(OroyFinanzas.com) – La explosión de la demanda de oro físico en la India por el mes de mayo 2013 tuvo como elemento central el deseo de los ahorradores de protegerse frente a la incertidumbre económica y la pérdida del poder adquisitivo. A esto se une el incremento sustancial en la demanda de oro en forma de joyería a partir del verano, orientado a la temporada de bodas y festejos familiares que ahora quiere regular el gobierno de la India.
El tirón de la demanda se cubrió al principio con un incremento exponencial de las importaciones de oro, lo cual provocó un agujero en la balanza por cuenta corriente [1] cercano al 5% del PIB (el segundo mayor déficit exterior del mundo). Esta situación provocó la intervención del gobierno hindú, el cual creó un impuesto a las importaciones de oro [2] que elevó al 10% más otras medidas como la reexportación de un 25% de lo que se importara o la prohibición de venta a particulares por parte de los bancos autorizados.
Las prohibiciones surtieron efecto. Las importaciones se han reducido un 36% a fecha de octubre 2013. Sin embargo, los consumidores no han reducido su demanda interna. En plena temporada de bodas y eventos familiares, las calles de las principales ciudades se llenan de gente en búsqueda de tiendas de joyería y orfebrería. Según la cultura hindú, el oro es un elemento principal de los rituales. Se considera que el dios Brahma nació de un huevo de oro y el ídolo Lakshmi se porta con monedas de oro en las manos como señal de buena suerte.
La pujanza del mercado físico de oro vuelve a estar en el punto de mira del gobierno hindú. Está prevista un alza inminente del impuesto a las importaciones de oro de inversión, actualmente en el 10%, y otro impuesto sobre oro de joyería con un gravamen del 15%. Esto empujará, más si cabe, a muchos comerciantes a proveerse de oro en el mercado negro donde las primas que se pagan por comprar oro físico son superiores al 20% oficial.
Este arbitraje entre el mercado negro y el mercado oficial está generando una fuente copiosa de rentas hacia los joyeros y orfebres. De esta forma se aprovecha el incremento de los precios de más de un 50% sobre los últimos tres años. La onza de oro se compra y se vende en este momento a 87.000 rupias, aproximadamente 1.400 dólares.
La forma en que afectarán los controles y los impuestos en los próximos meses está por ver. En esta campaña, los efectos han sido más bien escasos. Es tal la preferencia por el oro que el consumidor está dispuesto a cargar con el peso de los impuestos antes que quedarse sin el producto. El efecto más evidente será la absorción de gran parte del comercio legal por el sumergido.
Fuente: Huffington Post [3]
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