(OroyFinanzas.com) – La semana pasada se produjo la intervención de Mario Draghi, y mientras unos claman por dar más “gasolina” al mercado, otros hablan del riesgo que esto tiene para la economía en el medio/ largo plazo.
Si nos fijamos en la evolución del mercado después de la intervención, vemos que se apreciaron todos los valores cíclicos, experimentaron un crecimiento desmedido como era normal. Muchos al ver ese crecimiento en los mercados, al Ibex superando los 11000 puntos, la divisa cayendo, no ven las implicaciones negativas que puede tener esto en un futuro.
Es cierto que la economía se mueve por ciclos económicos y que hay etapas de crecimiento y decrecimiento, de fortaleza y debilidad de las monedas… Pero, la pregunta que yo me hago es si no nos estaremos excediendo dando este impulso a los mercados, generando deudas millonarias y buscando, porque en realidad es lo que estamos haciendo, acercarnos a la paridad euro/dólar.
Gráfico: Evolución del cruce de divisas euro/dólar (2007-2014)
Fuente: CMC Markets
Todo parece indicar que alcanzaremos el soporte de 1,20 y debemos preguntarnos qué sucederá en las economías.
Los últimos datos de la economía Europea pese a los estímulos son malos. Quizás habría que replantearse estas políticas económicas, comenzar a pagar las deudas reduciendo gastos, y que la moneda vuelva a coger importancia.
Claro está que empresas cíclicas con grandes deudas, al beneficiarse de las etapas de crecimiento están encantadas con las políticas que vienen por parte del BCE, pero en algún momento tendremos que pararnos a pensar. ¿No estaremos alterando el normal funcionamiento del mercado?
Esta inyección de liquidez por parte del BCE nos puede llevar a valores de cotización excesivos. Cuando al fuego le echas gasolina, sabes que arderá más rápido pero corres el riesgo de quemarte. En algún momento estas empresas tendrán que corregir y revertir esos excesos de euforia en los mercados, previsiblemente cuando se agoten las medidas de estímulo, que ya no tienen mucho margen y están llevando a los mercados a moverse aleatoriamente sujetos a medidas de estimulo y restricciones, lo que genera una gran incertidumbre, muy lejos de aquella “mano invisible” que promulgaba Adam Smith.
Por CARLOS GASCÓN LÓPEZ [1], analista financiero
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