(OroyFinanzas.com) – Hace ya tres semanas que Bitcoin disfruta de su estatus legal como dinero. Lo que millones de personas en todo el mundo entendían como un medio de pago y unidad de cuenta ya hace años; ahora los tribunales de Nueva York reconocen que es dinero tan válido como cualquier otro.
Esta puesta en valor y conocimiento al público en general se puede apreciar incluso en la clasificación que ha creado la agencia Bloomberg para seguir su cotización frente al dólar. Con el acrónimo XBT ya se puede seguir la cotización de Bitcoin desde cualquier dispositivo electrónico usuario de Bloomberg.
La expansión de la moneda virtual ha creado severos recelos entre las autoridades regulatorias de Estados Unidos. Aseguran que Bitcoin es “el Salvaje Oeste virtual, donde narcotraficantes y otros criminales campan a sus anchas”. Estos dos argumentos son los más utilizados para justificar la intervención del Estado en un mercado, asegurando que, bajo su intervención, se terminará el “caos” reinante y se perseguirá el delito.
Nada más lejos de la realidad: Bitcoin es una forma de escapar del regulador manteniendo la privacidad de las transacciones y, lo que es más importante, realizando un esfuerzo más que notable por diluir los efectos de la “represión financiera”.
El primer paso para empezar a controlar el universo Bitcoin es realizar una lista de empresas e inversores cualificados para operar con la moneda virtual. Con toda probabilidad, el paso siguiente será la creación de licencias de corredores como una barrera de entrada al mercado, al igual que en los restantes mercados financieros.
En este momento son veintidós las compañías relevantes que operan con la moneda virtual. A pesar de que sean perfectamente conocidos los principales operadores, sus transacciones son difícilmente controlables. Por ello, los reguladores están estudiando formas para observar e intervenir en las transacciones. El punto débil de la cadena es la conversión entre Bitcoins y dólares, puesto que el control sobre el dólar es total en cualquier parte del mundo.
Las investigaciones civiles y penales sobre Bitcoin se han incrementado notablemente. Quizá el asunto más importante ha sido la detención del fundador y directivo del sistema de pagos electrónicos Liberty Reserve [1], pese a que esto poco tiene que ver con la moneda virtual. Meses después se ha producido la desarticulación de una estafa piramidal con Bitcoin [2], aunque no es un caso ciertamente irrelevante.
A pesar de la privacidad de las transacciones, los riesgos relacionados con la privacidad son muy grandes. Particularmente el problema es la seguridad, puesto que muchos usuarios están expuestos a sufrir robos por piratear contraseñas y clonar tarjetas de crédito. Los casos de robo de claves y datos secretos se cuentan por millares, tal como muestra en un reportaje la BBC británica [3].
La presión sobre Bitcoin se hace cada vez más notable por parte de las autoridades regulatorias de Estados Unidos. Que a través de la moneda virtual se hagan transacciones con dinero procedente de fines ilícitos no condena su uso y, ni mucho menos, es tolerable su criminalización.
Fuente: Forbes [4]
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