(OroyFinanzas.com) – Dentro del capítulo especial que estamos dedicando a la situación de las principales materias primas, el vino no puede dejar de ser reseñado. Sin embargo, las noticias no son buenas en Estados Unidos y menos para uno de sus principales importadores de vino.
Una de las mayores compañías vitivinícolas del mundo, la australiana Treasury Wine Estates Ltd, ha tenido que registrar unas pérdidas por deterioro en su balance de 160 millones de dólares australianos –unos 145 millones de dólares USA– debido a los malos resultados de ventas de su filial en Estados Unidos.
La compañía reconoció el pasado lunes que había sobreestimado la demanda de vino en Estados Unidos –el mayor mercado mundial de vino– en 2012 y, por tanto, en este momento debe deshacerse de sus stocks. Tras este revés, las previsiones de ventas para este año se han reducido sustancialmente. Se esperan una cifra de negocios no superior a 30 millones de dólares australianos.
Los vinos australianos no se caracterizan por su duración. Por ejemplo, la vida de los tintos es muy corta si se compara con variedades como el Chardonnay, el cual conforme va envejeciendo, aumenta su calidad, sabor y propiedades. Son vinos de consumo inmediato y de baja graduación alcohólica, por lo que su reciclaje si no se vende es muy complicado.
Quizá el único consuelo que le queda es la devolución de impuestos que el gobierno de los Estados Unidos tendrá que hacer ya que cobran impuestos por vino y, puesto que este vino va a ser destruido, los impuestos que debe cobrar son menores.
Las compañías bodegueras australianas siguen expandiéndose y acaparando cuota de mercado en el mercado mundial del vino y mosto. Marcas como Chateau St. Jean, Greg Norman EStates o Castello di Gabbiano son ya reconocidas y valoradas por los enólogos y su relación con la gastronomía va creciendo poco a poco. El vino estrella australiano es el Beringer, cuyo precio se ha situado en 1.000 dólares la botella, convirtiéndose en un producto exclusivo.
En el caso particular de la bodega Treasury Wine, las ventas han disminuido desde 16,5 millones de cajas en 2009 a 13 millones en la actualidad. A pesar del optimismo del consejero delegado de la compañía, David Dearie, el mercado desconfía de la bodega. El lunes pasado las acciones de la compañía cayeron un 12% en la Bolsa de Sydney.
Por el momento, Estados Unidos mantiene una demanda fuerte de consumo de vino. En el pasado año, las ventas agregadas crecieron un 3,6% hasta 32.300 millones de dólares según el indicador de mercado Technomic. Si comparamos esta situación general con el caso particular de Treasury, podemos observar un cambio en las preferencias de los consumidores, pasando del vino australiano a otras variedades procedentes de Argentina, Chile o Sudáfrica.
A pesar de que Estados Unidos, tal como hemos indicado anteriormente, sea el mayor mercado mundial de consumo de vino, China está avanzando de una forma extraordinaria. En los próximos tres años se espera que el consumo de vino por persona se incremente de 1,4 litros a 2,1 según las estimaciones del Gabinete de Investigación internacional del vino de Londres.
Fuente: The Wall Street Journal [1]
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