El colapso de la minería de oro en Sudáfrica y la conflictividad laboral

(OroyFinanzas.com) – La situación de asfixia económica que vive el sector minero de oro en Sudáfrica ha desembocado en un conflicto social cuyo centro es la huelga de los trabajadores de las minas. Reclaman mejoras de salario y condiciones laborales que sí se han producido en otros sectores con mayor pujanza y medios económicos.

El sindicato nacional de mineros sudafricanos, el cual representa a dos terceras partes de los trabajadores en la minería de oro, ha declarado una huelga general en todo el sector. En entrevista telefónica con Bloomberg, el portavoz de la Cámara de Minas, Charmane Rusell, ha subrayado el reforzamiento de los dispositivos antidisturbios para conservar el orden público.

El mantenimiento del orden público es esencial para evitar episodios como el vivido el pasado año cuando doce mineros murieron por disparos de la policía en los mayores altercados en décadas.

Hasta 1996 Sudáfrica ocupó la posición de primer productor mundial de mineral de oro, con una producción de 17 millones de onzas. En este momento, su posición ha decaído hasta la sexta posición con un montante de producción de 5,3 millones de onzas.

Los problemas de la minería de oro en Sudáfrica nacen de la falta de rentabilidad de las explotaciones. Varios factores contribuyen a esta cuestión:

  1. La estructura de costes de las empresas se ha quedado anquilosada sin prácticamente innovación tecnológica en las últimas décadas.
  2. El agotamiento de los yacimientos áureos ha provocado que las prospecciones mineras se tengan que hacer cada vez más profundas y con tecnología más sofisticada, lo cual provoca un encarecimiento notable del producto.
  3. Los costes salariales se han incrementado exponencialmente en comparación con la situación paupérrima reinante en la época del apartheid.
  4. Por último, las mineras tienen que hacer frente a unos costes energéticos cada vez mayores, siendo uno de los problemas más graves el suministro eléctrico.

Estos factores, unidos a la caída del precio del oro desde máximos de 1900 dólares la onza, provoca que las cuentas de resultados se erosionen de forma creciente y lleguen al límite. Mientras que el precio del oro estaba por encima de 1.500 dólares, las mineras podían sobrevivir. Sin embargo, a pesar de situarse el precio entre los 1.350 y los 1.400 dólares la onza, la situación de las compañías mineras se ha tornado insostenible y se encaminan al cierre inminente.

El declive en la producción de oro desde 1970 ha sido espectacular. En 1970 la producción de oro se situaba en 1.000 toneladas anuales. Hoy en día no supera las 250 toneladas, niveles de producción sólo equiparables a los de 1922. Observando la evolución de la producción de oro, podemos ver el ansiado “peak gold” que muchos analistas ven por todas partes y creen que se está cumpliendo en la producción de petróleo.

Gráfico 1: Evolución de la producción de oro en Sudáfrica (1850-2050p)

 Evolución de la producción de oro en Sudáfrica (1850-2050)

Fuente: Goldcore.com. “p” indica previsión para el año 2050.

En el caso de Sudáfrica sí puede ser cierto el vaticinio de que la producción de oro continuará descendiendo hasta su práctica desaparición. A este drama debe enfrentarse cualquier trabajador que desempeña su función en un sector ineficiente y que vive al borde de la quiebra empresarial. Sin embargo, siempre está presente la tentación de pedir subvenciones y solicitar el rescate del Estado para desviar fondos del contribuyente hacia estas actividades expulsadas por el mercado.

Una posible vía de solución es la introducción de innovación tecnológica para conseguir otros métodos de extracción que entrañen menores costes de producción. Procedimientos innovadores como la máquina que extrae oro con mercurio podrían ser utilizados. Esta revolución tecnológica, dada la situación económica del país, sólo puede provenir del exterior mediante la entrada de capitales extranjeros, al igual que está sucediendo en el Lago Victoria.

Por otro lado es necesario un proceso de “destrucción creadora” a lo Schumpeter. Es imprescindible la quiebra de los negocios ineficientes y la creación de unos nuevos, en los que la innovación tecnológica sea la protagonista. Una extracción de oro intensiva en capital desplaza al factor trabajo a otros usos y crea nuevos negocios de distribución o comercialización en los que se puede reciclar el paro creado en la minería.

En suma, el conflicto minero sudafricano se prolongará en el tiempo más de lo conveniente. Las empresas no pueden ofrecer lo que sus trabajadores piden. Pueden contentarse con no desaparecer y crear una situación peor de la existente. De ello tiene que ser consciente el Gobierno antes de que tome cartas en el asunto.

Fuente: GoldCore.com

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Sobre el autor

Javier Santacruz Cano
Economics Student at Universidad Complutense and Master in Essex.
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