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Las elecciones en Alemania en 2013 y su significado para Europa

(OroyFinanzas.com) – La política y la opinión pública de media Europa están atentas a los resultados de las elecciones en Alemania que se van a celebrar mañana. El resultado más probable es que la actual Canciller Angela Merkel revalide su mayoría, con o sin necesidad de pactar con los liberales del FDP. Tras una campaña electoral en la que los partidos políticos principales –los democristianos de Merkel y los socialdemócratas de Steinbrück– han convergido hacia los mismos mensajes pero con distintas palabras, el desenlace es bastante previsible.

La semana pasada se produjo un primer adelanto del resultado de este domingo. Las elecciones generales en la región de Baviera arrojaron unos resultados espectaculares para los socios de Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata. Estos resultados son un indicador para el resto, dada la importancia de Baviera en el conjunto de la Federación y su composición social.

Alemania es la primera potencia de la Unión Europea y la cabeza política de la Zona Euro. Esta posición de dominio frente al resto de Europa ha sido ganada en buena lid en los últimos años, en los que la economía se ha enfrentado a severas reformas estructurales, ha logrado un notable crecimiento económico y se ha convertido en el prestamista de última instancia de toda la Zona Euro, respaldando y sosteniendo el papel del Banco Central Europeo (BCE).

Es especialmente importante en la cuestión de los rescates de los países del sur de Europa. En este sentido, el empleo del ahorro de los alemanes es determinante para garantizar la viabilidad de las cuentas públicas de los países rescatados y de los que tengan que ser rescatados en un futuro no muy lejano.

La pujanza económica de Alemania es vista con grandes recelos por gobiernos como el de Francia y analistas de corte keynesiano. Muchas voces piden que el próximo gobierno ponga en marcha una política fiscal expansiva para estimular la demanda agregada de toda Europa, considerando que estas medidas tendrían un gran efecto multiplicador. Sin embargo, la evidencia empírica muestra hasta qué punto la política fiscal expansiva no es más que una máquina de creación de deuda y provoca una reacción en contra por parte de los agentes privados, aumentando el ahorro para hacer frente a presentes y futuras subidas de impuestos.

También hay quien piensa que el crecimiento de Alemania es decrecimiento del resto. Se suele poner como ejemplo los tipos de interés negativos [1] de las Letras alemanas a tres y seis meses y los bajos rendimientos de los bonos a partir de dos años. Esto no es más que una muestra de la competencia en el mercado de créditos, en el que se enfrentan por la financiación disponible los países de Europa. Los que no pueden conseguir financiación en mercado abierto lo hacen pidiéndola en la ventanilla del BCE.

En definitiva, el próximo gobierno tendrá que decidir si continuar o no la política seguida por la Señora Merkel en los últimos años. Tanto en un caso como en el otro, se enfrentará a viejas tensiones en el seno de Europa –supervisor único [2], la tasa a las transacciones financieras [3], la reforma de los métodos de cálculo del déficit [4] o la continuidad de las ayudas de la PAC– y nuevos problemas como el posible rescate a Eslovenia [5], una subida de salarios en el sector privado y la reforma del sector energético. Merkel dio un paso atrás con su apuesta por la energía nuclear tras el desastre de Fukushima y ha potenciado el desarrollo de las renovables. No ha tardado mucho tiempo en darse cuenta de que esta operación ha sido ruinosa y obligará a su rectificación con la vuelta por la apuesta por la energía nuclear.

Fuente: Stratfor Global Intelligence [6]

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