(OroyFinanzas.com) – El Gobierno chino está desplegando todo su potencial represor sobre los medios de información y sobre todo aquel que ose informar sobre la situación real de China. El régimen comunista está utilizando una estrategia en tres niveles: primero, maquillaje de las magnitudes macroeconómicas; segundo, retraso en la publicación de estas cifras y, tercero, censura sobre los medios de comunicación y agentes informadores de los mercados.
La represión de la libertad de prensa –que, por otra parte, nunca ha existido– se centra, especialmente, en lo que respecta a la grave crisis de liquidez del sistema financiero. En una providencia dictada por el área de propaganda del Partido Comunista chino, el Gobierno prohíbe a los medios de comunicación tratar asuntos relacionados “con el llamado crash de liquidez” e insiste en el buen funcionamiento de los bancos y la correcta provisión de dinero. En este sentido, “los medios informativos deben guiar positivamente a la opinión pública. Deben informar rápidamente y sin dilación de las medidas tomadas y la información publicada por el Banco Central”, reza de forma literal en esta providencia recogida por el diario Financial Times.
La agitación y propaganda del régimen comunista pretende, con estas medidas, atajar el problema y ayudar en su solución. Sin embargo, el apagón informativo de los medios chinos no contribuye, en modo alguno, a solventar los problemas de liquidez de la banca. Los jerarcas comunistas siguen anclados en la vieja premisa leninista de que “aquello de lo que no se informa, no existe”. En este mundo de las comunicaciones y la globalización, por mucho que quiera ocultarse la gravedad de la situación, estos esfuerzos son en vano.
Los problemas operativos de los bancos se suceden día tras día. El pasado fin de semana, varios bancos suspendieron sus operaciones, oficialmente, por un fallo de mantenimiento en su sistema operativo. Según el periódico económico 21st Century Business Herald, el Banco de China ha tenido que acudir a rescatar un segmento dentro del mercado interbancario que había declarado la bancarrota. Poco después, la página web de este económico publicó una nota de disculpa afirmando que se trataba de una “información falsa”. En esta cuestión, la sombra del Gobierno es más que alargada y muestra hasta qué punto está dispuesto a cerrar periódicos y secuestrar publicaciones.
Fuente: Financial Times
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