(OroyFinanzas.com) – En el día de hoy, las autoridades norteamericanas se han visto obligadas a suspender las actividades burocráticas del gobierno ante la falta de recursos económicos para sostener el volumen de gasto presente. Esta nueva situación, la cual no se daba desde 1995, significa para el gobierno presidido por Barack Obama una derrota en toda regla frente al Partido Republicano y pone en peligro la aplicación de su programa económico, especialmente la ampliación de la cobertura sanitaria pública conocida como Obamacare.
Muchos son los análisis que responsabilizan a los republicanos de este cierre de la Administración pública. Sin embargo, muy pocos reparan en las verdaderas causas de semejante situación. Es cierto que la Cámara de Representantes –de mayoría republicana– ha sido la que más presión ha ejercido sobre Obama. Sin embargo, fue el Senado quien, la pasada noche, se negó a ratificar los acuerdos alcanzados por los republicanos en la Cámara de Representantes.
Este “shut down” (cierre) de la Administración implica el parón de 800.000 funcionarios federales, manteniéndose sólo los empleados públicos encargados de la seguridad nacional y los servicios básicos en las ciudades y los organismos oficiales. Hasta nuevo aviso, los funcionarios permanecerán en sus casas a la espera de un acuerdo mucho más importante que el de estos días: el debate del techo de gasto en el Capitolio.
Las verdaderas causas de la clausura del gobierno residen en la insostenibilidad del nivel de gasto público y el crecimiento sin control de la Deuda Pública norteamericana. A pesar de que la Reserva Federal sigue comprando en grandes cantidades títulos de la Deuda, la Constitución americana establece un techo de Deuda, el cual ya fue cuestión de debate a finales de 2012 y que ahora ha provocado esta situación.
Durante el mandato del presidente Obama, el gasto público se ha disparado. Sólo en los cuatro primeros meses de este año, Obama ha generado nada más y nada menos que 300.000 millones de dólares más al monto de Deuda Pública. En doce años, el techo constitucional se ha levantado en trece ocasiones (mal número) y la Deuda Pública ha crecido en once billones más de dólares en todo este período.
Al fin y a la postre, la cuestión fundamental es si el 17 de octubre la administración declarará la bancarrota. Este escenario –considerado muy improbable pero que puede ser no tan improbable– dependerá de si Obama cede ante los republicanos y cancela sine die la aplicación de la reforma Obamacare. No sería la primera vez que la Deuda Pública estadounidense afronte un impago parcial o una cancelación del pago de intereses. Los precedentes de 1934 y 1979 son muy ilustrativos en este sentido.
¿Cuál es el escenario más probable? Los dos partidos llegarán a un acuerdo antes del 17 de octubre para evitar la bancarrota del Estado. La presión que están ejerciendo los distintos lobbies –bancario, financiero o político– es determinante en las negociaciones. Esto es, en suma, la demostración de cómo unas leyes fuertes y unas instituciones sólidas pueden (si es que quieren) parar los pies a gobernantes manirrotos como Barack Obama.
Veremos cómo reaccionan los mercados a lo largo del día de hoy. En lo que respecta al precio del oro, el “shutdown” le sentará bastante bien. En este momento, la onza de oro cotiza a 1.326 dólares la onza, un 1,14% arriba, pero que enseguida corrigió a la baja.
Fuente: Agencias y The Wall Street Journal [1]
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