(OroyFinanzas.com) – Según la organización de estudios GEAB –siglas de Global European Anticipation Bulletin [1]– la crisis que comenzó en 2008 es un simple aperitivo para lo que ocurrirá a partir del presente año 2013. Sus perspectivas traslucen muy poco optimismo e inciden en la existencia de gravísimos peligros para la estabilidad económica y política.
En primer lugar, el GEAB sitúa a finales de este año la quiebra del modelo Abenomics [2] o, lo que es lo mismo, el fin de la expansión monetaria sin límites y el endeudamiento colosal de la economía japonesa. Los bancos no podrán ser rescatados y, por tanto, tendrán que acudir a la confiscación masiva de los depósitos y reservas a través de un rescate interno o bail-in.
La caída de la política económica y monetaria en Japón provocará, como las fichas de un dominó, el desmoronamiento de Bernanke y el estallido de una crisis de deuda en Estados Unidos [3]. Estas crisis, en origen financieras, se trasladarán a lo largo de 2014 a la economía real y provocarán, entre otros efectos, la caída de los volúmenes de producción y comercio.
El declive de la economía mundial traerá consigo la elevación del desempleo y el descontento social. El crecimiento de la pobreza y las situaciones de extrema necesidad empujarán a muchas familias y colectivos sociales a echarse a la calle, generalizándose la conflictividad laboral y las protestas callejeras.
Desde 2007, es muy evidente el declive de la confianza en la clase política. Con estos acontecimientos que predice la GEAB, esta confianza quedará reducida a escombros. Los gobiernos quedarán secuestrados por nuevas fuerzas políticas nacidas del descontento popular y, como es evidente, los gobiernos se verán forzados a dimitir y convocar elecciones. No debemos perder de vista que en los momentos en los que más desprestigio ha sufrido la clase política, han surgido las peores dictaduras o nuevas élites políticas nacidas de la corrupción de las anteriores –veamos, por ejemplo, el modelo italiano de finales de los ochenta y principios de los noventa–.
Tras este torpedo en las líneas de flotación del sistema político nacido de la posguerra, el nuevo núcleo de poder en el mundo se establecerá en torno a la Unión Europea y los BRICS –siglas de Brasil, Rusia, India y China [4]– los cuales impondrán nuevas reglas y un nuevo sistema monetario internacional.
El declive de las potencias como Estados Unidos, Japón y Reino Unido traerá consigo varios años de ajuste doloroso, destrucción de riqueza y, en definitiva, tendrán que purgar por sus muchos pecados. No deja de ser una interpretación curiosa. Dejo a la imaginación de los lectores si está acertada o no.
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