(OroyFinanzas.com) – La reunión de los Ministros de Finanzas de la Unión Europea de esta madrugada se ha saldado con un acuerdo sobre la planificación y desarrollo de los futuros rescates Bail-In [1]. En particular, se ha establecido un orden de prioridad en la conversión de acreedores y cuentacorrentistas en accionistas.
Los futuros rescates de la banca europea deberán estar basados en un proceso de reestructuración interna, es decir, conseguir elevar los fondos propios a través de la conversión de pasivos en capital. Por el momento, los Estados miembros han acordado seguir protegiendo los depósitos por debajo de 100.000 euros de familias y pequeñas y medianas empresas, excluyéndolos del orden de conversión en acciones.
El objetivo es conseguir la recapitalización de los bancos mediante un proceso en el que se relega, como última instancia, a la participación de las Haciendas públicas y, por tanto, del contribuyente. El proceso de recapitalización comenzará por los tenedores de capital híbrido –participaciones preferentes, bonos convertibles en acciones y CoCos o bonos convertibles contingentes– seguirá con la deuda junior –deuda subordinada y bonos junior– continuará con la deuda senior –la deuda más garantizada– y terminará en los depósitos, primero, de grandes empresas de más de 100.000 euros y, después, depósitos de pymes y particulares por encima de 100.000 euros.
Los cuentacorrentistas y empresas cuyos depósitos superen los 100.000 tendrán que hacer una contribución obligatoria mínima de un 8%. Si con todo ello no fuera suficiente para rescatar el banco, entonces los contribuyentes tendrían que apoyar con dinero público su sostenimiento. Además, se establece que el importe total de dinero público no pueda ser superior al 5% de las deudas del banco.
El establecimiento de estas quitas obligatorias a los depósitos por encima de 100.000 euros no ha estado exento de polémica. Francia ha conseguido, a última hora y para firmar el acuerdo, introducir una cláusula por la cual los Estados a los que pertenezcan los bancos rescatados puedan tener la potestad de exonerar a alguno de los contribuyentes obligatorios (depositantes particulares o empresas por ejemplo) y evitar así que participen de la reestructuración del banco quebrado.
En ningún momento se mencionan otros mecanismos. La gran mayoría de los bancos rescatados se convierten en bancos zombies que necesitan permanentemente más dinero para sobrevivir. Por ello, la solución se encuentra en la resolución y liquidación ordenada de los activos y su venta en subasta pública al mejor postor.
Si éste fuera el procedimiento, se evitaría la ruina de muchos acreedores, no se enterrarían ingentes cantidades de dinero en una empresa ineficiente y expulsada del mercado como es un banco quebrado y, sobre todo, no se confiscaría el dinero de los depositantes. El depósito es un contrato de custodia y como tal debemos entenderlo. No parece que lo hayan entendido así los miembros del Ecofin, los cuales no han dudado ni un segundo en consagrar el rescate a Chipre como modelo para el futuro.
De interés es la crónica de Miguel Roig, corresponsal económico de Expansión [2], en la que se explica con gran detenimiento el acuerdo del Ecofin.
Fuente: Agencias
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