(OroyFinanzas.com) – Las sucesivas expansiones monetarias que han propiciado los Bancos Centrales se están dirigiendo hacia los sectores y nichos de negocio más ineficientes e improductivos. La manipulación del valor del dinero siempre beneficia a aquellos agentes que, si estuvieran plenamente sometidos a la disciplina del mercado, no existirían.
La mayor parte del dinero nuevo se ha dirigido hacia operaciones de mala calidad, de alto riesgo y a traspasar rápidamente los riesgos desde una parte del sistema financiero a la contraria. Fuera de los circuitos tradicionales de financiación, el volumen de negociación de activos de dudosa calidad se ha disparado hasta los 80 trillones (americanos) de dólares. Como contrapartida, los activos que poseen subyacentes de alta calidad han caído en 11 trillones (americanos) de dólares. En este sentido, observamos cómo los inversores están deshaciendo posiciones en activos de alta calidad para pasar a comprar activos de baja calidad.
Para definir el entorno donde se desarrollan estas actividades, se acuñó el término de “sistema bancario en la sombra” –shadow banking– el cual no es otra cosa que la representación de un sistema financiero alejado de los circuitos tradicionales de financiación y una forma más de escapar de las fauces del regulador. Los títulos que se emiten, las garantías que los respaldan o los precios son muy opacos y dependen, exclusivamente, de la información que las partes quieran facilitar al resto de inversores.
Esta descripción es harto familiar: es el sistema donde se desarrolló la burbuja crediticia que estalló en 2006-2007. En este momento, y por cortesía de los Bancos Centrales, el sistema bancario en la sombra ha vuelto a resurgir y amenaza con volver a desplomarse en cuanto alguno de los intermediarios de estos productos quiebre o falte puntualmente a sus obligaciones de pago.
Según apuntaba Bloomberg, “los bancos y los corredores se enfrentan a restricciones de uso de activos como colaterales para sus propias transacciones como parte de la intención que tiene la Unión Europea de fomentar la estabilidad del mercado y frenar el sistema bancario en la sombra” Es decir, existe un proyecto comunitario en el que se especifica la existencia de un acuerdo entre banco y cliente para establecer qué activos se van a utilizar como garantía en la transacción. En este momento, el cliente puede perfectamente desconocer la naturaleza de los activos que el banco usa para con él como colaterales en los contratos.
Con este proyecto de la Comisión Europea, los reguladores están intentando poner coto al sistema bancario en la sombra. En este momento, las principales operaciones que están bajo su punto de mira son los repos. La gran mayoría de los activos de dudosa calidad que se transan en el mercado se hacen con pacto de recompra.
Por ello, los reguladores se han empeñado en controlar este mercado e intentan darle una apariencia de transparencia que sólo provoca más pérdida de confianza. Difícilmente puede fomentarse la confianza en algo que es poco más que un agujero negro. Se trata más bien de un intento más de responsabilizar a los malvados mercados de los males que el sistema financiero padece y que, en gran medida, sufren por las avalanchas de dinero proporcionadas por los Bancos Centrales.
Fuente: Zero Hedge y Bloomberg
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