uno de sus principales actores. Este papel tan activo de las autoridades japonesas en devaluar la moneda y expandir sin límite la oferta monetaria ha causado los recelos y la indignación de sus competidores.
En este caso, en China son cada vez más los expertos que piden una intervención del Banco de la República Popular para enfrentarse a la masiva devaluación de la divisa japonesa. Sin embargo, esta actitud beligerante de los principales analistas no contempla la gravedad de imponer un nuevo programa de expansión monetaria, ya que el peligro de inflación [3] no sólo está latente sino que en varios mercados ya es una realidad.
La reacción de China no es el único frente abierto para el gobierno japonés. Fuentes del gobierno japonés aseguran que existe un temor fundado de que los ciudadanos japoneses vendan masivamente títulos de deuda pública. Hasta el momento, la inmensa mayoría de las emisiones de títulos de deuda pública han sido suscritas por los ahorradores internos. Este sistema, más conocido como Abenomics, tiene serio riesgo de romperse si los ahorradores deciden huir de la deuda pública hacia la renta variable.
No sólo existe un riesgo de venta masiva de deuda pública por parte de los ahorradores japoneses. Incluso si no se produjera este hecho, los ahorradores japoneses podrían perder hasta la mitad de sus ahorros, según advirtió el gestor de hedge fund Kyle Bass. La práctica totalidad de los fondos de pensiones japoneses tienen gran parte de su capital invertido en deuda pública y privada.
El proceso de caída de los tipos de interés de la deuda soberana japonesa se materializará, más tarde o más temprano, en una caída del valor real de los ahorros que se invierten en un fondo de pensiones. En este sentido, dos fuerzas actúan sobre el capital de los fondos de pensiones: la pérdida en términos de rentabilidad y la pérdida soterrada que causa la inflación. Los gestores de los fondos de inversión y pensiones son perfectamente conscientes de la existencia de estas dos fuerzas y, ante una fuerte caída de sus bonus, reaccionarán cambiando la composición de sus carteras y, por tanto, desharán posiciones en deuda pública.
La acumulación acelerada de pasivos en la economía japonesa –y en la mayoría de los países del mundo- puede observarse en este gráfico que ha elaborado el equipo de analistas del diario The Wall Street Journal:
Fuente: The Wall Street Journal, DWN
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