(OroyFinanzas.com) – En una reunión con sus colaboradores más cercanos, el fundador y actual presidente de la mayor compañía minera de oro del mundo Barrick Gold, Peter Munk, ha anunciado su intención de no presentarse a la reelección como presidente en la próxima Junta General de Accionistas que tendrá lugar en la primavera de 2014.
Peter Munk, de 86 años de edad, es un reputado empresario canadiense de origen húngaro, el cual construyó todo un imperio empresarial de la nada en torno a Barrick Gold, colocándola como la primera minera mundial de oro en producción y suministro. Sin embargo, en los últimos meses, la presión de los inversores se ha redoblado para forzar la retirada de Munk por su avanzada edad. Además, en los últimos meses los resultados empresariales no son positivos por la caída a la mitad de su capitalización bursátil provocada por la caída del precio del oro.
La situación actual del gobierno corporativo está seriamente comprometida por la falta de un sucesor claro del presidente Munk. Tanto el Consejo de Administración como el directorio de gestores están hechos a la medida de Munk, por lo que su desaparición podría resultar traumática para la empresa. Barrick Gold sufre el que podríamos llamar “síndrome de la ausencia de relevo generacional”.
Esta tesis puede verse reflejada en las palabras de grandes inversores en Barrick como el presidente de la compañía Maison Placements Canadá, John Ing: “El consejo de dirección está estructurado alrededor de Peter, con lo cual su salida permite una gran libertad para reconducir la compañía”. En los próximos meses veremos si esta libertad sirve para reconducir la empresa con un mando único o el consejo se convierte en una “jauría de grillos”.
Desde el punto de vista técnico y de mercado, también se necesita una renovación en la gestión. En siete meses, Barrick Gold ha perdido la mitad de su valor en Bolsa y ha soportado la ruina de proyectos estrella como el de Pascua Lama en Chile. Se exige por parte de los accionistas una reforma de los procedimientos de extracción de oro y un recorte en profundidad de los costes operativos y financieros. Para que vuelva a ser atractiva para los inversores, el primer cambio será la introducción de nuevos cuadros directivos independientes y el reforzamiento del capital.
La desconfianza del mercado hacia Barrick pudo verse en la última ampliación de capital de importe 3.000 millones de dólares la semana pasada. Más de las tres cuartas partes de las nuevas acciones fueron absorbidas por los bancos colocadores ante la falta de demanda.
Barrick Gold, en suma, tiene que llevar a cabo una profunda reforma de su estructura productiva, además de purgar sus excesos de inversión, los cuales están compuestos de inversiones hechas en tiempos de bonanza del oro y que se han revelado ineficientes y ruinosas con la caída del precio. Sólo de esta manera podrá mantener su posición en el mercado, seriamente comprometida por el futuro de su líder y los competidores.
Fuente: The Wall Street Journal
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