- OroyFinanzas.com - https://www.oroyfinanzas.com -

La imposibilidad para Estados Unidos de financiar un ataque contra Siria

(OroyFinanzas.com) – En torno a la cuestión de Siria se han escrito miles de artículos y crónicas de personajes de relevancia internacional y por parte de grandes expertos en política exterior. Sin embargo, muy pocos analistas han recurrido al análisis económico para examinar una posible intervención del mundo occidental sobre el régimen de Al Assad.

Los expertos en política exterior han subrayado la pasividad o, cuanto menos, dejadez del gobierno presidido por Barack Obama ante el conflicto sirio. Con no poca resignación, Obama se ha visto obligado a acudir tanto a la Cámara de Representantes como al Senado para “pedir permiso” ante una eventual entrada en el conflicto en Oriente Próximo. Tanto la Cámara de Representantes como el Senado han negado este permiso, lo cual ha llenado de satisfacción a Obama y ha indignado a muchos ciudadanos que ven cómo el poder y la influencia de los Estados Unidos se disuelven como un azucarillo en el panorama internacional.

El conflicto civil en Siria es extraordinariamente complejo de intereses regionales y energéticos. Tanto un bando como el otro no pretenden, ni de lejos, instaurar una democracia o un Estado de derecho, ni mucho menos el reconocimiento de derechos fundamentales como la libertad de prensa o la libertad religiosa.

Si el conflicto hubiera estallado en otras circunstancias económicas y políticas, Estados Unidos ya habría intervenido al igual que lo hizo en Afganistán o en Irak. Sin embargo, la primera potencia mundial se enfrenta a una restricción que actúa como muralla china ante cualquier decisión militar: la imposibilidad de endeudarse más y por más tiempo.

Las cuentas públicas norteamericanas se enfrentan ante una nueva amenaza de suspensión de pagos en los próximos meses. El temido “precipicio fiscal” volverá a estar presente si no se toman nuevas medidas de urgencia para recortar el enorme despilfarro público del gobierno Obama. Pronto se cumplirá un año de la firma del acuerdo entre republicanos y demócratas para evitar la bancarrota del Estado. En dicho acuerdo se establecía un elenco de medidas de recorte presupuestario, entre las que predominaban las medidas contra las familias de rentas altas y los grandes y medianos ahorradores.

Meses después, estas medidas han surtido un efecto muy limitado y no han arreglado el problema más grave que poseen los Estados Unidos: la sostenibilidad de la Deuda Pública. Hasta ahora, los problemas financieros de la Administración han sido amortiguados por las compras masivas y sin control por parte de la Reserva Federal  y cuya acción sobre los bonos federales sostiene de forma artificial sus precios en el mercado.

Una nueva guerra, con esta coyuntura, empujaría a los Estados Unidos a la bancarrota. Si este extremo parece lejano, lo que no es para nada lejano es el recorte presupuestario que sufre cada año el Ejército. Con menos medios y más precarios, una guerra en la que se utilizan armas químicas sería una trampa para el Ejército y significaría su ruina moral e intelectual, ya que combatirían en desventaja y con grave riesgo de bajas en los cuerpos militares. Para los próximos diez años, el recorte del presupuesto para defensa está cifrado en 500 millones de dólares.

El despilfarro en otras partidas presupuestarias ha provocado un agujero de dimensiones considerables en el presupuesto para defensa, cuyo responsable es directamente el Presidente de los Estados Unidos. La debilidad económica se traduce en debilidad diplomática y lleva a la claudicación frente a los adversarios más importantes de Estados Unidos: Rusia y China.

La guerra de Siria se ha saldado, por el momento, con un ganador que es Vladimir Putin y un perdedor llamado Barack Obama. Rusia, con menores recursos económicos que Estados Unidos, ha actuado con audacia y rapidez ganándole la partida a los Estados Unidos. Esta derrota diplomática debe tener consecuencias tanto internas como externas, siendo una de ellas el derrumbe de la imagen de Obama, tan idolatrada por gran parte del mundo occidental.

Fuente: DWN [1]

© OroyFinanzas.com