(OroyFinanzas.com) – El proceso dirigido contra las dos entidades bancarias más importantes de Suiza, la Unión de Bancos Suizos (UBS) y Credit Suisse, por parte de los reguladores americanos parece llegar a su fin con una serie de multas multimillonarias. En el caso de Credit Suisse, la multa podría ascender a 1.600 millones de dólares por haber ayudado a varias fortunas a blanquear capitales y defraudar al Fisco.
La posible multa a Credit Suisse sería la mayor de la historia a un banco, casi dos veces superior a la que ya tuvo que pagar UBS hace cinco años, en 2009. La gravedad de los delitos presuntamente cometidos exige, según los códigos legales americanos, fuertes sanciones. A estos bancos podrían añadirse otras entidades como la banca privada Julius Bäer o los bancos cantonales de Zúrich y Basilea por presunto tráfico de influencias e información privilegiada.
Tras el levantamiento parcial del “secreto bancario” [1], las autoridades de los Estados Unidos siguen exigiendo más esfuerzos tanto a los reguladores suizos como a los propios bancos. Según los primeros, existen multitud de casos muy parecidos y que podrían caer en la impunidad. Entre tanto, los americanos piden a Credit Suisse se declare culpable de forma voluntaria y de esta forma poder llegar a un acuerdo de colaboración y transmisión de datos fiscales para el futuro.
Esta posible multa a Credit Suisse supera con creces la cantidad que el propio banco había provisionado para este menester. En total, la provisión se eleva a 895 millones de francos suizos, bastante por debajo de la cuantía de la multa. En este sentido, las consecuencias de este proceso han llevado al ministro de Finanzas suizo, Eveline Widmer-Schlumpf, a salir en defensa de sus bancos nacionales, reclamando un trato igualitario que el resto de bancos: “Suiza está involucrada con las autoridades estadounidenses para llevar a cabo un proceso justo, equilibrado y de manera proporcionada, por el que los bancos suizos no sean tratados peor que el resto”.
La crisis económica ha cambiado por completo los esquemas de relación entre autoridades políticas, reguladores y la banca. A cambio de rescates milmillonarios, el Estado controla de forma más eficaz la banca y los mercados financieros en aras de “evitar” colapsos financieros. Sin embargo, más que evitarlos, perpetúa los incentivos a “escapar del regulador” mediante el tráfico de información privilegiada, pactos colusivos o el asesoramiento para escapar de Hacienda.
Fuente: DWN [2]
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