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El sistema de pagos Liberty Reserve cae en una operación contra el blanqueo de capitales

(OroyFinanzas.com) – En virtud de los acuerdos de colaboración transfronteriza de las policías nacionales y la Interpol, el fundador del sistema de pagos electrónicos Liberty Reserve, Arthur Budovsky, ha sido detenido en España bajo una acusación de blanqueo de capitales. Dentro de las investigaciones llevadas a cabo, se han hecho tres registros en casas de Costa Rica, numerosa documentación tanto en papel como digital y la detención de un ciudadano ruso que ha sido inmediatamente extraditado a Estados Unidos.

Liberty Reserve Logo

La sociedad Liberty Reserve está domiciliada en Costa Rica y su dueño, Arthur Budovsky, posee la nacionalidad costarricense, siendo con anterioridad ciudadano norteamericano. Fue fundada hace escasamente dos años como un sistema de realización de transacciones a través de Internet donde una de sus principales características era la privacidad. En siete años, el volumen de clientes ha superado el millón, siendo el 20%, residentes en Estados Unidos.

Esta red de transacciones virtuales no es ni la primera que se creó ni la primera que ha sido objeto de investigaciones judiciales. Años atrás, un sistema de pagos con oro llamado E-Gold fue clausurado por las autoridades americanas por violación de la normativa bancaria know your customer (KYC). Este procedimiento KYC se basa en la identificación y clasificación de los clientes y titulares de cuentas corrientes, sirviendo en la práctica como control anti-fraude.

Los propietarios de esta plataforma radicada en Miami no exigían datos personales comprometedores más allá del correo electrónico y tipo de transacción que se quisiera realizar. Por ello, la policía federal persiguió hasta su cierre a este sistema y durante tres años quedaron retenidos los capitales que estaban circulando en esta plataforma.

Las acusaciones a las que se enfrenta Budovsky son muy graves. Según la Fiscalía de Delitos Fiscales y Financieros de Nueva York, presuntamente, Liberty Reserve formaría parte de un sistema internacional de lavado de dinero procedente del narcotráfico, la pornografía y la evasión fiscal. Sin embargo, este extremo es difícil de creer puesto que el volumen de transacciones en este período tan corto de vida no ha superado los 6.000 millones de dólares, cuando sólo en dinero negro se mueve tal cantidad de dinero en un solo día.

Las cuentas de Budovsky con la justicia americana vienen de muy largo. En 2007 se le condenó a cinco años de libertad condicionada por un sistema muy parecido al de Liberty Reserve. Las consecuencias judiciales no fueron más allá por la confesión que hizo el propio Budovsky.

La cuestión fundamental es aclarar si este sistema ha sido creado por y para el delito o, por el contrario, es un mero instrumento utilizado por las redes de blanqueo de capitales. Tras conocer el monto de transacciones realizadas a través de este sistema, no parece verosímil que se trate de una plataforma que, en sí misma, esté dedicada al fraude fiscal y el lavado de dinero.

Se trataría, más bien, de un sistema de pagos electrónicos que ha sido utilizado como medio para lavar dinero. Dado que en este sistema no se requerían datos personales –con una cuenta de correo electrónico era suficiente- ni tampoco existía control de identidad alguno –sistema know your customer- podría suceder que, sin conocimiento de sus promotores, se produzcan transacciones de dinero cuyo origen sea delictivo. Otra cuestión es que los promotores sí conozcan la comisión de delitos y no hagan nada por impedirlos. Por ello, se convertirían en colaboradores necesarios y procesados por colaboración con asociaciones de malhechores o fraude fiscal.

Si dejamos a un lado las cuestiones jurídicas, las autoridades consideran que el origen del delito es la existencia de privacidad en los sistemas de pagos electrónicos. Sin embargo, este planteamiento adolece de un error muy grave: considerar que privacidad es equivalente a opacidad. Que un sistema de pagos electrónicos no pregunte sobre la procedencia del dinero no significa que este dinero tenga un origen ilícito ni tampoco que se tenga que perseguir al medio que sirve como intermediario.

La acusación concreta que pesa sobre Liberty Reserve –servir de cobijo a 45 millones de dólares procedentes de un robo de dos bancos en el Medio Este americano- puede ser un ejemplo concreto de utilización de un medio de pago sin que los operadores tengan conocimiento de la existencia de un delito. Este hecho ha servido para lanzar una campaña de criminalización de sistemas de dinero electrónico como Bitcoin [1], magnificando un problema que no puede considerarse, a tenor de las cifras, el mayor sistema criminal de pagos del mundo.

Fuentes: The Guardian [2] y DWN [3]

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