(OroyFinanzas.com) – Pocas semanas han marcado tantos avances en materia de regulación financiera como los últimos diez días. Desde que hace un año y medio se decidió avanzar hacia la Unión Bancaria, se han completado tres cuartas partes de los complicados procesos legislativos europeos para establecer los tres pilares básicos que la integran: regulación común, supervisión única (y por ende, misma interpretación de la regulación común) y resolución única de entidades con problemas. La Unión Bancaria es uno de los cuatro proyectos para reforzar la integración de la Unión Monetaria junto con la Unión Económica, Fiscal y Política [1]. El objetivo último de esta mayor integración es reducir las primas de riesgo tan variantes de país en país y restablecer las condiciones similares de intercambio de liquidez dentro de la Zona Euro a niveles pre-crisis.
Durante estas dos últimas semanas, han tenido lugar cuatro reuniones de ministros de Finanzas europeos con importantes avances en los tres frentes de la construcción de la Unión Bancaria:
- Primer pilar: Terminaron satisfactoriamente las negociaciones entre los Estados Miembros y el Parlamento sobre dos Directivas esenciales: la Directiva de Recuperación y Resolución Bancaria (DRRB) que establece las normas de resolución de entidades bancarias a nivel de la Unión Europea y que incluye por ejemplo, el bail-in [2] de acreedores desde 2016 y Directiva de Fondos de Garantía de Depósitos (DFGD) [3] que homogeniza a nivel comunitario las normas y usos de dichos fondos. Ambas Directivas pasarán a ser votadas por el Plenario del Parlamento Europeo ya en febrero de 2014 y entrarán en vigor en 2015.
- Segundo pilar: El Banco Central Europeo (BCE) empezará a ejercer como supervisor en noviembre de 2014. La legislación que constituye el Mecanismo Único de Supervisión europeo (MUS) entró en vigor hace un mes y desde entonces se inició la cuenta atrás de un año para, por un lado, realizar una evaluación global que identifique y calibre los errores de supervisión de sus predecesores (los supervisores nacionales) y, por otro, contratar a mil nuevos empleados y crear las estructuras del nuevo supervisor. El ejercicio de evaluación está en marcha y constará de tres etapas: una evaluación riesgos principales en cada sistema financiero nacional, un análisis de la calidad de los activos y por último, en verano de 2014, una prueba de resistencia o test de estrés. Anoche los ministros de finanzas han aprobado la estrategia que seguirán una vez los resultados de dicho ejercicio se hagan públicos en octubre de 2014. Ante necesidades de capital que resulten del ejercicio, una entidad deberá primero buscar soluciones privadas (incluyendo un bail-in únicamente de accionistas y deuda junior, el resto de acreedores podrían sufrir pérdidas a partir de 2016 a través de la DRRB), antes de acudir a fondos públicos nacionales o europeos. En cuanto a la creación de las estructuras, sobre todo a la constitución de la Junta Única de Supervisión dentro del BCE, el lunes los ministros dieron su aprobación al candidato propuesto por el banco central para presidir la Junta, la francesa Danièle Nouy. Se espera que una primera reunión de la Junta tenga lugar ya en enero.
- Tercer pilar: Posiblemente se trate del mayor avance en estas intensas semanas. Este verano la Comisión Europea presentó una propuesta de creación de una autoridad única de resolución bancaria y de un único fondo que, financiado exclusivamente por la industria bancaria, financie los procesos de resolución de los bancos europeos una vez el BCE asuma sus responsabilidades como supervisor y se hayan cubierto las necesidades de capital que surjan de la actual evaluación global de la banca que está llevando a cabo el BCE [4]. Se trata de construir un Mecanismo Único de Resolución (MUR) que, en base a las reglas establecidas en la DRRB, gestione a nivel europeo la resolución de entidades con problemas. Tras varios meses de negociaciones, esta semana tanto el Parlamento como los Estados Miembros han acordado sus respectivas posiciones sobre dicha propuesta y a principios de enero iniciarán a negociar una posición común que llevarán a la penúltima sesión plenaria de esta legislatura que termina en abril. De no llegar a tiempo, podría suponer retrasos de al menos un año lo que sin duda complicaría las labores del BCE como supervisor. Una supervisión a nivel europeo interactuando con autoridades de resolución nacionales no sólo es poco eficiente sino que también puede generar incentivos incorrectos para todas las partes implicadas.
En conclusión, aunque sí es cierto que este importante avance se debe más bien a la acumulación de deberes pendientes a acordar este año, no le debemos quitar valor a las decisiones tomadas estos días. Se trata de importantes pasos no sólo en la mejora de la seguridad de depositantes (DFGD), en la minimización de costes para el contribuyente (DRRB) o en la supervisión y resolución de entidades financieras a nivel europeo (MUS y MUR). Sino sobre todo, se trata de grandes avances en la construcción de una verdadera Unión Bancaria, la mayor y más rápida cesión de soberanía de la historia de la Unión Europea.
Por Wojciech Golecki, economista especializado en regulación financiera
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