(OroyFinanzas.com) – La inestabilidad monetaria y financiera en la Argentina es más que evidente y se erige como una de las principales causas del deterioro de la situación económica. En este momento, las mayores incertidumbres se sitúan en torno al cambio de la moneda nacional, el peso, con el dólar USA. En la Argentina existen dos mercados: uno oficial y otro negro, llamado mercado blue.
Un mercado negro siempre surge cuando se produce un racionamiento artificial, sea en los precios o sea en las cantidades. En este caso, la aparición del blue se produjo por una doble restricción artificial: en cantidad y en precio. La manipulación del verdadero precio que dicta el mercado en el cambio de monedas es sistemática y, en este sentido, está encaminada a sostener por todos los medios una valoración irreal del peso frente al dólar.
El proceso de deterioro del peso está dirigido por la inflación [1]. Los inversores corren a proteger sus ahorros en renta variable, por ejemplo en el índice Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Esta es una de las pocas posibilidades que le queda a un argentino ante la oleada de represión financiera [2] decretada por el gobierno de Cristina Fernández. Las dificultades de sacar el dinero fuera de la Argentina son mayúsculas, teniendo como principal elemento de contención el famoso “cepo cambiario”.
Las inversiones denominadas en dólares, aunque están más protegidas que si se hubieran hecho en pesos, tienen por delante una gran cantidad de problemas. La tendencia del mercado que viene marcada por el precio a plazo o precio forward del peso frente al dólar indica que el peso seguirá devaluándose y, por tanto, los incentivos a acudir al mercado blue serán todavía mayores que en la actualidad.
Por tanto, la apelación al mercado negro añade un riesgo extraordinario a pesar de que la inversión esté denominada en dólares. El gobierno amenaza con represalias a los ahorradores que acuden a la Bolsa para proveerse de dólares y, muy especialmente, a los operadores que comercian en el blue.
La evolución de la Bolsa está íntimamente ligada con el precio a futuro del peso oficioso con una correlación del 96%. Su influencia es extraordinaria en las cotizaciones. Por ejemplo, la depreciación del peso convertible en un 24,6% –en línea con la depreciación del blue, un 25,6%– se ha trasladado de forma inmediata a la Bolsa, la cual experimentó una nueva entrada de capitales.
El comportamiento del peso frente al dólar en el mercado negro es el único medio por el que los inversores tanto nacionales como extranjeros pueden conocer la situación real de la Argentina. Gracias a esta información, no podemos ser precisamente optimistas.
Fuente: La Nación [3]
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