(OroyFinanzas.com) – En un reciente Informe titulado Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, el Comisionado de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la FAO, prevé que la producción mundial de cereales se incremente en 2013 un 7% respecto al año pasado, alcanzando un máximo histórico.
En línea con estas previsiones, la producción mundial de cereales se elevará a 2.479 millones de toneladas, de las cuales 704 corresponderían a la producción mundial de trigo –en sus distintas variedades y semillas–, 1.275 serían cereales secundarios –cebada, centeno, hieros y otras semillas– y 500 corresponderían a arroz (en equivalencia a arroz elaborado).
Este boom en la oferta de cereales está teniendo una repercusión extraordinaria en el reparto mundial de alimentos y en los precios internacionales. En junio, los precios del trigo disminuyeron gracias al comienzo de la campaña de recolección en el hemisferio norte, mientras que otros precios como el del maíz aumentaron a la espera de las próximas cosechas.
Gráfico 1: Precios internacionales del trigo, maíz y arroz 2011 a 2013
Fuente: FAO
La FAO prevé que las importaciones de cereales por parte de los países que poseen carencias alimentarias graves –entre los que se encuentran Egipto, Indonesia o Nigeria– se incrementen en un 5% de media. Sin embargo, esta capacidad para incrementar las importaciones no la tienen una serie de países con graves deficiencias alimentarias y que coinciden con regímenes totalitarios o situaciones bélicas.
Estos números en la producción mundial de cereales contrastan con los que se registraron en 2012; año en el que la producción fue desastrosa en varias regiones del planeta y que provocó, entre otras causas, una escalada en el precio de los alimentos. Tal como publicamos hace ya casi un año [1], los precios de los alimentos poseían una clara tendencia creciente. Esta predicción se ha cumplido ampliamente en los países desarrollados.
En aquel artículo, elaboramos para España una predicción del IPC de los alimentos y la energía y preveíamos una subida lenta y continuada de la inflación alimentaria. Y así ha sido a la luz de los datos que, mes a mes, publica el Instituto Nacional de Estadística.
Esta subida tan intensa de la oferta de cereales mitigará ampliamente la tendencia inflacionista en los precios alimentarios. Sin embargo, un mercado tan sensible a la entrada de dinero de las avalanchas monetarias de la Fed [2] no aceptará fácilmente una caída generalizada de los precios de las materias primas agrarias.
Fuente: Informe de la FAO [3]
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