(OroyFinanzas.com) – La imposición de la celebérrima Tasa Tobin [1] o tasa sobre las transacciones financieras en Europa va a pasar, inexorablemente, por la confiscación de los ahorros de los ciudadanos. Según las informaciones publicadas por el periódico alemán Deutsche Wirtschafts Nachrichten, la Tasa Tobin también se aplicaría a los accionistas de las sociedades cotizadas. Una parte muy importante de estos accionistas son fondos de inversión y fondos de pensiones.
En este sentido, los partícipes de los fondos de pensiones –jubilados y trabajadores en activo que proveen su jubilación- son indirectamente accionistas de los bancos y las grandes empresas que cotizan en las distintas Bolsas de Comercio europeas. Por ello, cualquier merma en la participación de los fondos en el capital de las cotizadas puede ocasionar una pérdida en el patrimonio de los ahorradores que han confiado su dinero a un fondo de pensiones.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Shäuble, ha asegurado la necesidad de implantar una tasa sobre los mercados de valores para financiar los futuros problemas de financiación que puedan tener los miembros del Euro. En principio, se impondría una tasa del 0,1% sobre las operaciones de bonos y acciones y un 0,001% sobre las operaciones con derivados y divisas. Sólo para las cotizadas alemanas, supondría un coste añadido de 1.500 millones de euros.
Los políticos, siempre cuando quieren subir impuestos o crear nuevas figuras impositivas, aseguran que son impuestos “pequeños, sin voluntad recaudatoria y no distorsionante”. Si a esto se añade que es un impuesto sobre “ricos” o sobre “los bancos”, la opinión pública aceptará de buen grado este nuevo impuesto, puesto que creen que no les afectará.
El error más grave en un planteamiento de esta índole es confundir sobre quién se impone el impuesto y quién es el contribuyente final. En muchas ocasiones, el sujeto que acaba pagando un impuesto no es aquel que dice la norma que tiene que pagar. Por tanto, un impuesto finalista como éste no lo terminará pagando un banco o una empresa sino que lo pagarán los cuentacorrentistas, los accionistas de las empresas y, según nuestras fuentes, también los partícipes de los planes de pensiones. Además, podría ocurrir (con una gran probabilidad) que la tasa recaiga dos veces o tres sobre una misma operación, en función de cómo se contemple.
La imposición de esta tasa se está intentando hacer bajo un estricto oscurantismo y, como decía Flores de Lemus, de forma “silenciosa”. Pocos medios de comunicación cuentan los perjuicios de la nueva tasa, no sólo para la capitalización bursátil sino también para la generación de beneficios e inversión de las empresas cotizadas y motores de la creación de empleo en Europa. Estas empresas son la principal fuente de oposición, además de la potente industria de fondos de pensiones privados en Suecia.
Artículo relacionado: ¿Qué es la Tasa Tobin sobre transacciones financieras? [1]
Fuente: DWN [2]
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